domingo, 28 de octubre de 2018

DESPÓJATE DE LA VIEJA CAPA DE DOLOR Y ANGUSTIA


“Yo soy la luz del mundo, quien me siga tendrá la luz de la vida"
Hemos llegado a la última etapa antes de subir a Jerusalén. Jericó es la última ciudad por la que hay que pasar antes de iniciar el ascenso al monte Sión. Jericó es, según la arqueología, la ciudad más antigua del mundo y, según la geografía, la ciudad más baja (240 metros bajo el nivel del mar).
El Señor Jesús cruza la ciudad “abajándose” hasta las raíces de nuestra vida, en lo profundo de la humanidad, en el lugar de la tierra más lejos del sol. No es por casualidad que justo aquí encuentre a un hombre alejado de la luz. Y sin embargo Jesús parece pasar sin quererse detener. Está casi saliendo de la ciudad, cuando la atención del evangelista y del lector, en un relato vivaz y lleno de color, se fijan en un hombre sentado, ciego, de nombre Bartimeo. Es un pedigüeño que pide caridad a los transeúntes. Está en el borde del camino y del camino de la vida.
Por la calle la gente pasa, sigue sus proyectos, camina veloz hacia las propias citas. Cada día también nosotros corremos sin podernos o querernos parar. También los discípulos que acompañan al Señor en aquella ruta se mueven soñando el próximo triunfo en Jerusalén. Al ciego, en cambio, no le es concedido ese camino. Un hombre relegado al margen de la vida es justo que se encuentre en el borde del camino. Esta es una condición en la que es fácil reconocer a tantas personas, incluso pueblos enteros.  

La primera lectura hace referencia al pueblo hebreo deportado en Babilonia: muestra de un pueblo al borde del camino, marginado, sin historia. ¿No son muchos hoy en día los pueblos de los cuales podríamos decir lo mismo?
C:\Users\FRANSESC\Desktop\quitate-la-capa1.jpgIncluso nosotros somos a menudo hombres que nos mostramos bien estirados y tiesos, sin darnos cuenta que a orillas del camino hay muchos hombres que gritan y claman. Hasta que no comprendemos que también nosotros, si vivimos sin Cristo, somos mendigos de luz.
Pongámonos en la piel de aquel ciego, dando voz a tantos gritos que expresan los deseos de nuestra alma. Sí, porque el grito del ciego irrumpe en este domingo como un grito desde el corazón de cada uno de nosotros: “Jesús, hijo de David: ten misericordia de nosotros”.
¿Qué está gritando el ciego? ¿Qué estoy gritando yo? Grito mi desesperación y a la vez, mi esperanza.
Grito el deseo de salir de la prueba, de la dificultad, de la oscuridad. Grito porque no quiero ceder a la resignación, sino que quiero luchar, continuar creyendo que alguien me escucha.
Pero este grito del corazón da miedo, incluso a nosotros mismos…quizás sería mejor callarse, resignarse, “no molestar a Dios”, pensar que de todas maneras las cosas nunca cambiarán. Y de la misma manera que no queremos escuchar el grito de los pobres, tampoco queremos escuchar el de otras personas y otras situaciones que parecen sofocar nuestro grito. Es más fácil cerrar los ojos, no ver a los pobres, no ver los problemas, hacer callar a todos y a todo. Pero eso es tremendo. Lo hemos experimentado todos, al menos alguna vez en la vida: gritar y no ser escuchados, o incluso, ser obligados a callar. Es entonces cuando hace falta gritar más fuerte…
“Llamadlo”. Jesús como en otras ocasiones podría haberse dirigido hacía Bartimeo, tocarle los ojos, curarle. En cambio dice: “Llamadlo”, que es como decir: “Acercaos a aquel grito que da miedo porque yo lo he escuchado y no soy indiferente. Dejaos herir por aquel grito”.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\marcos evangelio.pngLo llaman. Y todos son enviados a decir a todo Bartimeo de este mundo. “¡Animo!: Levántate que te llama” Esta es una invitación dirigida hoy a mí, en este domingo. Estas tres palabras –ánimo, levántate, llama- son como una fuerza de sorprendente novedad, de renovada paz y amor.
Imaginad aquellos tiempos en los que el evangelio de Marcos era el evangelio de los catecúmenos, es decir, de los adultos que se preparaban al Bautismo. Con mucha probabilidad, esperando la vigilia pascual, se preparaban escuchando la lectura continua de todo el libro. (Más o menos se necesitan tres horas) porque Marcos es el evangelio que nos introduce a la fe, que nos invita a reconocer a Jesús, como el Cristo, el Hijo de Dios. Imaginémonos a los catecúmenos a la escucha, a los cuales les es leído el fragmento del ciego de Jericó. Estamos en el umbral de la entrada de Jerusalén, es decir, del relato de la Pasión y Resurrección.
Imaginémonos la emoción de aquellas personas que dentro de poco tiempo iban a ser bautizadas: la memoria de un camino hecho, un encuentro, tantas experiencias gozosas, algún miedo…Pero he aquí las tres palabras que como un grito de Dios resuenan en la noche de Pascua que comienza: “Ánimo, levántate, te llama”. En nada serán llamados uno a uno por su nombre (como a nosotros sacerdotes el día de nuestra ordenación), se levantarán y como el ciego abandonarán su manto de la misma manera que los catecúmenos se desnudarán para entrar desnudos en la fuente bautismal y salir revestidos con la nueva túnica bautismal.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\amaneceres tenebrosos.pngY él se levanta, tira el manto. Es aún ciego pero el milagro está ya aquí. ¿Qué quieres que haga por ti? “Señor, quiero la luz, quiero el bautismo”
Y acto seguido empezó a seguirle por el camino, a diferencia del joven rico de hace dos domingos que marchó frunciendo el ceño, es decir ciego. ¿Y hacia donde le llevará aquel camino? Lo llevará a Jerusalén y quizás junto a la Cruz. Quizás abrió el cortejo de los ramos y palmas entonando el Hosanna al Hijo de David.  Esa palabra la conocía bien, la había usado en Jericó. Le bastaba añadir sólo un Hosanna. Y después, junto a la cruz. ¿Qué debió pensar al ver a aquel Jesús al que había implorado piedad? Es junto a la cruz que la fe afronta la prueba decisiva, para todos, cuando a pesar de todo permanecemos unidos a Cristo, que muriendo vence a la muerte y nos abre definitivamente los ojos a la luz sin ocaso.
Recemos al Señor para que en nuestros amaneceres, a veces tan llenos de tinieblas, nos sea concedido el don de encontrar a alguien que nos repita aquella dulce e imponente palabra que puso en pie la vida del ciego mendicante: “Ánimo, levántate, te llama”.
Mn. Francesc M. Espinar Comas 

Semana del 29 de octubre al 4 de noviembre.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.


Lunes: Por José Padín, hijo Paco y difuntos de la familia.
Martes: Obligaciones del celebrante
Miércoles: Obligaciones del celebrante.
Jueves: Solemnidad de Todos los Santos. Comienza la Novena de Ánimas. Misa primera a las 9:00 por todos los difuntos. A las 17:00 visita a los cementerios. Rosario, Novena y Misa por todos los difuntos.
Viernes: Fieles difuntos. A las 19:30 Rosario, Novena y Misa por todos los difuntos.
Sábado: Continua la novena. Durante su celebración no hay intenciones particulares.
Domingo: Primera a las 9:00 a intención de la Novena. Segunda a las 12:30 por Rosa Padín Castro; Teodoro Padín González, hija María del Carmen, José Rial y esposa Elena Lastres.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías.

Lunes: A las 18:45 Rosario, Novena y Misa por todos los difuntos.
Martes: Continuamos con la Novena.
Miércoles: Continuamos con la Novena.
Jueves: Solemnidad de todos los Santos. A las 11:00 Misa por todos los difuntos. Después de la Misa responsos en los dos Cementerios; A las 19:00 horas Misa y Novena por todos los difuntos.
Viernes: Sobre las 18:30 Rosario, Novena y Misa por todos los difuntos.
Sábado: A las 10:30 de la mañana: Solemne Acto General por todos los difuntos. A las 19:00 Misa por Peregrina Radío Pérez; A Santa Rita una devota; Teresa Díaz Piñeiro y esposo Alfonso; José Manuel Torres Otero; Arturo Rey Gondar; Francisco González, da Capilla; hija Charo, suegros, cuñados, Pepe, Manolo y Hortensia; Simón Domínguez Touriño, de Gondar y abuelos.
Domingo: Primera a las 10:30 por Carmen Salgueiro Torres y esposo Edelmiro, da Arnosa. Segunda a las 11:30 por la parroquia.

domingo, 21 de octubre de 2018

CADA UNO TIENE QUE SER SERVIDOR DE TODOS


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¿Habéis visto jamás un político, un rey o un arzobispo venir a vuestra casa a prepararos la comida, limpiar la casa, llevar a los niños al colegio, ir a hacer la compra? ¡Sin embargo ellos son menos que Dios! Pues Jesús ha lavado los pies a sus discípulos, enjugado las lágrimas, sanado a los enfermos, dado de comer a miles de personas, visitado a ladrones y prostitutas.
¿Y nosotros qué hacemos? Esperamos que siempre sean los demás los que vengan a nosotros, a pedirnos disculpas, a dirimir alguna controversia. Siempre deseamos que los demás nos sirvan, nos reverencien, nos den algo, nos hagan un favor. Y eso es así porque cuando recibimos, estamos mejor predispuestos a considerar la idea de poder hacer nosotros un favor a otro: con la condición de que no nos cueste mucho trabajo, no nos ocupe demasiado tiempo, no nos distraiga de nuestros importantísimos compromisos diarios. Pero sobre todo, que no sea nada de valor superior a lo recibido.

Hoy en día son muy pocos los que dan la propia vida por los demás, que se dedican al prójimo sin pedir nada a cambio. ¿Sabéis cuál es la motivación que empuja a algunos a dar sin recibir? Es aquello que se llama “pasión”, aquella fuerza que te impulsa, te agita, te hace vibrar y te hace llevar a cabo acciones, a veces locuras; pero que están llenas de entusiasmo, de amor y de alegría, sentimientos que satisfacen y que por sí solos te recompensan cualquier sacrificio que debas llevar a cabo. Pasión por el hombre, pasión por la naturaleza, pasión por la ecología y tantas otras motivaciones que brotan desde el hondón del alma, pero que para los que tienen fe se convierten substancialmente en pasión por Dios, amor hacia Aquel que nos ama con todo el corazón. Y cuando hay pasión no necesitamos nada más.
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Me doy cuenta a menudo de que a la juventud, ¡precisamente a la juventud!, le falta pasión. Cuando les pregunto lo que les gustaría hacer responden con un lacónico “no lo sé”. Si intentas tomar la iniciativa con propuestas como ir a buscar setas, ir a pescar, hacer una excursión por la montaña, ir a ver a algún compañero enfermo al hospital, encuentras mil excusas o aún peor, acuden pero con la cabeza gacha como si aquello fuese un castigo. Observándoles se ve que no tienen pasión, que no hay nada que les enamore, que no tienen aquella hermosísima locura que te hace amar, correr, reír, hacer el loco; que te hace levantarte a las 4 de la madrugada e ir a dormir a medianoche; que te hace abrazar al pobre, al enfermo, al niño maltratado: porque el dar es por sí mismo un recibir.
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A veces escucho felicitaciones por ocuparme de los jóvenes, pero en el fondo no entienden que no se trata de un auténtico sacrificio heroico o un acto de virtud: porque es la pasión la que nos anima, la que nos hace gozar cada vez que hacemos alguna cosa por ellos.
¡Qué tristeza ver a aquellos que no tienen ninguna pasión por el prójimo! ¡Cuántas energías podrían dedicar para crecer, amar, sentirse amados! Pensemos en los que tienen pasión por algún deporte. Es muy chulo levantarse por la mañana para ir a entrenar antes o después de ir al trabajo, al Insti o a la Uni, superando los propios límites. Es hermoso ganar los partidos o carreras y ser aclamados como campeones. Pero todo ello está finalizado en sí mismo.
Pensad en los apasionados que tienen la meta en el servicio a los demás, creando un equipo de futbol o de baloncesto con la intención de sacar a los chavales de la calle, transmitiéndoles aquella pasión que les lleva a superar los propios límites, enseñándoles el valor del sacrificio, de la lucha, del esfuerzo para obtener un resultado.
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Scout católico al servicio de los demás
Pasión: cada día falta porque está escondida en cada uno de nosotros tras la cortina de la pereza, del consumismo, del egoísmo. Sacudamos nuestro corazón, hagamos aflorar la pasión que está dentro de nosotros, pasión por algo que valga la pena, y pongámosla al servicio de los demás, al servicio de Dios.
Jesucristo reacciona con viveza ante la amenaza que pesa una vez más sobre la comunidad a causa de la ambición desenfrenada de copar los primeros lugares, de conquistar el poder. Su lección es muy severa, casi solemne. Él propone como compensación una nueva economía social: la de una comunidad sin poder cuya única regla es servir, ofreciendo la propia vida por los hermanos, bebiendo el cáliz hasta la última gota. Y por todos sus miembros, porque todos son hermanos.
A la imagen del jefe que manda se contrapone la del que sirve. Los que van a la cabeza paradójicamente tienen una única misión: servir. Su prototipo es el Mesías, convertido en Hijo del Hombre, siervo de todos los siervos, para rescate de aquellos a los que ofrece lo que tiene, es decir: todo. Él aplica una técnica poco empleada para sanar a la sociedad humana: la homeopatía. La entrega radical de Jesús junto con la nuestra, curarán a toda la humanidad de su esclavitud endémica: el egoísmo y el pecado.  Él ha formulado su proyecto de comunidad, su carta constitucional, a la que todos los participantes deben adherirse: cada uno tiene que ser servidor de todos.
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 22 al 28 de octubre.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: A las 18:00, Funeral por Mohamad Nehn, fallecido recientemente en Madrid; esposo de Rosita Álvarez, ella hija de Carmucha de Coirón. A las 20:00 Misa por Manuel Valladares Fernández; Antonio Camiña Fariña.
Martes: Por Antonio Arosa Iglesias; Juan Vidal Méndez; hijo y padres.
Miércoles: No habrá Misa.
Jueves: Por Dorinda Carballa Pérez; Rosa Cacabelos Rey y difuntos de la familia.
Viernes: Por María Luisa Miniño Vieites; Delvina Outón Tarelo, Manuel Domínguez Balsa, Luis Domínguez y difuntos de la familia. A las 20:30 reunión de catequistas.
Sábado: A las 10:30 primer Aniversario de José Luis Álvarez Salgueiro. A las 11:15 primer Aniversario de Emilia López Piñeiro. A las 20:00 Misa por Daniel Pérez Bouzada y difuntos de la familia; Rosa Santiago Barros; Divina Arosa Lobato; Manuel Vázquez Caneiro, Mercedes Viñas, José Otero, Pura y Manolo.
Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Antonio Insua Valladares; Ángel Dopazo Castro, esposa Dolores Dadín Garrido, Marcos Vidal da Silva y difuntos de la familia.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Martes, día 23: Por María Esther Lores Blanco, de Piñeiros; María Zulema Novoa Lores.
Jueves, día 25: Comienza la Novena de Ánimas. Sobre las 18:45 Rosario, Novena y Eucaristía por todos los difuntos. Durante la Novena no hay intenciones particulares.
Domingo, día 28: Primera a las 10:30 por Josefa Bouzada Poceiro y Manuel Prieto Tacón; José Martínez Troncoso y su padre Manuel Martínez Carballa; Juan Vicente González Camiña. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Novena.

domingo, 14 de octubre de 2018

DIFÍCIL PERO NO IMPOSIBLE


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El evangelio de este domingo, con la bienaventuranza de la pobreza y el peligro anexo del apego a las riquezas, es una voz tan insólita, fuerte y decidida que escuece e induce a reflexionar sobre nuestra fe y también acerca de la adhesión a estos juicios tan contrarios a los del mundo.
Hoy se habla mucho de pobreza y la solidaridad con los desheredados y marginados, por lo que resulta doblemente útil reflexionar sobre la palabra de Cristo que pone en guardia contra un espíritu de pobreza únicamente aparente. En el fragmento del evangelio encontramos tres pequeñas unidades: el episodio del joven rico y poco generoso, las reflexiones de Jesús con los discípulos sobre el problema de la salvación de los ricos, y finalmente la pregunta de Pedro y la consiguiente explicación del Maestro sobre la pobreza del discípulo. El joven rico puede felizmente afirmar que ha observado la ley: se considera un buen hebreo. Pero aún se encuentra lejos de ser un seguidor de Jesús. Para convertirse en discípulo hace falta ponerse en actitud de seguimiento, comprometer toda la propia vida, alejarse de las seguridades terrenas (que en realidad no son tales) y sobretodo de las riquezas. Sin embargo él no está dispuesto. Marcha triste, mostrando como es de difícil la situación espiritual del hombre apegado a los bienes frente a la llamada del evangelio y el problema de la salvación eterna.
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Difícil pero no imposible. Dios lo puede todo: también salvar al hombre rico si este se abre a su gracia, acepta el don de la fe y coherentemente se libera, poco a poco, del terrible lastre que a la vez es obstáculo y barrera. La Madre Teresa de Calcuta, apóstol de la India, afirma incluso que es fácil ser pobre, pero con una condición: “Es sencillo para quien quiere imitar a Jesús (…) que sufre en los pobres de hoy. Vivir el evangelio se vuelve simple si tomamos en serio la palabra de Jesús, y si la cogemos por entero”.
Finalmente Pedro interviene presentando el ejemplo de los Doce que han dejado todo, acogiendo la palabra de Jesús. Y el Maestro tiene ocasión de explicar los motivos y las ventajas de la pobreza del discípulo: libertad total para seguir a Jesús y anunciar el evangelio siendo verdaderamente solidario con los pobres. Esta pobreza verdadera merece una felicidad (en otras situaciones puede ser un mal, fruto de injusticias o de otras culpas) 
C:\Users\SISTACH\Desktop\san paquito pobre.pngEl premio de esta pobreza del discípulo, subraya aún el Señor, es de naturaleza escatológica; sin embargo aparecerá ya de alguna manera en esta tierra, en la comunidad que ellos realizarán viviendo como con hermanos y hermanas. Así, parece concluir el Señor, quedará patente aquel conocido proverbio según el cual aquellos que en la sociedad parecen ser los primeros serán los últimos, mientras que los discípulos que en su pobreza parecen ser los últimos en este mundo, serán los primeros. Pero que no se engañen: no les faltarán persecuciones porque la realización completa del reino no tiene lugar aquí.
La primera lectura demuestra que el Antiguo Testamento ha sido verdaderamente una preparación al Nuevo. El fragmento del libro de la Sabiduría es una invitación a vivir desapegados de las cosas (riqueza, salud, belleza, etc…) para adherir a la verdadera Sabiduría de Dios, prudencia espiritual y atención a los verdaderos valores. Con el antiguo pueblo hebreo  en el salmo responsorial de la liturgia de este día pedimos la “sabiduría del corazón” que nos vuelve sensibles a la Palabra de Dios, de la que habla el autor de la carta a los Hebreos (segunda lectura) subrayando la eficacia. Esta, escriben los profetas, es como la lluvia que no cae inútilmente y obra para nuestro bien o nuestra ruina. Finalmente la sabiduría del corazón prepara día tras día al hombre para este encuentro (y para el consiguiente juicio y presentación de cuentas) del que nadie puede escapar y que nada puede eludir. 
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 15 al 21 de octubre.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas

Lunes: Por Pilar Martínez García, hija y padre. Modesta Camiña Dopazo, esposo Rogelio, hijos Juanita, Eduardo y Pepe.
Martes: A las 18:00 primer Aniversario de Juan Miguel Domínguez Piñeiro. A las 20:00 Misa por Felicidad Méndez, esposo y obligaciones de Palmira.
Miércoles: A las 18:00 Aniversario por Ventura Silva Novoa.
Jueves: A las 18:00 Aniversario de Manuel Camiña Padín.
Viernes: Por José Martínez Lamelas.
Sábado: Por José Manuel Otero Naveiro y difuntos de la familia. Divina Miniño Álvarez y esposo; José Carlos Feijoo Ruel y difuntos de la familia; Juan Vázquez Meis padres y hermanos; Manuel Santamaría Castro y difuntos de la familia. Lola Méndez Arosa.
Domingo: Primera a las 9:00 por la parroquia. Segunda a las 12:30 por Julia Currás Torres.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Lunes: A las 18:00 segundo Aniversario de Manuel Pardo Graña.
Martes: Por Victoria Chan Padín, Juan Fontán Camiña, Modesta Gómez Otero; José Manuel Outón Cacabelos, do Freixo y esposa Encarnación.
Jueves: Por Luis Méndez Muñiz; Luciano Fandiño Conde y su madre, Carmen Blanco Padín y difuntos de la familia.
Sábado: Por Elisa Torres Lores, da Pedra, Luis Abal Lima, Sara Vidal Fernández; Francisco Camiña Torres; A San Benito a intención de una devota; Alicia Piñeiro Rodiño.
Domingo: Primera a las 10:30 por Vicente González Fernández, de Piñeiros; A la Virgen del Carmen, una devota; Manuel Méndez Laredo. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 7 de octubre de 2018

LO QUE DIOS HA UNIDO, NO LO SEPARE EL HOMBRE


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Con el evangelio de este domingo, Jesús continúa la serie de enseñanzas que ofrece a la multitud y a los discípulos sobre varias cuestiones y problemas que pueden presentarse en la vida y en la comunidad cristiana.
La ocasión se le presenta, en este caso, gracias a una pregunta-trampa de los fariseos sobre  si es lícito a un marido repudiar a la propia esposa. Que el repudio fuese admitido comúnmente por la legislación mosaica es cosa conocida. Sin embargo no había consenso en la interpretación de la expresión “si el marido ha encontrado en ella algo vergonzoso” (Deuteronomio 24,1).  Lo discutido pues, versaba sobre qué pudiera ser definido como tal, de manera que el marido escribiese un acta de repudio (acta de divorcio) y entregándosela en mano la echase fuera de casa.
Se enfrentaban sobre todo dos famosas escuelas rabínicas: la más rigorista, de Rabbí Shammai, que admitía la licitud del divorcio sólo en caso de adulterio de la mujer; y la más laxista, de Rabbí Hillel, que añadía al primer motivo cualquier otra cosa que pudiese desagradar al marido (p. ej. “que el hombre ya no encontrase nada de hermoso y agradable en ella” o también que la mujer no le cocina de la manera habitual o si se equivoca en el caldo o le quema una vianda. Incluso un defecto de la mujer, aunque fuese involuntario, o el aburrimiento de ver cada día la misma cara. Según otro maestro, el Rabbí Akkiba, una razón suficiente podría ser el haber encontrado una mujer más bella.
Pero por lo que sabemos, en aquella época concreta lo que la mayoría seguía era la enseñanza del gran Hallel y de su escuela, de modo que prácticamente no había mujer que pudiera evitar legalmente el acta de repudio.
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Se dice que los fariseos, como en otras ocasiones, presentan esta pregunta a Jesús para ponerle a prueba, es decir para constatar de qué lado inclina la balanza o quizás incluso para que tome partido ante Herodes, que había repudiado a su primera mujer para casarse con Herodías, hecho fuertemente criticado por Juan Bautista. Si de hecho la ley consentía todo lo dicho, en cambio persistía en Israel una corriente profética que condenaba vivamente el divorcio. Véase Malaquías 2, 15-16: “¿No ha hecho el Señor un ser único, carne animada de vida? Y este ser único, ¿qué busca? Una descendencia divina. Respetad vuestras vidas y no seáis infieles a la esposa de vuestra juventud. Pues el que se divorcia de su mujer porque la odia -dice el Señor, Dios de Israel- cubre de violencia su vestido -dice el Señor todopoderoso-. Respetad vuestras vidas y no seáis infieles”
Pero Jesús, como otras tantas veces en las que se le implica en un debate, supera el callejón sin salida del legalismo. No responde directamente a la pregunta, señala que la prescripción del Deuteronomio fue necesaria por la dureza del corazón de los hebreos, expresión clásica del Antiguo Testamento para indicar la insensibilidad de la conciencia, la fragilidad pecadora, la obstinada infidelidad a Dios. “Al principio de la Creación, Dios los creó hombre y mujer…y los dos serán un sola carne…no separe el hombre lo que Dios ha unido”
He aquí pues la respuesta de Jesús: Él recupera el proyecto originario del Creador, admirablemente descrito en la primera lectura de este domingo, del libro del Génesis. Para superar la soledad del hombre, el Señor Dios crea un ser diferente a todos los otros, sacado de la carne misma de Adán. Existe pues una nexo profundo entre ambos, que los diferencia tanto del mundo animal como del divino, pero que al mismo tiempo los une en un modo del todo peculiar, de manera tan fuerte que cuando Dios conduce a la mujer al hombre, éste manifiesta un estupor gozoso porque reconoce en ella una parte de sí mismo, de su misma naturaleza, diferente de la de los animales, y en el encuentro nace también la posibilidad de la comunicación. Por vez primera Adán habla.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi22tpAWsWovOkCXn600P-8HsI1-ovN6C2wZvRGOw_ms8o0UANsSp-LocCjqlplmhJMPz4foHpJVhYIxRBOLJI3wbfxvT1YAybMDT8BBpNGNmwqDJ-QRwTQK-USsKymQQtowSvUzCxl6a8V/s320/SagradaF.jpg“Por ello –prosigue el texto del Génesis citado por Jesús- el hombre abandonará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne”. Subrayemos que los dos verbos hebraicos usados para indicar la unión entre el hombre y la mujer no significan únicamente la unión sexual, sino mucho más: hablan de una adhesión a la persona plena, en una relación de amistad y solidaridad: es la reciproca donación total, hasta formar una sola cosa, una sola persona, una unidad que no se extinguirá ni con la muerte, porque “el amor es más fuerte que la muerte” (Cant. 8,6)
Jesucristo en su respuesta había citado también el Génesis 1,27 (Dios creó al hombre a su imagen, hombre y mujer los creó) es decir que la pareja humana en cuanto tal es imagen de Dios, y en su naturaleza expresa incluso aquella realidad de la alianza que es el don más grande hecho por Dios a los hombres. La voluntad creadora de Dios a la que Jesús se refiere es crear al hombre a su imagen como varón y mujer, y fundar por tanto la unidad indisoluble del matrimonio: “Así pues, no separe el hombre lo que Dios ha unido”
Esta es la visión del matrimonio que la comunidad de los orígenes había deducido de la enseñanza del Señor y que la diferenciaba netamente del judaísmo. Esta es la doctrina que la Iglesia posteriormente siempre ha anunciado. Es natural que nos preguntemos como volverla a proponer hoy, en una sociedad en la que en las últimas décadas tanto los divorcios como las separaciones han aumentado vertiginosamente. Y donde apenas un 10% de los europeos han declarado estar de acuerdo con las enseñanzas de San Juan Pablo II sobre la negatividad del divorcio.
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Una respuesta la podemos encontrar en la misma página evangélica. Notemos que la enseñanza sobre el matrimonio, Jesús no la imparte ni en la primera predicación en Galilea ni en medio de las controversias con los fariseos, sino únicamente a partir del momento en el que Él es reconocido como Mesías, como Hijo del Hombre llamado a una entrega de sí mismo hasta la cruz. Esto es como decir que esta enseñanza se inserta en la global propuesta de la vida cristiana, que implica dificultades, sufrimientos y “cruces”. En el caso específico de los cónyuges, éstas consisten en el esfuerzo constante por encontrar vías de entendimiento, comprensión y disponibilidad del uno hacia el otro; volver a empezar cada vez que algo se tuerce o incluso se rompe.
Pero Cristo continuamente ha prometido permanecer junto a nosotros, con su gracia y con el don de su Espíritu. Jesús hizo su primer milagro en Caná para salvar la felicidad de aquellos esposos. Cambió el agua en vino y al final  estuvieron de acuerdo en afirmar que el vino servido por último era el mejor. Jesús hoy está dispuesto, si es invitado a la boda, a obrar de nuevo este milagro y a hacer que el vino último -el amor y la unidad de los años de la madurez y la ancianidad- sea aún mejor que el de la primera hora. 
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 8 al 14 de octubre



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: No habrá Misa.
Martes: Por las intenciones de los participantes.
Miércoles: No habrá Misa.
Jueves: Por José Luis García Dorado; José Otero Piñeiro, padres y abuela.
Viernes: Por Elisa Seijas Castro, José Vallejo Cacabelos; María Dolores Castro Domínguez. A las 20:30 reunión de Catequistas.
Sábado: Por Benjamín Castro Minguillo; Josefa Pastoriza; Elías Torres Vidal y sus padres.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:30 por la santificación de la parroquia y obligaciones del Celebrante.

Villalonga

Intenciones de las Celebraciones Eucarísticas. Durante la semana a las 19:00 horas.

Martes, día 9: Por Manuel Fernández Garrido, padres Manuel y Cándida, da Salgueira.
Miércoles, día 10: A las 20:00 horas reunión de Catequistas.
Jueves, día 11: Por Wenceslao Camiña Moraña.
Sábado, día 13: Por José Manuel Pérez Fernández, hijo Antonio y difuntos de la familia. Manuel Lorenzo Crespo Soto; Valentín Martínez Torres, da Vichona; Amancio Pérez Domínguez, hijo José y nuera María Victoria; Juan Camiña Lamelas y esposa, da Bruñeira; Orentino Martínez Blanco, da Fianteira, abuelos y tíos; Manuel Caneda Otero e hijo Manuel Caneda.
Domingo, día 14: Primera a las 10:30 por Concepción González Torres y difuntos de la familia. Segunda a las 11:30 por la parroquia.