domingo, 26 de mayo de 2024

NO HAY DIOS SIN TRES

 


Todas y cada una de las palabras que pronunciamos desde el inicio de la celebración eucarística tienen como objetivo el adentrarnos en el misterio del Dios Uno y Trino. Con la oración colecta y las lecturas que escuchamos en esta fiesta, se nos desvela este Dios único bajo sus tres realidades: Padre, Hijo y Espíritu Santo. 
Como el misterio de Dios no es un interrogante (una cuestión sin respuesta) sino una exclamación (una maravilla para descubrir), la liturgia católica prevé el hacernos vivir esta maravilla entre dos fiestas mayores: la del don del Espíritu Santo del pasado domingo (como si el Espíritu fuese la puerta necesaria para decir “Dios”) y la del jueves/domingo próximo, la del Cuerpo y Sangre de Cristo, porque la Eucaristía permanecerá para siempre como la Presencia Real de Jesucristo entre nosotros.
¿Quién de entre nosotros no habrá usado cientos de palabras para decir “Dios” a niños o adultos? En la catequesis, en diálogos de fe, intentando contestar a alguna pregunta o sencillamente explicando nuestra religión a un musulmán que piensa que somos politeístas. Todos hemos experimentado dificultades de vocabulario. Nuestra religión a veces parece bien complicada, bien cerebral.

Quisiera proponeros dos imágenes para hablar de Dios. El acompañamiento de jóvenes y de adultos que se inician en la fe nos exige sencillez. Y es con ellos que han surgido estas imágenes.
La primera es la de un niño de cuatro años, a quien sus padres enseñan a santiguarse: marcan su cuerpo con el signo trinitario. En el nombre del Padre, sobre la frente, signo del cerebro y de la inteligencia. Dios de entrada se revela como el Creador, Aquel que da existencia a las realidades visibles e invisibles. Dios es Padre porque engendra la Vida. 
En el nombre del Hijo, en el vientre, porque es el lugar del nacimiento. El hijo ha tomado carne en el vientre virginal de María. Dios se ha hecho hombre. Dios ha nacido en humanidad. Dios se ha encarnado.
En el nombre del Espíritu Santo, sobre los hombros, lugar de la fuerza. El Espíritu es la fuerza de Dios en beneficio de nuestra humanidad. El Espíritu es quien permite la comunión de los corazones. La horizontalidad de este gesto atraviesa la verticalidad de relación del Padre al Hijo.  El Espíritu nos hace atravesar la vida del Padre y del Hijo. 
Este niño que se santigua hace más teología de lo que se imagina. Mientras aprende a hacer sobre su cuerpo el signo de la cruz, el niño aprende al mismo tiempo que su cuerpo es el lugar de la presencia de Dios. Hijo bienamado del Padre, hermano de Jesucristo, Templo del Espíritu Santo. 

Mi historia, mi vida es presencia de Dios porque Dios la tiene presente. La fe en un Dios trinitario no es sólo un acto de adhesión  al misterio de Dios o de comprensión de mi inteligencia de tal misterio. Ante todo es el descubrimiento de que mi vida está presente para Dios, porque Dios ha confiado en mí, que me ama en mi humanidad a pesar de la dosis de pecado. Dios Trinidad me revela que la fe no es únicamente creer en Él, es ante todo creer que Él, Dios, cree en mí y que de resultas, yo puedo creer en Él.  La Trinidad me revela que Dios me ama y que en nombre de este Amor, pone en mí el signo de la presencia del amor. El lugar donde el Hijo ha amado más al Padre, sobre la cruz, yo lo pongo en mi cuerpo para que aquí también, en mi cuerpo y en mi alma, Dios me ame. 
La segunda imagen me viene de un recuerdo de adolescencia, cuando nos entreteníamos escondiendo mensajes escritos en papelitos. Cada uno de esos papelitos llevaba escrita una parte de las frases que teníamos que recomponer y descubriéndolas podíamos saber cuál era el tesoro y dónde estaba escondido. Este descubrimiento del Dios único que se revela en tres personas no es la complicación teórica (el enmarañamiento) del Dios de los cristianos: sino el cumplimiento de una historia revelada que llamamos Historia Sagrada o de la Salvación, en la que Dios se nos desvela progresivamente. 
Padre porque engendra a Israel, le da la Ley, la del Padre y de un Dios tierno y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad. Espíritu porque habla a los profetas, da la alegría y la perfección de vida. Pone a los hombres en comunión con Dios. E Hijo bienamado, signo del amor entregado del Padre. Esta es la historia que Dios nos enseña. No nos la inventamos. 

Cuando tenía 14 o 15 años, un amigo me enseñó su pequeño laboratorio fotográfico, aún en blanco y negro. Aprendí a esa edad cómo se revelan las fotos: a partir de un negativo y de una fuente lumínica, aparece un rostro que se revela. Simplemente exponiendo un negativo a la luz. 
En la Historia Sagrada Dios revela su rostro progresivamente. Cuando el revelador ha hecho su trabajo, sumerge la película en un baño ácido que actúa como amortiguador del PH que se llama “baño de paro” y que hace que la foto guarde su justo contraste. Ese rostro revelado se sumerge en el agua. Como el Hijo bienamado se sumergirá en el agua para que el Padre lo autentifique como el Hijo a quien hay que escuchar. Y para que esta revelación no amarillee ni envejezca, hay que fijarla en el papel. Es como el Espíritu Santo que fija para siempre el rostro de Dios sobre el Bienamado.
Perdonad esa imagen atrevida, un poco mecánica, un poco demostrativa. Dios no tiene prueba. Una revelación es una prueba, pero Dios permanece un misterio. Si nos ha dado la Escritura y una inteligencia, es también para que nosotros nos sirvamos de ella cuando intentamos pensar en Él, cuando intentamos hablar de Él. 
Estamos rodeados de realidades inabarcables, a las que intentamos acercarnos mediante una gran variedad de formulaciones. Tan inabarcable es Dios para nuestro entendimiento, ya sea la filosofía quien pretenda explicarlo, ya sea la ciencia (que de vez en cuando se asoma a estos misterios), ya sean las religiones, que la formulación católica del Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, ejerce incluso para los no creyentes un atractivo singular. Porque nos permite al mismo tiempo percibirlo como la gran fuerza que mueve el Universo, en Dios Padre Creador del cielo y de la tierra; como Dios-con-nosotros, uno más de nosotros, en el Dios Hijo; y como Dios dentro de nosotros, habitando en nosotros, en nuestro espíritu, en el Dios Espíritu Santo. 
La percepción católica de Dios (visto desde fuera), que para nosotros es Revelación, nos coloca a los católicos lo más cerca del conocimiento y del acompañamiento de Dios en nuestras vidas. 

Semana del 27 de mayo al 2 de junio.

 

Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: A las 19:00 primer Aniversario de María del Carmen Domínguez Seijas.

Martes: No habrá Misa.

Miércoles: Comienza la Novena al Sagrado Corazón de Jesús. Sobre las 20:40 Rosario, Novena y Misa. Por Manuel Padín Suárez.

Jueves: Por Vicente Radío Domínguez.

Viernes: Por los devotos del Sagrado Corazón de Jesús.

Sábado: Por Alicia Melón Oubiña; Lino Besada; Manuel Pérez Valladares.

Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia y Novena al Sagrado Corazón de Jesús. Segunda a las 12:30 por Javier Afonso Camiña y sus abuelos. A las 18:00 reunión para organizar la celebración del Santísimo Sacramento

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Miércoles: Por Pastora Otero Carballa; José Leal Velázquez.

Jueves: Por Sofía Camiña Blanco, hijo Jorge y esposo Ramón.

Sábado: Por Sara Méndez Carballa.

Domingo: Primera a las 10:30 por Enrique González Caneda. A la Virgen del Carmen a intención de una devota. Segunda a las 13:15 por los niños que reciben la primera comunión.

domingo, 19 de mayo de 2024

LOS TRES PASOS DE PENTECOSTÉS

 

 
Hace algunos años, un sacerdote en Roma, hablando de la misión de la Iglesia, me decía: “Tenemos que ser como el Tíber, que no pasa por las afueras de nuestra ciudad sino que la atraviesa por el centro y nos pasa por dentro fecundándola y contribuyendo a su belleza”.Pienso que esta imagen, a pesar de sus limitaciones, nos ayuda a comprender el significado de esta fiesta de Pentecostés: el Tíber es el de siempre, pero el agua que pasa es la de hoy. Así el Espíritu Santo en Pentecostés: hace presente en los discípulos y en nosotros, el amor de Cristo y su Palabra, empujándonos a la misión.San Pablo nos propone el camino del Espíritu Santo: “caminad según el Espíritu”, es decir: dejemos que nuestro hoy sea atravesado por el Espíritu Santo. A esto bien podríamos llamarlo los pasos del Espíritu Santo. Pero, ¿de qué pasos se trata? Hoy al menos se nos proponen tres: 
1.- El paso del hijo: en el evangelio Jesús dice que el Espíritu Santo “tomará lo que es mío y os lo anunciará”. El Espíritu Santo nos repite, aquí y ahora, lo que es Jesús: el hijo predilecto del Padre. Nos lo recuerda, nos lo repite en el corazón, hasta que comencemos verdaderamente a vivir como hijos de Dios. San Pablo nos dice que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos ha sido dado. No basta saber que Dios es un Padre que nos ama, necesitamos reavivar constantemente este amor divino en nosotros, que nos da la valentía de mirar nuestra historia personal acompañados por la misericordia de Dios que está siempre pronto a perdonarnos. Necesitamos, como el agua que bebemos, hacer este paso del hijo en nuestra vida para no sentirnos esclavizados por los sentimientos de culpa o por nuestras idealizaciones de la perfección o la coherencia, que tienden a hacernos considerar siempre mediocres nuestras elecciones y nuestro día a día. ¡Qué hermoso cuando Jesús en el evangelio dice: “Muchas cosas me quedan aún por deciros, pero por el momento no sois capaces de llevar el peso. Cuando Él vendrá, el Espíritu de la Verdad, os guiará a toda la verdad”. De hecho los discípulos aún han de hacer la experiencia de ser perdonados y amados hasta el final por Jesús. Pedro y los otros aún han de hacer la experiencia fundamental que los convertirá en Iglesia: hombres amados y perdonados gratuitamente por Cristo que se ofrece, convirtiéndoles en hijos y hermanos. Esto acontece a través el Espíritu Santo. He aquí por qué algunos fardos pesados de nuestra vida sólo pueden ser llevados escuchando al Espíritu Santo en nosotros que nos recuerda siempre el amor misericordioso de Dios y nos permite afrontar nuestro futuro con esperanza y confianza sin hacernos sentir nunca solos. 
2.- El paso hacia el fruto: San Pablo hace una distinción entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu Santo. No sólo quiere expresar un contraste entre el cuerpo como elemento negativo y el Espíritu como elemento positivo. Es interesante ver la contraposición entre las obras y el fruto: las obras son aquellas que hacen alusión a la satisfacción de mi bien. Y necesitamos hacer tantas cosas, tantas obras, para estar bien y acaparar el reconocimiento de los demás y sentirnos mejor que ellos... Hacer y poseer frenéticamente tantas obras en la esperanza de que puedan llenar el vacío que llevamos dentro pero que no hacen otra cosa que dispersarnos más. A las obras, San Pablo contrapone el fruto del Espíritu, que es uno solo: el amor que se manifiesta de tantas maneras diversas. El Espíritu Santo en nosotros nos empuja hacia lo que como punto de partida no es mi bien sino el bien del otro, porque únicamente de esta manera nuestra vida encuentra su realización, su fruto, y nos hace estar en armonía. Entonces todo lo que nos hace salir hacia la solidaridad, la comunión, la fraternidad, son pasos del Espíritu Santo que empuja nuestra vida a dar su fruto transformando nuestro corazón.
 
 
3.- El paso de la creatividad: muchas veces hemos escuchado que el Espíritu Santo abre y diversifica suscitando la variedad y la acogida de los diversos dones y carismas. Pero no sólo eso: el Espíritu Santo nos ayuda también a abrirnos a la creatividad de Dios en nuestra vida, sobre las personas que amamos. A menudo decimos que “las cosas nos han ido de otra manera: mi vida de sacerdote, de padre, de madre, de hijo ha sido de otra manera de como la había soñado”. El Espíritu Santo nos ayuda a transformar todo aquello que ha ido de otra manera de como la habíamos deseado y construido, en fuerza creativa que Dios utiliza para abrir nuevas e impensables posibilidades en nuestro camino. También para los discípulos la muerte de Jesús fue un final “diferente” de como lo habían soñado, su resurrección una victoria diversa de aquella que esperaban. Pero el día de Pentecostés, gracias a los dones del Espíritu Santo, todo eso se transformó en nueva vida y en nuevos caminos con el nacimiento de la Iglesia. Invoquemos al Espíritu Santo que también para nosotros se abran nuevos caminos y nuevas posibilidades a partir de todo aquello que ha ido diversamente en nuestra historia, abriéndonos a la creatividad del Espíritu Santo. 

Semana del 20 al 26 de mayo.

 

Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: No habrá Misa.

Martes: Intenciones del celebrante.

Miércoles: Por los ancianos y enfermos de la Parroquia.

Jueves: Por Elvira Camiña Padín, esposo e hijos.

Viernes: A las 18:45 confesiones de los niños de primera Comunión y demás personas que deseen hacerlo.

Sábado: Por Alfonso Rial Gondar a intención de los alumnos de Doña Celsa; Divina Dopazo Cacabelos; Carmen Padín, 3º aniversario.

Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:30 por los niños que reciben la primera comunión.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Jueves: Por Rosa Pastora Camiña Torres.

Sábado: Por Juan Valladares Lores y esposa Elisa, da Costiña; Manuel Camiña Fariña, da Costiña; Juan García Tacón; Luis Otero Fernández; Albino Camiña García, esposa Adelaida e hijos.

Domingo: Misa a las 10:30 por Luis Ansorena, esposa María del Rosario e hijos Gerardo y Federico. Por Daniel Múñiz Pérez; María Padín Caneda, da Salgueira. Se suprime la misa de 11:30 por la excursión de los colegios.

domingo, 12 de mayo de 2024

FUERA DEL ALCANCE DE LA VISTA, CERCANO AL CORAZÓN

  


¡Misión cumplida! Es hora de volver al Padre. Ahora os toca a vosotros. “Vosotros seréis mis testigos en Jerusalén, en Samaría, en Judea y hasta los extremos confines de la tierra”. Y cuando hubo dicho esto, se levantó a vista de sus ojos hasta que una nube les privó de su visión, sus ojos llenos de asombro, fijos en el cielo en dirección hacia el lugar de su desaparición. ¿Pero dónde había ido tan lejos de sus ojos?
Con la Ascensión, Jesús se convierte en invisible. Y la invisibilidad es peligrosa, porque a menudo nos aleja. Fuera de la mirada y lejos del corazón, como si la ausencia afectara a la relación. ¿Pero es verdad que el tener a Jesús fuera del alcance de la vista nos lo hace tener lejos del corazón? No, porque nuestra historia de creyentes, que es la historia de la Iglesia, nos demuestra que el hecho de tener a Jesús en la aparente lejanía no lo ha borrado de nuestro corazón. 

La invisibilidad de hecho no es una ausencia, sino otro tipo de presencia, la del Espíritu, a través del cual Jesús está hoy más cercano a nosotros, que antes cerca de sus discípulos: antes estaba con ellos, ahora está dentro de nosotros. La Ascensión cambia todo: Jesús está fuera del alcance de la vista pero cercano a nuestro corazón. Desde aquel día tenemos un Dios al alcance en cada esquina de nuestro camino. Jesús no nos abandona, sino que nos da cita fuera del estrecho núcleo de nuestras pertenencias. El mundo es la plaza del Evangelio, las calles del hombre son las direcciones, toda la sed de amor, de paz y de verdad que anida en el corazón del hombre, es una invocación a buscar nuevos horizontes. 
“Los apóstoles marcharon todos. ¿Y nosotros? A menudo sucede que cielo y tierra, vida eterna y acontecimientos humanos son colocados por algunos en contraste en una relación de  mutua exclusión. La fe cristiana los acerca y los une. Corremos tras el Señor que sube; y no pudiendo alcanzarlo permanecemos en la tierra, en el seno de su Santa Iglesia, imitando a los apóstoles que se reunieron en el Cenáculo para implorar al Espíritu Santo. Todo lo hacemos, cada día, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. (San Juan XXIII)

Semana del 13 al 19 de mayo

 

Dena

Lunes: Festividad de la Virgen de Fátima. Misa a la Virgen de Fátima a intención de una familia devota y por la Parroquia.

Martes: Por Marcos Vidal Da Silva y difuntos de la familia.

Miércoles: Por Benjamín Castro Minguillo y difuntos de la familia.

Jueves: No habrá Misa.

Viernes: Por los participantes.

Sábado: Por Carmen Rial González y esposo Ramón Castro González.

Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Etelvino Dopazo Lores.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: Festividad de la Virgen de Fátima. Misa a la Virgen de Fátima, por la Parroquia.

Martes: Por Modesta Pombo Padín, esposo y difuntos de la familia; Tito y esposa.

Sábado: Por María Victoria González Outón; Dolores Lores Ferreiro, difuntos de la familia do Novello; Antonio Fernández Dopazo y esposa Amalia, de Rouxique.

Domingo: Primera a las 10:30 por Lola Camiña y esposo, de Piñeiros; Alfredo Lores Lores, de Piñeiros e hija María Esther. Segunda a las 11:30 por la Parroquia.

domingo, 5 de mayo de 2024

PRECEDIDOS Y GUIADOS POR EL AMOR

 


Estamos recorriendo el camino de la Pascua: este nos invita a reconocer a Jesús vivo y vencedor de la muerte, capaz de dar vida nueva a cada uno de nosotros. El Resucitado que se aparece a los discípulos les lleva a recordar todo lo que había dicho antes de entregar su vida. A la luz de la muerte y la resurrección sus palabras asumen otro espesor, son más claras y elocuentes, llegan hasta nosotros. Y se convierten cada vez más fuertes con el pasar de los años cuando nos acompañan en las experiencias gozosas y tristes de nuestra vida. También hoy escuchamos algunas palabras pronunciadas por el Señor en la hora del testamento, del último saludo, cuando se hace esencial y verdadero. 
 
 En los domingos precedentes ha hablado de sí mismo y de su relación con los discípulos mediante bellas y conocidas imágenes: el pastor y las ovejas, la vid y los sarmientos. Para Jesucristo el sentido de su vida es la relación con nosotros, no se puede pensar si no en relación (tanto el pastor como la vid no tienen sentido sin las ovejas y los sarmientos), y nos invita también a pensarnos en este modo, como alimentados por la relación vital con Él.
 
Hoy, continuando el discurso de la vid, deja de lado las imágenes y va al corazón de la revelación de Dios, que no consiste en comunicación de ideas y mucho menos de normas, sino en una relación de amor: lo que Jesús vive con el Padre es lo que ha querido vivir con los discípulos. Antes de dejar a los suyos los exhorta a permanecer en esa relación, es decir a corresponder con la propia y concreta vida al don de amor que han recibido. Esta relación de amor tiene una condición: “cumplir los mandamientos”. Como Jesús, obedeciendo al Padre, ha hecho una experiencia de su amor, de la misma manera invita a los suyos a ser obedientes a su mandamiento: amar a los hermanos como Jesús ha amado a sus amigos. La condición para continuar recibiendo el don del amor de Dios es esparcir ese don entre nosotros, no cerrarnos a los demás, relacionarnos con los demás de la misma manera que lo hemos visto en Jesús, superando otras maneras humanas que son diferentes, hasta el punto de dar la vida por los otros. Este es el fruto que Jesús espera de nosotros, sus amigos. La consecuencia, el fin por el que Jesús nos llama a entrar en esta relación que parte del Padre es la alegría: en vistas a que podamos participar de su alegría, tener una alegría plena. 
 
 
Este proyecto de amor con la humanidad, contempla aún san Juan en la epístola de hoy, donde encontramos la famosa frase breve que dice todo lo que de más sublime se puede decir de Dios: “Dios es amor”. Juan desarrolla esta definición con algunos aspectos de este misterio: Dios ha tomado la iniciativa, ha sido el primero en amar, y lo ha hecho cuando la Humanidad estaba lejos de Él, cuando amar ha significado perdonar el rechazo, el pecado. Entonces el camino para conocer a Dios es amar, sabemos que somos sus hijos si amamos. Y no hace falta ir a no se sabe bien donde o cuidarnos de quien sabe quién. Basta amar a quien está cerca.
 
Conocemos bien este “corazón” de la revelación cristiana (el amor), conocemos también la condición que Jesús pide y la promesa ligada a la obediencia. Pero al mismo tiempo conocemos cuán difícil es seguir al Señor en este camino. Este es idéntico para todas las vocaciones y las formas de vida cristiana; en cada una nos ofrece cada día algunas renuncias, pasos valientes que dar, elecciones difíciles que nos cuestan. Detengámonos y preguntémonos: ¿en mi vocación, como estoy amando día a día al que tengo cerca, de la misma manera que me ha amado Jesús? ¿Hay algún otro paso, algún gesto concreto, alguna elección importante, que me permita caminar en la dirección que Jesucristo me enseña?
 
 
Si cada uno de nosotros está en camino en esta dirección, también es posible preguntarnos como comunidad, como Iglesia, porque damos testimonio de Jesús no sólo personalmente, sino también en la manera que vivimos entre nosotros. En la primera lectura, de los Hechos, se nos narra un paso importante llevado a cabo en los primeros años de la Iglesia: Pedro entra en casa de Cornelio, un romano gentil, que vivía en Cesarea Marítima. Dios había enviado a sus mensajeros tanto a Cornelio como a Pedro para que se encontrasen. Después de haber anunciado a Jesús, Pedro entiende que el Espíritu Santo desciende también sobre las personas allí reunidas, es decir reconoce que Dios va por delante de él, abre nuevos caminos, hacia donde Pedro por sí solo no hubiera jamás pensado. Si como Iglesia  estamos a la escucha del Espíritu, Él nos abre caminos insospechados para que el amor de Dios pueda llegar a todos aquellos que lo esperan. 

Semana del 6 al 12 de mayo.


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Durante la semana continuamos con la novena a la Virgen de Fátima, sobre las 20:40 Rosario, Novena y Eucaristía.

Lunes: Comienza la catequesis intensiva de los niños de primera comunión.

Misa por José García Fernández; Isaura Cacabelos Vidal.

Martes: Por Luis Castro Fernández y sus padres; Ramón Sineiro Radío.

Miércoles: Por Manuel Pimenta Domínguez; Emilio García Meis, Manuel Valladares Rial y esposa Josefina.

Jueves: Por las Vocaciones Sacerdotales, Religiosas y Misioneras.

Viernes: Por Manuel Padín Suárez.

Sábado: Por Santos José Álvarez Bea; Pura Dopazo Dadín.

Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Marcelina Domínguez Varela y difuntos de la familia. A las 18:00 reunión de las personas que quieran colaborar en la organización y fiesta del Santísimo Sacramento.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: Comienza la catequesis intensiva de los niños de primera comunión.

Jueves: Por Oscar Buezas Pérez.

Sábado: Por Josefa Caneda Bande, Ricardo Tilve Varela, Manuel Miniño Valle y esposa Josefina Méndez Radío, de Rouxique; Carmen Fernández Otero, da Salgueira; Albino Mayán Buezas y sus padres Albino y Elvira.

Domingo: Primera a las 10:30 por Amelia Padín Míguez. Segunda a las 11:30 por la Parroquia.