domingo, 23 de febrero de 2020

¡Amadlos! ¡Como si fuera fácil!

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Palabras desnudas, descarnadas, esenciales. Raquíticas en su delgadez, y sin embargo ensordecedoras en su eco: incluso embarazosas por la casi imposibilidad de amoldarse a ellas. Despojadas de todo, sin un hilo de filosofía encima. Así es como a Él, forjador de grandes personalidades, le gustan: “Amad. Punto y final.” No es el imperativo lo que aturde: hay imperativos en la Escritura que dan la vida y encienden la mecha, que infunden una fascinación irracional y atraen por la majestad de sus ideales. No molesta aquel imperativo para la nota. Es el objeto que señala con aquel verbo con el signo admirativo: a quien te abofetea, a tu acérrimo enemigo, a aquel al que ni siquiera darías un gesto de saludo: ¡Amad! Como si esto fuese fácil, como si fuera la cosa más natural abrazar a quien te hiere, perdonar a quien te mata -física o espiritualmente-, acariciar historias molestas y pútridas de rencor. Como si fuese simple ser como Dios: perfectos. O como las palomas del Evangelio: simples y puras. 

Y sin embargo ésta es la vía estrecha que lleva al cielo para aquellos que a diferencia de mí son capaces. Un difícil agujero, casi intransitable, tan estrecho como para tener que escurrirse restringiendo la barriga y todo el resto (como hacen los hámsters) para intentar pasar y colarse: pensamientos e ideas, suposiciones y certezas, convicciones y cosas indudables. Yo, mi mundo, mi historia, mis pequeñas pasiones: mi férrea certeza de ser siempre y sólo yo el hombre justo, con las personas justas. Por otro lado, para aproximarse a la santidad es necesario mirar a la Divinidad.

C:\Users\Cesc\Desktop\jesus-en-cruz.jpgNecesitamos ser capaces de amar a aquel Dios que es verdaderamente Dios, aquel que hace salir el sol sobre buenos y malos y llover sobre justos e injustos. Un día clavarán en el madero de una Cruz al Hombre que tuvo la osadía de equiparar el amor a los enemigos con la negación de uno mismo. Aquel que parecía construir simples paradojas tanto como para complicar el pensamiento de la gente y en cambio metió dentro la llave en la cerradura del Cielo. Le darán una Cruz y ante la Cruz no se detendrá: hasta que consume una muerte rodeada de dulzura de pensamiento y palabras y reservada casi en exclusividad, en el rincón de la memoria, a los que se consideraban sus enemigos: porque no sabían lo que se decían, porque no sabían lo que hacían; porque no sabían que así, en aquellos momentos, ellos eran víctimas de sí mismos justo en el instante que daban voz al mal en su corazón. Quizás sería necesario un enemigo a nuestro lado para que intentásemos la osadía de la salvación: nuestro enemigo es nuestro salvador. Es él el que me hace ver claramente lo que chirría dentro de mí. El que me hace descubrir mis falsedades, mis vagas pretensiones. Es haciéndome de espejo la manera como me enerva hasta el punto de hacerme sentir desnudo, débil, sin corazas y raquítico frente a Dios. https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_N3xUnOznTTS-C3DoGHQaXsit1SSeYjW1Eaax4znnDYHLqU_n52RIuwmO8ADRFB8TTzAgA5IeaePTpni9IJjpidLXNmQUfd3dOqUg2HwlFUHwXJ4YQ93PlwfTRpOHwxUJy_2zQjvg-sw/s1600/glosa2.jpg 

Un enemigo en el cabezal para que todos puedan acordarse de cómo hay que hacer para vencer la enemistad. Y que la victoria del verdugo se completa cuando el odio que le empuja, contagia también a la víctima. Cristo lo supo y venció a Pilatos, redujo a la nada a los escribas, fariseos y doctores varios. Sacudió el alma del centurión bajo la cruz, perdonó el rencor de quien le habló con lanzas, látigos y esponjas de vinagre. Rompió los diques excavando entre Él y ellos la tierna amistad con el Buen Ladrón. No dejó que el enemigo le invadiese el corazón con la infelicidad de la enemistad. Y por eso venció también la traición de Judas: dejó libre al hombre para besarle y después venderle. Libre de ser ridiculizado y burlado por quien tenía un amor loco, inimitable. Muchos no creyeron en sus palabras: también hoy muchos -entre ellos el abajo firmante- lo recuerdan pero no aciertan a seguirle. Nos enfadamos porque el mundo va mal y torcido. Amad. Punto y final. Alguno lo consigue y deja este mundo un poco mejor de como lo encontró: más humano, más amable, más habitable. Deja al hombre en la más humillante vergüenza: porque todo esto no es imposible para quien está poseído por el Amor, y vence la brutalidad con los gestos locos del amor niño.  

Mn. Francesc M. Espinar Comas 

Semana del 24 de febrero al 1 de marzo.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. De martes a sábado a las 20:00 horas.

Lunes: A las 19:00 Misa por Pepe da Bouzabella, esposa, padres, hermanos, suegros y difuntos de la familia.
Martes: No habrá Misa.
Miércoles: Comienza la Cuaresma. Día de ayuno y abstinencia. Se impondrá la ceniza en la Misa. Por Herminio Pazos, hija Águeda y difuntos de la familia.
Jueves: No habrá Misa.
Viernes: Por Marcelino Besada Casal; Ernesto Aragunde Muñiz, esposa Victoria Agraso. Después de la Misa rezaremos el Vía Crucis.
Sábado: Por Manuel Castro Padín; Juan Santiago Valladares, esposa y difuntos de la familia.
Domingo: Misa primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda Misa a las 12:30 por Sofía Parada Padín, esposo Antonio e hija Pastora; Concha de Rey y Luis Ferreira.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Miércoles 26: Comienza la Cuaresma. Día de ayuno y abstinencia. Se impondrá la ceniza. Misa por María Montserrat Méndez Lores, de Rouxique.
Viernes 28: Ejercicio del Santo Vía Crucis.
Sábado 29: Por Pepe de Santomé; María Zulema Novoa Lores; Juan Valladares Lores y esposa, da Costiña; Mabel Lores Carballa; Servando Cacabelos Domínguez; Julio Otero González, Albino Souto Méndez y esposa; Juan Soutullo Buezas y esposa, do Freixo.
Domingo 1: Primera Misa a las 10:30 por Manuel Camiña Fernández; Manuel Carlos Leiro Otero, da Arnosa; Jacinto Martínez Varela y Valentina Vázquez. A la Virgen de los Dolores, una devota. Segunda Misa a las 11:30 por la Parroquia.

domingo, 16 de febrero de 2020

La radicalidad de Dios.

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Muchas veces las afirmaciones en una frase se estropean con un pero: “es bueno, pero…”, “es hermoso, pero…”, “es espabilado, pero…” “es inteligente, pero…” Como si la historia -incluso la aparentemente más insignificante o la más gloriosa- estuviera siempre a un paso de explotar, para quedarse allí, como suspendida en la cresta. Poco concluyente. El pero es una ley de lo humano de la que Cristo no osó eximirse aplicándola. “Habéis oído decir que… pero yo os digo…” Que es como decir: “hasta ahora ha parecido que fuese justo así, pero de ahora en adelante ya no será suficiente”. Cristo, el contreras del Eterno, la exageración que es siempre anticipo y preludio de la grandeza, la convicción de ser el Hombre definitivo, aquel que cambiará la historia: incluso la convicción absoluta de los propios medios. Es ley humana y Cristo la soporta, incluso con el lujo -porque realmente Él es verdaderamente Hijo de Papá- de añadir de su cosecha propia. Como aquellos músicos geniales que sobre una partitura de autor proponen algunas variaciones melódicas: aquel toque de personalismo artístico que a menudo el público agradece con gusto y aprobación.

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Y sin embargo entre los dos peros -el del hombre y el de Dios- viene cifrada la diferencia entre el cielo y la tierra. Porque cuando el hombre manipula aquella partitura, a menudo lo hace para disminuir la proeza de lo que ha sido dicho o hecho con anterioridad -inteligente, pero tenga en cuenta que es hijo de profesores- o lo máximo para buscar una razón que debilite la sublimidad de lo anterior. Cuando es Dios quien lo corrige, aquel pero cambia y produce el efecto contrario: no tanto el banalizar lo que ha sido, sino anunciar algo más grande que dará mayor valor a aquello que lo ha precedido. Como un restaurador de muebles antiguos: no tira las tablas viejas o la madera de cerezo devorada por la carcoma, sino que lo coge y con paciencia de cartujo renueva la frescura y lo restaura dejándolo nuevo. Más fascinante, más precioso, más apreciado y valioso. Así es Dios: después de Él ya no será suficiente el no haber matado: será necesario no haber ofendido al hermano llamándole estúpido. Ya no será suficiente el hecho de no haberte acostado con otra mujer, sino el hecho de haberla mirado con concupiscencia consentida. Es propio de la seriedad del Cielo el ir a la raíz de los problemas para atajarlos: en la mirada del deseo empieza el adulterio; en el considerar estúpido o inepto al hermano, empieza el homicidio. Por eso echaron en cara a Cristo su radicalidad. Radicalidad deriva de raíz, es decir de lo que está en el fondo, en el inicio, de lo que hace transitar la savia, la vida misma. Lo que Cristo exige es ir a la raíz de las cosas para atajar el mal en su base. Hay que impedir que vaya a más y lentamente se descontrole. 

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Incluso en el Jardín del Edén, el Eterno no se detuvo en la manzana, sino que fue en búsqueda de quien la comió, es decir de Adán. Llegado a él no se detuvo: fue en búsqueda de quien le había inducido, es decir de Eva. Llegado a ella, no se detuvo: fue más lejos, fue a la raíz de quien por pura envidia intentó destruir desde su comienzo la más hermosa entre las historias de amor, aquella entre Dios y el hombre. Allí en la raíz encontró a Satanás y lo maldijo eternamente. Sin términos medios, sin medida, fulminante y audaz. Incluso amenazador con el Demonio. En los evangelios no basta con encontrar un culpable. Cristo busca al Culpable. Del mismo modo que no tendrá suficiente con desenmascarar al mal, sino que irá concienzudamente tras el mal para atajarlo, denigrarlo, y combatirlo sin tregua. Lo que cuenta para el Cielo es la intención, el sentimiento, es decir lo que hay en el corazón de las gestas terrenas. 

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El pero de Dios: no para humillar sino para perfeccionar, no para regañar sino para estimular, no para esconder sino para señalar. Le acusarán por haber sido el hombre de los cambios: para algunos esto bastó para declararlo reo de muerte. Algunos, éstos en concreto, nunca entenderán que para aquel Hombre cambiar no significaba despreciar el pasado; significaba por el contrario amarlo con tal locura como para arriesgarse hasta la exageración con tal de iluminar de pleno el bien que ya estaba latente.  

Mn. Francesc M. Espinar Comas 

Semana del 17 al 23 de febrero.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: No habrá Misa.
Martes: Por los enfermos de la Parroquia.
Miércoles: Por la Paz en el mundo.
Jueves: Por Dolores Padín Camaño. Dela Cacabelos Dopazo.
Viernes: Por las vocaciones sacerdotales y religiosas.
Sábado: Por las intenciones de los participantes.
Domingo: Primera a las 9:00 por José Carlos González Padín y difuntos de la familia. Segunda a las 12:30 por Dolores Castro Domínguez; José Alfonso Sineiro, esposa Maruja, hijo y nieto.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Martes 18: Por Alberto José Torres Troncoso y esposa Victoria; José Luis Vázquez Prieto; José Caneda Buezas, esposa e hijos da Bruñeira.
Jueves 20: Por María Consuelo Méndez Casal, esposo Cándido e hija Ana. Eugenia Nores Domínguez.
Viernes 21: A las 18:00 primer Aniversario de Perfecto Álvarez Filgueiras, da Xuncablanca.
Sábado 22: Por Isolina la Asturiana y sus padres; Manuel Méndez Laredo; Manuel Aragunde Vieitez y esposa Carmen, de Rouxique; Manuel Lores Padín y difuntos de la familia; Manuel do Novello; Maruja Méndez Torres, de Lagarey; Albino Mayán Dopazo.
Domingo 23: Primera a las 10:30 por Manuel Fandiño Conde, de Rouxique, suegros Cielo y Regina- María Carmen Varela Dozo. Segunda a las 11:30 por la Parroquia.

domingo, 9 de febrero de 2020

Somos la sal de la tierra, la luz en medio de la oscuridad.



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Como envuelto en el aroma de lo cotidiano: una pizca de sal en la sopa y una lámpara encima de la mesa para iluminar la casa. Porque el Rabbí, Maestro de una aldea perdida de Galilea, parece divertirse leyendo los secretos de la existencia misma dentro de los pétalos de una amapola. Y registrando en los pequeños detalles de una vida común las grandes maniobras que hacen de una vida cualquiera una auténticamente vivida.

El Hombre de Nazaret asombra quizás por aquella innata capacidad de escrutar el Reino de Arriba dentro de la confusa caricia de la vida de aquí abajo. Desde entonces, a partir de aquella primera pedagogía de la sorpresa, cualquiera descubrirá que no será a partir de lo que una persona dice de Dios, sino a partir de cómo te habla de las realidades comunes que tendrá la percepción de si esta persona ha vivido o no en el fuego del amor de Dios. Sal y luz, como un día agua y ceniza, Gracia y arrepentimiento, hombre y Dios. Y sin embargo no basta el hecho de ser predestinados, no basta el hecho de ser sal y luz para aromatizar y dar sabor e iluminar al mundo: será necesario rememorar a ultranza que si la sal pierde su sabor no sirve ya para nada más que para ser arrojada y pisoteada  por la gente. 

Que la lámpara ha sido hecha para ser puesta sobre el candelabro y no dentro o debajo de un cajón. En resumidas cuentas: que la sal debe conservar su sabor y la luz estar sobre el candelabro: si no, no son ni sal ni luz. Se convertirán en ingredientes caducados que la buena ama de casa, obsesionada por el orden y la limpieza, decretará incapaces de producir gusto y claridad. Es decir los dejará de lado por inútiles. 

Así pues, en la lógica del Evangelio, también un cristiano puede convertirse en inútil si pasa la entera vida sin que nadie se dé cuenta de la diferencia que había en él, aún más grave si acontece después de palpar las sorpresas de Dios, después de haber sido embridado dentro de una historia con Dios. El evangelio es diáfano e imposible de ser mal comprendido en este particular. Si la sal pierde su gusto no sirve para nada; pero si uno se pasa con la sal en la sopa, ésta se convierte en incomible, repugnante e indispone el apetito. No sólo el cristianismo insípido parece desanimar al Nazareno, sino también el cristianismo indiscreto, quisquilloso, sabelotodo y de este modo deteriorado: para favorecer la sorpresa de Dios, parece sugerir Cristo, es necesaria la justa dosis de presencia y esencia, de intervención y tregua, de entrada y salida. Como la madre, que exenta de toda licenciatura en arte culinario, sabe añadir la justa medida de sal para que el plato resulte sabroso. Con un añadido que le viene de la experiencia: cuando se le ha ido la mano con la sal, resulta casi imposible solucionarlo. Cuando sin embargo falta, siempre se puede añadir. Un refrán catalán dice: “Qui cuina salat cuina pel gat, qui cuina dolç cuina per a tots” (Quien cocina salado cocina para el gato, quien cocina dulce cocina para todos).

C:\Users\Cesc\Desktop\big_thumb.jpgMaravilloso Cristo, también en esto muestra su sabiduría: mejor parecer débiles y después añadir la intervención de la Gracia, que parecer fuertes a ultranza y relegar la Gracia de Dios a un simple decorado. Mejor de puntillas –como en la lejana tarde de Emaús– y despacito avanzar con discreción, que entrar en la vida de las personas como elefante en una cacharrería. Quizás, con el evangelio en la mano, para convertirse en cristianos el secreto reside en ser a la par obstinados y flexibles, más o menos al mismo tiempo. Naturalmente lo difícil es saber ser lo uno o lo otro. La sabiduría cristiana es sabiduría y sabor, como se nos dijo el día de nuestro bautismo al ponernos la sal entre los labios: “Accipe salem sapientiae, propitiatio sit tibi in vitam aeternam” (Recibe la sal de la sabiduría que te sea propicia (útil) para la vida eterna) ¡Recibimos en germen el gusto de una historia con Dios!

Los cristianos no somos héroes sino hombres diferentes. Gente que sorprendida por la irrupción de Dios en la propia vida, en primer lugar deciden hacerse presentes en el mundo y después, meditando sobre el mundo, se atreven a proponer transformaciones. Presentes en el mundo, ante sí mismos, y ante Dios: para ser una humanidad que no teme a la aventura de la vida sino que midiéndose con ella, comparte la maravilla de sentirse llamada a humanizar la historia. Esparciendo el gusto de Dios. 

Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 10 al 16 de febrero.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. De martes a sábado a las 20:00 horas.

Lunes: A las 19:00 Misa por Dolores Dorado Cobas.
Martes: No habrá Misa.
Miércoles: Por Román Cousido Besada, padres y hermanos.
Jueves: Por Elisa Arosa y esposo.
Viernes: Por la Conversión y Santificación de la Parroquia.
Sábado: Por Esther Torres Sineiro.
Domingo: Primera Misa a las 9:00 por la Parroquia. Segunda Misa a las 12:30 por los niños y jóvenes de la Parroquia.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Miércoles 12: Por Celso Manuel González Tacón.
Sábado 15: Por Manuel Rey Otero y sus padres José María y Dolores, de Rouxique; Carmen García Carballa; María Victoria Caneda Rey; Valentín Martínez Torres, da Vichona; Manuela Lores, da Tomada, esposo e hijos.
Domingo 16: Primera a las 10:30 por María Esther Troncoso Poceiro, da Vichona; Francisco González, da Capilla, hija María del Rosario; suegros Miguel y Digna, cuñados Manuel José y Hortensia. Segunda a las 11:30 por la parroquia.

domingo, 2 de febrero de 2020

La fiesta de la Presentación del Señor en el Templo. La Candelaria.


¿Las tórtolas o Dios? El sacerdote escoge las aves
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Dos tórtolas para la purificación y un puñado de siclos de plata en mano para el rescate del primogénito. Lo que basta para que aquel Niño -cuarenta días después de la sorpresa de Belén- “a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos” (Filipenses 2,5-6) inicie su altísima misión. Un Dios escondido, cotidiano: Nazareno antes que Cristo. Derechos hacia el Templo, quizás sobre el burrito que ya había sido el medio de transporte y de salvación más allá del desierto, el Egipto de los prófugos y de la salvación apresurada. Un burro para burlarse de Herodes el Barrigón. Ayer en Belén, antes aún en Nazaret; después en Egipto y hoy en el Templo: para que nadie pueda decir que vio al Eterno tomar un atajo. Un día Él llevará la Ley a su cumplimiento: mientras tanto la respeta. Estamos muy lejos de los treinta años: estamos en los inicios, es temprano en la mañana. El Hombre no es más que un esbozo de lo que será. Como los demás pues: al Templo, en la mesa de trabajo y en la trastienda. Nada más: tan profundamente hombre que les será difícil vislumbrar al Futuro en aquellos ojos de niño que recorren los caminos de la gente común.  

Que se acerca al Templo en los brazos de una familia de las de aquí abajo. Como un niño: nazareno, de hecho. Todavía no es el Cristo de la Gloria.
 
C:\Users\usuario\Desktop\Evangelio-presentacion-Niño-en-el-templo.jpgTan nazareno y escondido que el sacerdote ni siquiera lo reconoce. Por profesión sacerdotal, también esperó el advenimiento del Mesías: ninguna persona fue advertida tanto y tan prematuramente como él lo fue. Sin embargo, toma las palomas, recoge los cinco siclos plateados y los envía a casa. Por lo tanto, distraídamente obediente a la legalidad de Moisés, respetuoso de la ley, incluso observador de la burocracia del Templo. Y, sin embargo, estaba tan distraído que no se dio cuenta de que el Mesías estaba pasando por sus manos: el Esperado, el Anhelado, el Deseado, la esperanza más dulce que habitaba su corazón, había llegado frente a él esa mañana. Demasiado empeñado en las palomas y los siclos, no se dio cuenta de la simplicidad mesiánica: los siclos y las palomas no son suficientes para reconocer una mirada que algún día enseñará a ver el Cielo escondido en un campo de trigo o la gloria  detrás de una flor de lirio. Cuando el espíritu tiene sueño, no es suficiente pertenecer a la casta de los sacerdotes: la salvación pasa y continúa. No es observancia, no es ritual, ni siquiera es moralismo: es una Presencia. Suave, oculta, casi imperceptible para las almas distraídas. Precisamente nazareno: aún no es Cristo.

 Un día, lo Desconocido agregará todo el mundo a sí mismo: hará hombres nuevos sobre viejas cortezas  desgastadas por los vicios. Descubrirá tumbas e inaugurará sepulcros vacíos. Se encontrará con muchos, demasiados, todos. Al principio, cuando todavía era simplemente un nazareno, dio una cita a aquellos que mantenían sus corazones despiertos, despiertos, festivos: será fácil reconocerlo en el apogeo de la Gloria o del infortunio. Es más difícil identificar su fisonomía cuando es un bebé entre los bebés. No es arte para los sacerdotes: demasiado distraídos para dirigir la tienda y poner orden en los papeles. Lo que ellos no hacen, lo hace Simeón. Más allá de los ochenta, sacristán que sólo quiere morir: ya ha arreglado todos los cajones de la memoria y del legado. Es una fruta  madura: ya no tiene los tonos pastel de la juventud, sino el color de la plenitud, un color que también es gusto y sabor. Una vida cuidadosa, no distraída. Esperando su paso, su venida: lo buscaba en todas partes, a menudo y con frecuencia en la normalidad de las cosas pequeñas, los encuentros pequeños, los agujeros imperceptibles. Y lo encontró: ese Otro, todavía un Niño, mantuvo la fe en la cita, se ha dejado abrazar como lo había prometido. Simeón, unido a los ojos de Dios con Ana, la mujer piadosa, se da cuenta de que es Él. 

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La profetisa Ana
 Más allá del sacerdote distraído, más allá de la atención del conserje en las palomas, incluso más allá del Herodes de la arrogancia. Esta mañana el festival es una fiesta: "Ahora puedes dejar, oh Señor, que tu siervo vaya en paz, según tu palabra, porque mis ojos han visto tu salvación". La salvación también se había revelado al sacerdote: sin embargo, él estaba ocupado en otros asuntos. No sabía que antes de ser Cristo, ese niño era un nazareno. Frente a Dios, se presentan dos miradas en el Templo: la de Simeón, un viejo sacristán con una sonrisa para el que la salvación tiene rostro. La del sacerdote, distraído aunque correcto: hombre de Dios, no descubrió el Rostro de Dios. ¿Qué Dios estaba esperando? 
 
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 3 al 9 de febrero.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: A las 19:00 horas Misa por Valentina Meis Rial, a San Blas, por la Parroquia.
Martes: No habrá Misa.
Miércoles: Por Manuel Valladares Rial.
Jueves: No habrá Misa.
Viernes: Por las Vocaciones Sacerdotales y religiosas.
Sábado: Por Manuel Domínguez Otero, madre y hermano; José Touriño Méndez y difuntos de la familia. Manuel Santamaría y difuntos de la familia. Manuel Domínguez Lastres y difuntos de la familia.
Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:50 por la Sra. Lola do Adro y difuntos de la familia; Carlos Pérez Torres, esposa Felisa, hijo Manolo y nieta Mari Paz.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Martes 4: Por María Videlina García Buezas, da Salgueira; María Esther Lores Blanco, de Piñeiros; Eladio Otero Rodríguez; Carmen Rodríguez Ubeira, de Piñeiros.
Viernes 7: A las 18:00 horas, primer Aniversario de María del Carmen Estévez Besada.
Sábado 8: Por Aurelia Crespo Peón; Carmen Padín Míguez; María Basdedios Garrido; Lucía Victoria García Vidal y su padre Eladio, da Tomada; Rosa Oubiña, padres y hermanos; Manuel Torres Torres, esposa Elisa Otero e hijos fallecidos, da Arnosa.
Domingo 9: Primera a las 10:30 por María Ana Méndez Casal, de Lagarey; Manuel Souto Torres; Rosa Buezas Pérez, esposo e hijo Raúl, da Salgueira; Dolores Salgueiro Rodiño y esposo Baldomero, de Gondariño. Segunda a las 11:30 por la Parroquia.