Jesús el Señor en el evangelio de hoy menciona un pasaje bíblico; recuerda los tiempos de Noé en los que todos vivían en la superficialidad: comían, bebían, se casaban, engendraban hijos, pero no se daban cuenta de nada. Todos vivían en la falsedad, todos decían mentiras, todos procuraban no darse cuenta de lo que pasaba cerrando los ojos, porque abrirlos hubiese significado cambiar. Porque si tú ves una cosa ya no eres el mismo: lo sabes, te fastidia haberlo visto; te corroe tanto que, como muchos dicen, era mejor no saberlo. Abrir los ojos es doloroso. Muchos prefieren vivir eludiendo descubrir la realidad. Prefieren engañarse. Y esto nos descubre cuánta falsedad reina en muchas vidas. De la misma manera, cuando Dios vendrá muchos no se darán cuenta. Serán engullidos por la vida y se lamentarán de la desventura y del destino terrible al que se dirigirán. Fue necesario haberse dado cuenta antes, pero dormían y vegetaban. Y llegó la sorpresa…«Estad atentos y mirad alrededor»: se nos dice que hay libertad de pensamiento, de acción, de expresión, libre mercado, libertad de información, que vivimos en una sociedad liberal. ¿Estáis convencidos?Un cierto doctor Ryke Geerd Hamer fue encarcelado hace unos años porque sus descubrimientos ponían en duda la medicina tradicional. Muchos reporteros freelancers que envían contra-informes sobre lo que pasa en Oriente Medio han sido espiados, perseguidos e incluso encarcelados por su tarea informativa acusados de ser alborotadores. Hace unos 20 años procesaron al doctor Hans Urich Hertel por afirmar, tras unos estudios minuciosos, que el horno microondas puede desarrollar células cancerígenas. Sin embargo parece que tenía razón. Pero como a nosotros el microondas nos es tan cómodo, pasamos de todo…
No había armas químicas en Irán. Bush había sido amigo de Bin Laden. Sabemos que la estrategia del terror y el estado de alerta terrorista, engrosa las ganancias de las multinacionales de las armas y los holdings de defensa y seguridad. ¿Y qué más da?
Pues atento, no venga el diluvio y te engulla. La gente cree en todo y lo digiere todo. ¡No os dejéis engañar! A una señora le dicen: «La operación a su marido ha tenido éxito, pero su marido no la ha superado» ¿Ha tenido éxito? Nuestros países van mal porque las leyes no se aplican: hace falta más control, más policía, más radares en las carreteras. ¿Es cuestión de aplicar las leyes o de cambiar nuestra manera de vivir? La indignación de los jóvenes ¿es debida a esta sociedad o al hecho de que tienen de todo? Y me pregunto: ¿Qué personas componen esta sociedad? ¿Es ésta una sociedad de progreso o una sociedad de la economía? ¿No vemos acaso que trabajamos sólo para gastar? Nuestro sueldo nos sirve sólo para llegar a fin de mes, si es que llegamos, porque las necesidades que nos creamos son cada vez mayores. ¿No es ésta una esclavitud? Trabajar únicamente para consumir. Estad atentos a las mentiras. Sucedió en tiempos de Noé. Sucedió en tiempos de Jesús. Sucede también ahora: la gente no se daba cuenta de nada.
Hoy empieza el Adviento. En la antigua Roma era la entrada de la divinidad en el templo a ella dedicada. El adviento cristiano es el periodo que nos lleva a la Navidad.
Adviento es velar para no perder nuestra verdad: yo soy hijo del Sol y de la Luz. El Adviento es no renunciar a la propia dignidad: yo soy Hijo de Dios. El Adviento es la toma de conciencia del Dios que vive en mí, en mi alma. Es un periodo de cambio, de luz, para que el capullo, a través del proceso de transformación de la crisálida, despierte en nosotros la conciencia de ser mariposas destinadas a volar. Y no se dieron cuenta de nada: eran hijos de Dios y no lo vieron.