domingo, 28 de mayo de 2017

Glosa Dominical

NO EL VIVO SINO EL VIVIENTE
Lo que le está sucediendo a Jesucristo frente a las miradas atónitas de sus apóstoles, no tiene nada que ver con un desaparecer en la estratosfera o con un perderse entre los astros de la bóveda celeste. Nada tiene que ver con marcharse como un cohete de una rampa de lanzamiento mientras el vuelo va acompañado de un adentramiento en una nube oscura. Se trata más bien de un fenómeno mistérico, insondable para los sentidos; pero por el que podemos tomar conciencia de que Jesucristo, Dios y hombre verdadero, después de haber compartido largamente con nosotros todos los aspectos de la humanidad, comprendida la persecución y la muerte cruenta, ahora se sustrae a nuestra percepción sensorial y se aleja de la esfera propiamente terrena. Asume la dimensión plena de la gloria, aquella inefable de lo divino, aún continuando manteniendo la misma humanidad. Verdadero Dios y verdadero hombre, entra en la esfera de lo divino.
El contacto puramente humano con el Señor Resucitado ya no será posible, porque Él asciende a los cielos y vuelve a la derecha del Padre. Huelga decir que de ahora en adelante ya no será posible experimentar según categorías terrenas; no tendremos manera de experimentar su presencia material, pero podremos percibir su presencia aunque sólo con un ulterior esfuerzo comprensivo de humildad, que es el de la fe.
Los sentidos ya no podrán garantizar la presencia del Resucitado y Glorioso, sino aquella virtud infusa en nuestros corazones por la cual podemos tener la certeza de que Él está vivo y que incluso nos hace descubrir que más allá de estar vivo, Él es el Viviente. 

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Jesucristo no ha dejado a sus discípulos con un palmo de narices y no se ha diluido de manera que pierdan sus huellas, sino que continúa obrando con ellos, prosigue en su acción su obra de redención y salvación, perpetua su presencia cierta y efectiva en los sacramentos dentro de la unidad de la Iglesia. Pero las condiciones de conocimiento nos vienen dadas por la fe y por el abandono confiado, y estas son las únicas condiciones para poder interactuar con Él.
Ciertamente los apóstoles debieron asombrarse inicialmente observando su partida. Y se dieron cuenta de que ahora deberían organizar ellos mismos su convivencia y su ministerio. Y en esta tarea no tardaron en experimentar la cercanía de su Señor a pesar de la ausencia de posibilidades tangibles y auditivas. Vuelven a Jerusalén llenos de gozo, motivados y fortalecidos por la certeza de que no quedaban huérfanos. Por lo demás, Jesús les había prometido que estaría con ellos hasta el final de los tiempos y que les enviaría un Consolador, es decir el Espíritu Paráclito que les educaría en la verdad toda entera. Es pues obra del Espíritu Santo la posibilidad de percibir al Señor Resucitado en nuestra vida tras la Ascensión; porque el Espíritu propio del Padre y del Hijo, infundido en cada uno de nuestros corazones y en la asamblea de Pentecostés, nos hace posible la experiencia continua del Resucitado como Aquel que vive y que ya no muere más, y que anima la misión de la Iglesia.
C:\Users\Cesc\Desktop\reppent1.jpgEn su nueva dimensión de gloria, Jesús nos invita constantemente a compartir la misma reciprocidad de relaciones entre Él, el Padre y el Espíritu Santo, sumergiéndonos en la vida plena de Dios y haciéndonos capaces para el mismo ámbito de gloria que se ha revelado al mundo en el Espíritu Santo. Él nos empuja de ahora en adelante dándonos fuerza para que rompamos los temores y superemos nuestras incertidumbres, miedos y titubeos. La Presencia de Jesucristo, aunque invisible, nos conforta y da seguridad mientras sostenemos luchas, desafíos y dificultades. Todos estamos llamados a perpetuar la presencia del Señor Resucitado, especialmente con una conducta de vida que lo transparente como el Viviente y no sólo como Aquel que está vivo.
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 29 de mayo al 4 de junio.


Dena

Horario e intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: A San Roque a intención de una devota. Por Miguel Parada, Matilde Padín, Peregrina Vidal y difuntos de la familia.
Martes: Por Vicente González Pazos.
Miércoles: No habrá Misa.
Jueves: Por Chicho do Forcado y su hijo José Manuel.
Viernes: Por Dolores Viñas Arosa.
Sábado: Por Aurora Insua Camaño, Lolita Camaño y difuntos de la familia, Manuel Dominguez Otero (Chula), Ramón Tilve Blanco; Ángel Moraña padres y hermanos.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:00 por Teodoro Padín González y su hija María del Carmen. Al Sagrado Corazón de Jesús a intención de un devoto.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:30 horas.

Jueves: A las 19:30 Misa por Juan Pita y su esposa. A los Sagrados Corazones de Jesús y de María a intención de una devota. Confesiones de los Niños de la Primera Comunión.
Sábado: A las 13:00 Misa y Primeras Comuniones del grupo de Niños y Niñas de la Parroquia. A las 20:00 Misa por Amalia Silva Padín, de Rouxique; Aurora Fernández Leiro y Francisco Vilar Moldes; Manuel Moldes, esposa Hermosinda e hijo José Manuel, da Costiña; Peregrina Souto Méndez, Herminia Torres Souto, da Bouza, Aurora Buezas Pérez, da Salgueira.

Domingo: Misa a las 11:00 por Adolfina Cacabelos Méndez, Jacinto Otero Aguiar y difuntos de la familia.

domingo, 21 de mayo de 2017

Glosa Dominical

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¿SEDUCIDOS Y ABANDONADOS? ¡NI MUCHO MENOS!
Lentos y reacios en sus pasos. Con aquel sentimiento de desconcierto a las espaldas que es típico de quien se está debatiendo ante la partida de uno que te ha abrasado de veras el corazón. Mañana estarán solos, huérfanos de una Presencia, pobres de una mirada que hasta hace pocas horas les había ayudado a navegar dentro de las borrascas de lo cotidiano. 
De tanto en tanto es necesario abandonar a los hombres para luego amarles aún más. Y ayudarles a descubrir que aquel abandono -que para ellos era casi una ausencia- en realidad era una forma más audaz de presencia. Una casi necesidad para desflorar plenamente el sentido recóndito de aquella historia de amor con Él. 
El hombre Nazareno, el Maestro, el Amigo. Sus antepasados habían entrado en el desierto como una horda de mendigos y beduinos. Después de 40 años de trato frecuente y de amores salieron revestidos con las galas del pueblo de la alianza. La más tormentosa, envidiada, narrada alianza de la historia entre el Cielo y la tierra. En cambio a ellos les bastó poco más de mil días para tomar el miedo y mudarlo en osadía, para trazar nuevos trayectos y rumbos, para despedirse de los peces de Genesaret y entrenarse en las aguas tumultuosas de los corazones de Palestina. Fuertes, impetuosos, valientes. Algunos días incluso molestos en su apasionada búsqueda de la Verdad: pero siempre en su compañía. Si sucedía algo, si tropezaban con alguno, si no comprendían mucho, cuando no lo conseguían, en las noches en las que el mar se agitaba, frente a los ojos de los adversarios, Él siempre estaba. Una garantía, una garantía, un sentido de guarda y custodia. 

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Pero el Espíritu Santo suscita siempre nuevas respuestas a las nuevas exigencias. Ahora estarán solos en el mundo, dentro de la historia. Solos pero a cuenta ajena, en su memoria. Solos, pero no solos como les querría el mundo, porque aquella soledad tendrá la compañía del Espíritu Santo que el mundo no comprenderá, que el mundo obstaculizará, de la que el mundo se mofará como si se tratase de la más insensata de las posibles compañías. Lo llama Espíritu, pero es una gramática de sinónimos y un alfabeto de matices: fantasía y creatividad, imaginación e intuición, percepción, inspiración y capricho. En el sentido más genuino del término.
De Egipto salió un pueblo festivo, después de la efusión del Espíritu sale una Iglesia remendada con las vendas de los dones, tremendamente decidida a jugárselo todo en la partida dentro del gran drama de la historia humana. No habrá ya más miedos en sus corazones cuando atravesarán los lindares de Judea y Palestina. Serán hombres y mujeres que romperán confines y barreras, anunciarán la comunión de los sueños. Imparables. Ese viento los modelará y nadie les podrá barrar el paso. Será su nuevo compañero de camino. Narrarán a los hombres que aquella historia de amor es un cruce entre Amor, Amado y Amante.
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 22 al 23 de mayo.


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: No habrá Misa.
Martes: Por Aurea Valladares Padín, esposo e hijo. Elisa Cousido Padín y prima Elisa. Cándido García, Diamantina, Valentina, Elisa y Nieto Ángel.
Miércoles: Por Manuel Peón, Victoria Poceiro e hijo Anselmo.
Jueves: Por Julia Méndez Padín y Pedro Blanco Velázquez.
Viernes: Por Delvina Outón Tarela y difuntos de la familia; Dolores Limeres Outón, padres y hermano. A las 21:30 Reunión de Catequistas.
Sábado: Por José Otero Piñeiro; Manuel Santamaría Castro y difuntos de la familia; Emilia Piñeiro y difuntos de la familia; Carlos Laredo, esposa y difuntos de la familia.
Domingo: Primera a las 9:00 por las Obligaciones del Celebrante. Segunda a las 12:30 por los niños que reciben la Primera Comunión.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Martes, día 23: Por Maricarmen Cacabelos, Serafín Filgueiras y Servando, de Lagarey. Manuel Casas García.
Sábado, día 27: Por Cielo Basdedidos Míguez, de Peai; José Garrido Caneda, Divina Pastora Pérez Méndez; Silvestra Otero Fernández y su hijo José Otero; Santiago Salgueiro Cacabelos, de Gondariño; Manuel Otero Míguez; Albino Mayán Buezas, padres Albino y Elvira.

Domingo, día 28: Primera a las 10:30 por Celso González Galán, Manuel Fandiño Conde, de Rouxique; Arturo Rey Méndez y su hijo José Rey. A Santa Rita a intención de una devota. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 14 de mayo de 2017

Glosa Dominical


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LA MODESTIA DE CRISTO
Aún Él, siempre Él: casi vienen las ganas de decir “por suerte que está Él” que nos hace pisar sobre firme. La vez pasada era el rostro de incredulidad de Tomás: “si no veo, si no toco, si no meto”. ¿Qué es si no la incredulidad sino un no entregarse a la belleza? A la Belleza que salva. Hoy de nuevo Tomás y con una pregunta que surge del desconcierto: “Señor, si no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos conocer el camino?” Tomás, el hombre con los pies sobre el suelo, el realista casi descarado: el sentido común que revolotea y se enfrenta con la radicalidad de la propia fe. El hombre sediento de transparencia y que de ahora en adelante -ahora que su fe ha sido confirmada por el Señor Resucitado- querrá ver claras las cosas.
Y Cristo reinicia, aún una vez más, la enésima vez, no la última vez: “Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida”. Que sea el Camino puede pasar, incluso que sea la Vida; pero además ser la Verdad, parece muy atrevido. Pilatos en medio de aquella farsa de interrogatorio, primogénito de la farsa de muchos interrogatorios e investigaciones, se preguntó y Le preguntó: ¿Qué es la verdad? Él no se daba cuenta, botón de muestra de un imperio que explotaba por dentro, que tenía la Verdad delante. Era una Persona: aquel día el Imputado no respondió a la pregunta. Y Pilatos se estampó contra la roca dura de sus prejuicios y suposiciones.
A Tomás ya no se le concede el dudar más. Esta vez Cristo responde: “Soy yo, Tomás. Soy Camino, Verdad y Vida”. Una Verdad que al mismo tiempo es Camino: siempre a punto de ser traicionada, de frágil esencia como las cosas más queridas y apreciadas, tan íntima como para ser más intima que nosotros mismos. Cualquier otro hombre que pronunciase tal discurso sería acusado como falto de modestia. Cristo no: dice ser la Verdad. Es la palabra más humilde que existe. El orgullo sería decir: tengo la verdad. La poseo, la he redactado en una fórmula. La Verdad no es una idea sino una Presencia. Yo soy. Punto y final.
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Y reiniciar de nuevo junto a la orilla de aquel lago azul, tierra natal de Felipe de Betsaida. También él rasca la corteza y quiere exprimir el jugo de aquel Amigo tan raro que parece de verdad Dios. Y sin embargo tan familiar como para atreverse a presentarle la última petición, quizás la que más celosamente guardaba en su corazón. Se la hace directamente a Él, cuando percibe que está marchándose. Casi como condición para aceptar todo lo demás. “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”. Le reclamó aquello que hizo arder de deseo a miles de hombres, que fue la causa y el misterio de decenas de profetas, que era el ansia y la espera de toda una humanidad a la desesperada búsqueda de su Salvador. Felipe se la hizo así, como si fuese algo cotidiano. Y cotidiano lo era realmente. Tan cotidiano que Felipe no se dio cuenta de que había vivido con el Padre junto a Él, que estaba preguntándole justo a Él, que estaba de cara a Él, la razón última de su búsqueda y de su existencia.
Como en Emaús: caminaron junto a Él varios kilómetros y no le reconocieron hasta partir el pan. Como en mi casa: camina junto a mí desde hace años y aún hoy me pregunto qué rostro tendrá el Cristo de la Resurrección. Como hoy, como ayer, como siempre: inquietante, misterioso, sorprendente por su voluntad de esconderse detrás de lo cotidiano, de la rutina de cada día.  El Padre y nos basta. Nos basta aquel que hizo una única promesa y la mantuvo de veras. Dejándose burlar por una chusma de inapetentes para recordar al mundo que el verdadero problema es que los estúpidos siempre están seguros de sí mismos, mientras que los inteligentes están llenos de dudas. Aquellas dudas que son el anticipo de la Verdad. De la Verdad que es el Cristo de los evangelios.
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 15 al 21 de mayo.


Dena

Intenciones de las Celebraciones Eucarísticas. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: Por Pilar Martínez García, hija y padre; José Da Silva Gaspar y su madre Dolores.
Martes: No habrá Misa.
Miércoles: No habrá Misa.
Jueves: Por Lucindo Varela Castro.
Viernes: Por Aquilina Castro Casal, esposo Antonio y madre Matilda.
Sábado: Por Lola Méndez Arosa; Valentina Padín Parada, esposo Aurelio; Teodina Salgueiro González.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Amparo Ares Regueiro; María Mercedes Lamelas Aspres y María del Carmen Troncoso González.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Jueves, día 18: Por Ramón Rial González; Tomás Cacabelos Méndez; Cándido Andrade García y su hijo de Lagarey; Arturo Méndez Camiña, esposa Aurea Fernández e hijo Manolo.
Sábado,  día 20: A las 10:30 primer Aniversario de Victoria Pérez Méndez. A las 11:15 segundo Aniversario de Tito Outón Torres.
A las 20:00 Misa por María Luisa Lariño García; Juan Camiña Lamelas y Carmen González Buezas, da Bruñeira; Carmen Lores Padín, da Arnosa; Lidia Seijas Dovalo; Manuel Ciuro, da Lomba, María Agraso Outón y sus padres; Simón Dominguez Touriño, de Gondar.

Domingo, día 21: Primera a las 10:30 por Carmen Troncoso Pérez; Delfina González Torres, de Rouxique, padres y difuntos de la familia. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 7 de mayo de 2017

Glosa Dominical


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OVEJAS QUE NO SON TONTAS
Por esta vez voy a mostrar mi desacuerdo. Ser oveja (o borrego) siempre es sinónimo de la incapacidad para razonar por ti mismo, de individuar una meta, de emprender un camino valiente, inédito, de fantasía. No estoy de acuerdo. Y por esta vez decido cambiar: este no es el domingo del Buen Pastor, sino el domingo de las ovejas. Mira el evangelio: habla del redil con la misma delicadeza con la que habla del Templo, quizás mayor: no como dormitorio-corral de las ovejas y de las ideas. Un lugar de encuentro en el que se dan cita las ovejas y su Pastor. Que al menos por esta vez posee una característica peculiar: “Las ovejas escuchan su voz (…) lo siguen porque conocen su voz”. Extraño oficio el del Pastor. Anómalo y delicado: donde no llega el cayado, entra en juego la voz. Cosas que a nosotros hoy nos dice bien poco. La de Cristo Pastor en cambio, es una voz nítida y directa: “Todos aquellos que vinieron antes de mí, son ladrones y bandidos”. Tanto que las ovejas, que no son tontas,“no los escucharon”. ¡Qué bomba!
En algunos lugares los pastores se lamentan de que el rebaño no les escucha. También el rebaño se lamenta, y a veces con mucha razón, de que no perciben la voz del pastor. ¿Es sólo cuestión de moda o de cambio social? La solución la tenemos en el relato de los Hechos de los Apóstoles cuando afirma que a la gente, después de escuchar a Pedro “se les traspasó el corazón”. ¡Y sólo con oírle hablar! No tras obrar, maniobrar, proyectar, etc… Hablar: simple y apasionadamente, con recta intención y verdad. Como en aquel atardecer que llenó de emociones el camino de aquellos discípulos de Emaús: el corazón se les abrasaba mientras conversaban con el Resucitado. Esta es la razón por la que los discípulos de Pedro se movilizan en seguida: ¿Qué tenemos que hacer, hermanos? ¡Lo mismito que sucede en nuestras celebraciones!
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Hablo hoy a mis hermanos en el sacerdocio y a las vocaciones sacerdotales: las ovejas no son tontas. Corren si hay una voz que les enciende el paso. No podemos usar palabras para ellos agotadas, incapaces de abrasarles el corazón, de agitar su respiración. No podemos tener el rostro apagado, la sonrisa helada, una encajada de manos que aleja, un gesto calculado, las palabras sopesadas y pesadas, la mirada opaca, la boca que mastica fórmulas, la actitud envarada. A veces los pastores somos gente de palabras descontadas, previsibles, recicladas, fotocopiadas, estrechas. Sé que muchos diréis: ¡Él era Cristo! Él para hacerse reconocer ha llorado, gritado y hablado. Ha gozado, temblado y exultado. Se ha conmovido; por miseria, por amistad, por perfumes. Ha pedido ayuda, atención, jornadas.  Ha movido corazones, almas, cerebros. Se ha recostado sobre la mesa del mundo para encontrar, abrazar, ayudar. Ha tenido miedo. Ha pedido cercanía. Se ha hundido.
Para hacerse reconocible no se ha avergonzado de ser hombre. Como los pastores que huelen a oveja, que pacen palabras que como milagrosamente renacen de manera continua. Palabras parecidas a las conchas dentro de las que resuena el eco de la voz del mar. Con pastores que no se lamentan, que como Pedro tendrán que responder a una pregunta que vale un atestado de amor: ¿Qué debemos hacer? Es decir que la Palabra ha conmovido, asombrado, desgarrado. Levantado, humillado, maltratado. ¡Qué satisfacción para el pastor: la oveja levanta el lomo y quiere encontrar el camino! Ha nacido en ella la añoranza del sendero. Por suerte que son ovejas. Pero no tan extremamente “ovejas “como para confundir autoridad como rango de mando o autoridad como ascendente. ¡Fin de un cierto tipo de pastoreo: el de los mercenarios!
Mn Francesc M. Espinar Comas

Semana del 8 al 14 de mayo.


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: A las 19:00 primer Aniversario de Ignacio García Iglesias, de Morouzos.
Martes: Al Sagrado Corazón de Jesús a intención de una devota.
Miércoles: Por Emilio García Meis y José Caneda Pérez.
Jueves: A San Judas Tadeo a intención de una devota.
Viernes: Por Manuel Domínguez Seren, esposa Divina Méndez Meis, Dolores Serén Cores y difuntos de la familia.
Sábado: Festividad de Nuestra Señora de Fátima. Misa a la Virgen de Fátima; Aurora Insua Camaño, Lolita Camaño y difuntos de la familia; Celia y Ovidio; Carmen Dopazo Padín; Manuel Domínguez Otero, Chula, Olvido Ozores Larriba y Elisa Cousido Padín.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:30 a la Virgen de Fátima; Marcos Vidal y Juan Carlos.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Martes día 9: Por María Esther Lores Blanco, de Piñeiros.
Sábado día 13: Festividad de Nuestra Señora de Fátima. A la Virgen de Fátima; Amalia Silva Padín; Jesús Padín Blanco, Nélida Padín Blanco, Carmen Martínez Hermida; Carmen Esperón Fernández, Consuelo Camiña Fariña y esposo Cándido; Francisco Cores Padín, esposa y difuntos de la familia; Jesús Fernández Otero y Carmen Leiro Méndez; Vidalina Prieto Carballa y sus padres; Eduardo Fernández Domínguez y esposa Sara; José Outón Fernández, esposa Josefa Torres Cacabelos y su madre María Fernández Tacón.

Domingo día 14: Primera a las 10:30 por Carmen Alfonso Sineiro, hija y Suegra; Milagros Rosal y difuntos de la familia; Francisco González López, da Capilla. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

lunes, 1 de mayo de 2017

Glosa Dominical


HISTORIA DE DOS FRACASADOS: UNO MÁS EL OTRO
Es la mañana de Pascua. Por un camino tortuoso, dos hombres de mediana edad, van rápidos girando los hombros a Jerusalén, cuyas alturas cada vez desaparecen más detrás de las otras que siguen con ondulaciones de cimas y valles continuos. Hablan entre ellos. Dirección Emaús. En aquel mismo día y en aquella misma tarde eran muchos los discípulos desanimados, encerrados en sus casas o en el viaje de regreso de Jerusalén después de la fiesta de Pascua. Tenían la sensación de que todo un mundo se había desmoronado y se hubiesen despertado amargamente después de un sueño demasiado hermoso. Todo parecía acabado. Años de esperanza y entrega, años de prodigios que auguraban magníficos triunfos, años de fe y espera, de dulzura y luz. Aquellos dos tipos debían ser de aquellos que dejan espacio para los ideales en su corazón. Para ellos aquella muerte está teñida de fracaso. Así debían ser aquellos dos pabilos humeantes que el Maestro estaba dispuesto a reavivar.
Jesús se les acerca con mucha delicadeza. Ellos van de camino, sumidos en la tristeza, la soledad, dialogantes y necesitados de ayuda. Sin estruendos ni golpes de escena, silenciosamente, les alcanza a lo larga del camino que estaban recorriendo. Ellos vieron su sombra, se dieron la vuelta, les seguía. Tenía el aspecto humilde y común de un caminante que alarga el paso para no caminar solo. Les alcanza. Es un Jesús velado bajo la apariencia modesta de un pobre caminante. Ellos no lo reconocen. Se les acerca en la hora de la tristeza: es una regla de su conducta. A la Magdalena se le apareció mientras lloraba, a los Once mientras estaban tristes y alterados cerca del lago después de una noche de pesca infructuosa, a Tomás en la hora de la incredulidad. Ellos son sólo dos: a partir de ahora serán tres.
Estaban razonando y discutiendo entre ellos. Tema de gran importancia. Se habla de lo que está en el corazón. Está en el corazón lo que se busca. Se busca lo que se ama. Conclusión: están hablando de un Amor. Se les acerca pero no quiere deslumbrarles sino instruirles y confortarles. De hecho Jesús empieza con una pregunta. Les busca para fortalecerles el corazón, para corregirles e iluminarles. Pero no empieza con el tema: se introduce con dulzura, con una pregunta simple, natural y discreta: “¿De qué discutíais por el camino?” Toda su atención está centrada en su melancolía. Y les acompaña en su crisis, en sus dificultades. No les sermonea. Les explica las cosas de manera que les abrase el corazón. Es decir con respuestas verdaderas, precisas, claras, eficaces. Las que todos buscamos para nuestros problemas, dudas, incertidumbres. Y con ellas se ganó su confianza. Cleofás que debía ser de temperamento impulsivo y expansivo, sujeto a subidones y bajones, presa de abatimientos y euforias como todas las personas de ánimo generoso, estaba deseoso de apoyarse en alguien y compartir aquel sufrimiento del corazón. 

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Jesús les deja hablar y quizás con su mirada tierna, llena de interés, les anima a hacerlo. Ellos le muestran su pena espiritual. Sufrían: eran hombres que requerían cuidados, necesitaban ser acariciados. Y en medio, el silencio, el sosiego que llega y en lontananza Emaús. Y Jesús sin pedir nada a cambio finge seguir adelante. No pide nada, no quiere nada, no pretende nada. Y es por ello que los dos le ruegan: “Quédate junto a nosotros”  La invitación se dirige a Quien les había corregido brevemente, sin acritud, con amorosa y serena dulzura, movido por puro amor y no por el deseo de una satisfacción personal. Nada de insultos, nada de palabras inútiles, generadas por la impaciencia o la locuacidad. Aquel peregrino verdaderamente tenía el poder de reanimarles. Parecía que únicamente hablase pero sin embargo les tocaba el corazón, lo hacía arder…
Los discípulos le pidieron que se quedase con ellos. Y arguyeron una razón diferente a la más profunda. Dijeron “Porque atardece” en vez de decir “Deseamos tu compañía”. Lo forzaron con el amor. Fue Él a acercárseles. Ahora son ellos a refrenarlo. Entra y en el momento de partir el pan, lo reconocen. Los corazones latían a un ritmo desesperado, una gran emoción les invadió. “Es Él”. Pero sin ellos advertirlo, despareció a la vista de sus ojos. Y los discípulos recuerdan cuando le reconocieron: “Al partir el pan”. El mismo gesto que había llevado a cabo con sus discípulos cuando les dijo “Haced esto en mi memoria”  Y los mismos dos que habían iniciado el camino cansados y deprimidos, ahora regresan sin demora a Jerusalén, ansiosos de anunciar a sus amigos que Jesús ha resucitado, que está vivo, que ellos lo han encontrado. Cansados de caminar ahora corren. ¡Qué fuerte este compañero de camino!
Mn. Francesc M. Espinar Comas