domingo, 29 de abril de 2018

TODO EMPIEZA EN LA VID


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¡Ya estamos a las puertas de mayo! Ya es Quinto de Pascua o IV después de Pascua, como se prefiera: aire de primavera, tiempo de primeras comuniones, de bautizos, de bodas, de romerías y fiestas parroquiales…
Aunque en nuestro interior existan motivos de preocupación, cavilaciones, cansancio de fin de curso, la liturgia nos invita a ir de nuevo al corazón del Evangelio para recordarnos de donde y de Quién venimos. Y para indicarnos de nuevo el camino. Y abre de nuevo nuestros sentidos para respirar al ritmo de la creación y de la naturaleza, a pesar de que vivamos en ciudades plagadas de edificios, llenas de tráfico y ruidos.
Y mira por donde que después de la figura del Buen Pastor y de las ovejas propuesta por el evangelio del domingo pasado (en el modo ordinario) o de hace dos domingos (en el extraordinario-misal de 1962), en este domingo nos llega una imagen muy apreciada por Jesús: la vid y los sarmientos. De entre todos los arbustos y plantas que conocemos, la vid es sin duda uno de los más originales: por la forma, por su composición, por las hojas, y en modo particular, por sus frutos.
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Sabemos bien que para aquel que ama la buena mesa, un grano de uva nos hace desear otro, hasta acabar con el entero racimo y para pensar, al menos por un instante, qué hay dentro de un vaso de buen vino.
Jesús lo sabía muy bien cuando escogía, con la complicidad de su madre, iniciar sus signos transformando 600 litros de agua en otros tanto de vino, sintetizando en pocos momentos- y ahí reside la belleza de este milagro- todo el proceso que parte de una semilla, de una vid, de un sarmiento, hasta llegar a la uva, a la vendimia, al lagar, al vino, a nuestra mesas…
El acontecimiento de Caná –cuando aún no había llegado la hora- nos habla de una vid ufana capaz de llenar de alegría la existencia de los hombres. Pero es únicamente en el discurso de despedida, en su adiós, una vez llegada la Hora, que Jesús nos habla de la vid, de aquello que se encuentra en los inicios, y de los sarmientos unidos a Él.
Y, como una escena a cámara lenta, como un zoom sobre las nervaturas de las ramas de un árbol, como el microscopio de un documental que nos hace detener a observar de cerca aquella misteriosa y espléndida unidad que une los sarmientos a la cepa, tal como Cristo y los cristianos. Y que transforma aquella vid dándole forma de cruz, arbusto cuya savia está llena de Resurrección.
En esta imagen el Señor es más claro y conciso: hay un Padre agricultor, existe un Hijo-Vid y después estamos nosotros los sarmientos. Y hay un verbo repetido siete veces en el fragmento del evangelio: permanecer. Y resulta el mismo que encontramos en la epístola: “En esto conocemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado”
Quizá no sepáis que se trata del mismo verbo usado en el inicio del evangelio de San Juan, cuando se nos describe aquel encuentro en aquella tarde –eran las cuatro- de los dos primeros discípulos con su pregunta: “¿Dónde vives?”(Es decir: ¿Dónde permaneces?) Y con la posterior e inmediata invitación a seguirle, a venir y ver donde permanecía. Y aquel día permanecieron con Él. Y desde aquel día los discípulos empezaron a comprender donde permanecía Jesús. A partir de aquel día Jesús empezó a explicar a sus amigos que su morada tenía un nombre preciso: el Padre. Porque entre Jesús y el Padre existe una profunda comunión en el Espíritu Santo, que hace de las Tres Personas un único Dios.
También nosotros estamos invitados a entrar en el sentido profundo de aquel verbo “vivir, morar, permanecer”, evitando el riesgo de malentendidos. Porque "permanecer" no significa “estoy un poco y después me voy” ni ser cristianos a la carta, a tiempo parcial. Ni tan siquiera es quedarse en la parroquia, visto que es a menudo la pregunta que, llena de amargura, se hacen las catequistas y los sacerdotes en este periodo: ¿Permanecerán estos niños después de la Comunión o estos chicos después de la Confirmación? ¿Los veremos el próximo domingo?
Permanecer tiene un sentido profundo, más verdadero, más comprometido y totalizante: significa hacer correr en nuestras venas la misma savia vital de Cristo, significa respirar a su mismo ritmo, significa dar fruto con Él, porque sin Él nada podemos hacer. ¡Nada! No dice: podemos hacer poco. ¡No podemos hacer nada! No nos engañemos: una fe compuesta únicamente de fórmulas, de gestos, de ritos, es pura esterilidad. Es leña seca, paja que el viento levanta y dispersa.
La fecundidad que da mucho fruto existe solo si Cristo es Vida de nuestra vida. Permanecer en Cristo significa dejar que el amor que nos viene del Padre a través del Hijo sea como una ola vital dentro de nuestra existencia, es advertir que somos mente, corazón, sentidos, sangre por la que corre la vida que puede regenerar todas nuestras esperanzas.
Para el que permanece en Él nace entonces un sentido gozoso de todo: la alegría de sentir que todo es don y todo encuentra sentido en su amor. Y nace la belleza de ser Iglesia, ya no separados unos de otros, sino cada uno en relación con los hermanos porque se vive de un mismo amor. Es la experiencia que Saulo hace después de la experiencia transformadora del camino de Damasco cuando entra, no sin dificultades, en la comunidad cristiana. Los discípulos de Jerusalén en un primer instante lo temen y lo tiene lejos, después lo protegen y lo defienden.
¿Qué es lo que había cambiado? Habían comprendido que la misma vida de Cristo estaba en él y que el pasado ya no contaba. Contaba la nueva realidad, su común asimilación a Dios. Esto es aquello de “llevar fruto”: “Quien permanece en mí y Yo en él, ese da mucho fruto”. El fruto consiste en mostrar que el amor no está hecho de palabras, sino de hechos y en la verdad. Pero hay que subrayar una última cosa en el evangelio de hoy. Si bien es cierto que el sarmiento seco se tira y se quema, también se afirma que el sarmiento que da fruto se poda. Y la poda –lo sabemos- siempre es una herida. Porque amar es un riesgo: comporta heridas. Amar quiere decir convertirse en vulnerable con respecto de aquellos que amamos.
Ha sido necesaria la Cruz para que el fruto de la vid apareciera en la mañana de Pascua. Y ha sido derramado para darnos el vino del amor. Si aún hay amor en el mundo, en la Iglesia, en las familias, si hay aún alegría, es porque aún hay tantos sarmientos que aceptar ser podados para dar más fruto. No es un sufrimiento estéril, sino fecundo. Porque el Amor, el verdadero amor, siempre engendra vida. 

Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 30 de abril a 6 de mayo.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: Por Gonzalo Méndez Salgueiro.
Martes: Por María Milagros Ares López; Marina Gómez Regenjo.
Miércoles: Por María Victoria Pérez Domínguez.
Jueves: Por Vicente Salgueiro Cacabelos y esposa Digna Lobato Viñas.
Viernes: Por Vicente González Pazos, padres y hermanos.
Sábado: Por Aurora Insua Camaño, Lolita Camaño y difuntos de la familia; Carmen Otero Padín; Victorio Castro Lores.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la parroquia. Segunda a las 12:30 por las obligaciones del Celebrante.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas

Martes, día 1: A las 13:00 Misa en Gondar. A las 20:00 Misa en la Parroquial por Luis Ansorena y sus hijos Gerardo y Federico y Juan Piñeiro Tarelo
Jueves, día 3: Por Josefina Méndez Vidal y esposo; María Zulema Novoa Lores.
Sábado, día 5: Por José Outón Fernández, Josefina Torres Cacabelos y María Fernández Tacón; Carmen Torres Camiña, da Salgueira, Eulogio Blanco Chan, Rosa Carballa Padín, Eduardo Fernández Domínguez y esposa Sara, Gloria Pérez Camiña, Consuelo Camiña Fariña y esposa Cándido, Eladio Padín Torres, da Arnosa, Delfina Buezas Pérez, da Xuncablanca.
Domingo, día 6: Primera a las 10:30 por Nela Ozores Navazas, segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 22 de abril de 2018

¡ALGO MÁS GRANDE NOS ESPERA!


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Estamos aún en pleno periodo pascual y el fragmento del Evangelio de este domingo explica la grandeza del acontecimiento. Jesús recuerda que ha dado la vida por nosotros y que ha tenido el poder de resucitar. “Nadie me la quita: soy yo mismo quien la entrega. Tengo el poder de darla y de recobrarla de nuevo”. El dar la vida es un hecho voluntario que manifiesta su gran amor por nosotros. Nos ha dado la vida para que pudiésemos convertirnos en una cosa sola con Él. Únicamente participando a la vida del Señor se puede tener la vida eterna. Es esta la enseñanza del Buen Pastor que ama a sus ovejas y no como el mercenario que las abandona cuando están en peligro, justamente en el momento en que tendría mayor necesidad de ayuda.
Cristo conoce a sus ovejas en modo profundo y misterioso porque las conoce como conoce el Padre. Nos conoce mejor de cuanto nosotros mismos nos conocemos ya que nos conoce según el designio de Dios. Conoce tanto nuestras debilidades como nuestros méritos. Como también conoce aquellas ovejas que aún no están en su redil, pero que sin duda están llamadas a estarlo. También esas pues serán llamadas y escucharán su amorosa voz, ya que también por ellas morirá y resucitará. á. Así lo quiere el Padre y el Señor no las abandonará y no dejará que se pierdan lejos de Él.
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¡Cuán diferente es el lobo! Él no ama a las ovejas. Es como un mercenario y no le importa que las ovejas se pierdan. Si tuviese celo por las ovejas daría su vida y las mantendría unidad. Es esto lo que desea el Señor: la unidad de su rebaño. Todo esto confirma que entre el pastor y el rebaño no puede haber separación alguna, sino la unidad típica del Cuerpo Místico. Es esta certeza que hace gritar a Pedro que aquel Cristo que ha sido crucificado y que ha resucitado continúa obrando en sus ovejas. Es la piedra angular que han rechazado los constructores ignorando su valor. 

Pedro, colmado del Espíritu Santo, recuerda que solo por medio de Cristo podemos salvarnos. Su valor salvífico es único y efectivamente no hay otro nombre dado a los hombres bajo el cielo que nos pueda salvar. Para salvarse es necesario atravesar la Cruz y la Resurrección de Cristo. Pasar a través de su amor misericordioso que nos revela la grandeza del amor divino. El amor hacia los hijos redimidos por la verdad y ya no esclavos del pecado. De aquí el gozo de Juan: “mirad que amor más grande nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, y en efecto lo somos”.
Es por esta razón, que ya desde este mismo momento pertenecemos a otra dimensión, a otra realidad. “Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él”. Cristo aparece como un extraño para el mundo, porque no sabe reconocer su lógica. Pero es en esta extrañeza que reside su grandeza, que será finalmente la nuestra. Si en efecto “somos desde ahora hijos si bien no se ha manifestado aquello que seremos”, algo aún mayor, aunque por el momento misterioso, nos espera.
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 23 al 29 de abril.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: Por Tito Lemiña Losada.
Martes: No habrá Misa.
Miércoles: Por José Luis Álvarez Salgueiro; Dorinda Carballa Padín; Marcos Vidal Da Silva y difuntos de la familia.
Jueves: Por Chicho do Forcado y su hijo José Manuel.
Viernes: Por Paco Padín Cousido, padre, abuelos y difuntos de la familia.
Sábado: Por Emilia López Piñeiro; a la Virgen del Carmen y de los Milagros a intención de una devota.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la parroquia. Segunda a las 12:30 por Amparo Lorenzo, esposo e hijo Antonio.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes día 23: Por Luis Méndez Muñiz, Juan Piñeiro Tarelo.
Jueves, día 26: Por Manuel José Gómez Torres, de Lagarey; Celso González Galán.
Viernes, día 27: A las 19:00 horas primer Aniversario de José Otero Otero.
Sábado, día 28: A las 10:30 primer Aniversario de Francisco Vilar Moldes. A las 20:00 horas Misa por Hermosinda González Torres, Arturo Rey Gondar; Ramón González Caneda, do Carballal; Teresa Díaz Piñeiro y esposo Alfonso.
Domingo, día 29: Primera a las 10:30 por Juan Vicente González Camiña; Dolores Torres Caneda y Manuel Fernández Afonso, da Salgueira. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 15 de abril de 2018

¡ES EL VICTORIOSO AUTOR DE LA VIDA!


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En este tercer domingo del tiempo pascual, la liturgia pone una vez más en el centro de nuestra atención el misterio de Cristo resucitado. Victorioso sobre el mal y sobre la muerte, el Autor de la vida, que se inmoló como víctima de expiación por nuestros pecados, “no cesa de ofrecerse por nosotros, de interceder por todos; inmolado, ya no vuelve a morir; sacrificado, vive para siempre” (Prefacio pascual,III). Dejemos que nos inunde interiormente el resplandor pascual que irradia este gran misterio y, con el salmo responsorial, imploremos: “Haz brillar sobre nosotros el resplandor de tu rostro”.

En la página evangélica, san Lucas refiere una de las apariciones de Jesús resucitado (cf. Lc 24, 35-48). Precisamente al inicio del pasaje, el evangelista comenta que los dos discípulos de Emaús, habiendo vuelto de prisa a Jerusalén, contaron a los Once cómo lo habían reconocido “al partir el pan” (Lc 24, 35). Y, mientras estaban contando la extraordinaria experiencia de su encuentro con el Señor, él “se presentó en medio de ellos” (v. 36). A causa de esta repentina aparición, los Apóstoles se atemorizaron y asustaron hasta tal punto que Jesús, para tranquilizarlos y vencer cualquier titubeo y duda, les pidió que lo tocaran —no era una fantasma, sino un hombre de carne y hueso—, y después les pidió algo para comer.
 
Una vez más, como había sucedido con los dos discípulos de Emaús, Cristo resucitado se manifiesta a los discípulos en la mesa, mientras come con los suyos, ayudándoles a comprender las Escrituras y a releer los acontecimientos de la salvación a la luz de la Pascua. Les dice: “Es necesario que se cumpla todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí” (v. 44). Y los invita a mirar al futuro: “En su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos” (v. 47). 

Toda comunidad revive esta misma experiencia en la celebración eucarística, especialmente en la dominical. La Eucaristía, lugar privilegiado en el que la Iglesia reconoce “al autor de la vida” (cf. Hch 3, 15), es “la fracción del pan”, como se llama en los Hechos de los Apóstoles. En ella, mediante la fe, entramos en comunión con Cristo, que es “sacerdote, víctima y altar” (cf. Prefacio pascual v) y está en medio de nosotros. En torno a él nos reunimos para recordar sus palabras y los acontecimientos contenidos en la Escritura; revivimos su pasión, muerte y resurrección. Al celebrar la Eucaristía, comulgamos a Cristo, víctima de expiación, y de él recibimos perdón y vida.

¿Qué sería de nuestra vida de cristianos sin la Eucaristía? La Eucaristía es la herencia perpetua y viva que nos dejó el Señor en el sacramento de su Cuerpo y su Sangre, en el que debemos reflexionar y profundizar constantemente para que, como afirmó el venerado Papa Pablo VI, pueda “imprimir su inagotable eficacia en todos los días de nuestra vida mortal” (Insegnamenti, V, 1967, p. 779)… 

Benedicto XVI (26 de abril de 2009)

Semana del 16 al 22 de abril.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: Por Pilar Martínez García, hija y padre. A las 21:30 reunión de catequistas.
Martes: Por María Camaño y esposo Feliciano.
Miércoles: A las 19:00 primer Aniversario de Manuel Pérez Rial. A las 20:30 reunión con los cofrades y entrantes del Santísimo Sacramento en la rectoral.
Jueves: Por Manuel Camiña Padín y su madre Carmen. José Martínez Lamelas.
Viernes: Por Victoria Agraso Vázquez y esposo.
Sábado: Por Maruja Seijas Castro; José Otero Rodríguez y a San Esteban.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:30 por las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas. A las 18:00 horas reunión con los padres de los niños de primera comunión.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Martes, día 17: Por Juan Fontán Camiña; Victoria Chan Padín.
Jueves, día 19: A la Virgen de los Dolores por las intenciones de la Parroquia.
Viernes, día 20: A las 19:00 horas primer Aniversario de Lidia Seijas Dovalo.
Sábado, día 21: Por Elisa Torres Lores, da Pedra; Sara Vidal Fernández; Antonio Rodríguez Fuentes, Francisco Camiña Torres; Cándido Fernando Oubiña Radío y Manuel Vidal Dadín, do Freixo; Arturo Estévez Chan, esposa Justa e hija Milagros; Arturo Garrido Oubiña de Peai.
Domingo, día 22: Primera a las 10:30 por Vicente González, de Piñeiros; Julián y su hija Carina; A San Benito, una devota; Raúl Fernández Buezas, padres Raúl y Rosa, da Salgueira. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 8 de abril de 2018

¡OBRASTEIS POR IGNORANCIA!


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Resulta increíble lo que las lecturas de hoy nos quieren transmitir. Es posible que penséis que esta afirmación es una más de las ya conocidas estrategias que usamos los curas para llamar la atención. Pero mejor que lo comprobéis por vosotros mismos y me digáis vuestra opinión.
¿Cuál es el tema que une las lecturas de este domingo? ¿Cómo podemos comprenderlo? El modo más sencillo es detenernos y prestar atención a las palabras comunes en los fragmentos bíblicos, y obrando de esta manera nos daremos cuenta de que hoy los conceptos en torno a los cuales gira la palabra de Dios son “pecado y conversión”: lo podéis verificar, aunque si en el salmo no son tan explicitas, y veréis fácilmente que se trata de una invocación dirigida al Señor en un momento de dificultad. ¿Qué es lo que le pedimos? He aquí el estribillo: “que resplandezca sobre nosotros la luz de tu rostro”. La luz…
Se trata de aquella luz en ausencia de la cual, nos dice la primera lectura, los judíos han matado al Hijo de Dios y han preferido en su lugar a un asesino (por ignorancia, quiere decir falta de luz para conocer, para razonar); por falta de luz los discípulos de Jesús no aciertan a comprender, justo después de la resurrección, que todo lo que Jesús había vivido en Jerusalén había sido establecido por Dios a través de la historia (“es necesario que se cumplan las cosas escritas sobre mí”). Incluso Jesús se aparece a ellos, y estos no acaban de creer, tanto es así que Jesús, quizás sin tener hambre, debe comer el pescado asado (¡uy qué bueno!) quizás con un poco de aceite y ajo, evitando que dudaran de que pudiese comer. Y he aquí que Jesús les concede la luz para comprender las Escrituras: “abre su mente a la inteligencia de las Escrituras”. 
Se trata de la luz que a nosotros tantas veces nos falta. Aquella luz que nos permite comprender las cosas verdaderamente importantes en la vida; entiendo vida humana integral, incluyendo la vida del corazón…la fe. ¿Cuál es el mensaje que Jesús confía a sus discípulos? Dice el evangelio: vosotros sois testigos de “que el Hijo de Dios debía padecer y resucitar de entre los muertos y en su nombre será predicada la conversión y el perdón de los pecados”. Jesús después de la resurrección busca disipar aquella ignorancia por la cual los judíos lo habían entregado a la muerte. Y mira por donde que los judíos estaban convencidos de que obraban bien matándolo. Incluso que se sentían obligados a someterlo a la muerte, a pesar de que ninguno de los tres o cuatro motivos de condena resultaba consistente. El sentirse justo por el solo hecho de ser es la mayor ceguera de todos los tiempos. Como tantas veces escuchamos: yo estoy en regla, no robo, no mato, no digo grandes mentiras, no traiciono. ¿Qué me falta?
C:\Users\FRANSESC\Desktop\imagesU0RR3B8L.jpgSi leemos la segunda lectura en su contexto, escrita por aquel bondadoso San Juan que dice que Dios es amor, y que aquí afirma: en esto sabemos que conocemos a Cristo, si observamos sus mandamientos. Y no sólo el 5º,6º,7º y 8º, sino todos, también aquellos que se refieren directamente a Dios. En una palabra: ¿cómo alguien puede decir que es cristiano si no vive como cristiano? Es decir: si la oración no es un encuentro cotidiano con Dios, si los sacramentos (confesión y comunión) no forman parte con toda normalidad de la vida, si la misa dominical no es una cita fija, como la cosa más importante de toda la semana. ¿Cómo puede pretender un cristiano sentirse contento consigo mismo si no lee nunca la palabra de Dios, el evangelio? Nunca llegará a comprender el verdadero rostro de Dios. Y se pondrá a acusar a diestro y siniestro a la Iglesia, a los curas, a los católicos, a todos…porque es más fácil acusar que comprometerse en el propio y pequeño mundo. O permanecerá en la ignorancia, no siempre sin culpa, y obrará en consecuencia. La historia demuestra que cuando alguien tiene demasiadas certezas sobre el propio modo de actuar, esas certezas son grandes señales de una parálisis de la inteligencia, es decir de cerrazón.
Verifiquemos nuestra vida de fe y veamos si por casualidad no pretendemos ser maravillosos, mientras en cambio no cumplimos ni siquiera lo esencial y fundamental de nuestra fe: observar los mandamientos. Recordemos que “quien dice que lo conoce y no observa los mandamientos es un mentiroso. Y en otro lugar el mismo san Juan dice que “quien dice que no ha cometido pecado es igualmente un mentiroso”. Y estoy convencido de que a nadie le gusta que le digan que es un ignorante. Bien al contrario.
Que el Señor nos conceda la gracia de la humildad, realismo para poder conocer el propio pecado y así beneficiarnos de su grande, inmensa e inimaginable misericordia. ¡Pidamos a María la Virgen que nos obtenga esa gracia!
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 9 al 15 de abril.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a la las 21:00 horas.

Lunes: Por Manuel Pérez Domínguez y esposa Diamar.
Martes: No habrá Misa.
Miércoles: Por María del Carmen Arosa Camaño y sus abuelos. José Padín Varela y sus padres.
Jueves: Por José Luis García Dorado y Benedicta Vidal Domínguez.
Viernes: A las 20:00 Confesiones para los jóvenes que se confirmarán el próximo domingo y las personas que lo deseen. A las 21:00 Misa por Mercedes Lamelas, Carmen Troncoso, Vicente, Hortensia y Víctor.
Sábado: Por Luisa García Conde, Luis Limeres Outón; Aurora Domínguez, Domingo Padín y Manuela López Vila; Horacio Cacabelos Rey y difuntos de la familia.
Domingo: Primera a las 9:00 por las obligaciones del Celebrante. Segunda a las 12:00 por los jóvenes que se confirman.

Villalonga

Intenciones de las Celebraciones Eucarísticas. Durante la semana a las 20:00 horas.

Jueves, día 12: A las 20:00 Confesiones para los jóvenes que se confirmarán el próximo Domingo (Misa de 12:00 en Dena)
Sábado, día 14: Por Concepción González Torres, da Bruñeira, padres y difuntos de la familia; Ramón do Novello; A Santa Lucía a intención de una devota; Amalia Carballa Padín y esposo.
Domingo, día 15: Sólo habrá Misa a las 10:30: A las 12:00 habrá Confirmaciones en Dena. La misa de 10:30 será al Santísimo Sacramento y a la Virgen del Carmen a intención de Alfredo y Esther, de Piñeiros.

domingo, 1 de abril de 2018

¡HOY ES PASCUA!


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¿Y es suficiente? Bueno, quizás está demasiado condensado, pero sí, éste es el corazón de la vida, de la fe, de la felicidad, de la Iglesia. Todo nace aquí y todo tiende hacia este día, como fuente y culmen. Para entender la Pascua nos pusimos en camino durante toda una Cuaresma, pero ahora dejémonos conducir por la Palabra de Dios.
El evangelio de hoy gira en torno a la ausencia de Jesús en el sepulcro, motivo de la carrera desesperada de María Magdalena, y la presencia de algunas huellas que asombran a algunos como a Pedro, o abren los ojos a otros como a Juan. Las vendas que hay en el sepulcro están en el suelo, vacías, razón por la cual el cuerpo que estaba dentro ya no está, pero no como quien se ha desprendido de ellas y después las ha doblado al estilo de una buena ama de casa que deja todo en orden. De la misma manera, el sudario que habían colocado en su cabeza está doblado aparte, en su sitio, como envolviendo a Aquel que ya no está. Es posible que pueda parecer una lectura intencionada, “dirigida”; pero ¿cómo se explica si no la reacción de los discípulos? Si hubiera salido por sí mismo, por ejemplo como resultado de una muerte aparente, ¿hubiera roto las vendas y las hubiera doblado de nuevo? Y si hubieran sido ladrones, ¿acaso no habrían sacado de en medio las vendas arrinconándolas? Pero es algo diferente lo que ven los discípulos.
Muchas veces he pensado, ¡si yo hubiera estado allí! Pero creo que siempre tengo ante mí esa escena: cada día delante de mí veo una aparente ausencia de Jesús allí donde querría encontrar una sobreabundante presencia de vendas de resurrección. El evangelio me dice que ellos quedan desconcertados porque aún no habían comprendido lo que la Escritura decía: que tenía que resucitar.
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Esta mañana, tanto vosotros como yo estamos entre Pedro y Juan. Entre Pedro que contempla y enmudece, y Juan que creyendo entiende lo que ya ha acontecido. Quizás Juan tuvo a su favor el hecho que su vocación nace de una invitación especial: ¡ven y lo verás! Quizás desde aquel momento había empezado a entrenarse para la escucha y el descubrimiento de Jesús y su obra. O quizá se había dejado interpelar un poco más profundamente respecto a sus compañeros, quizás… ¡Se lo preguntaremos en el cielo!
Ahora es a nosotros que nos toca escuchar este evangelio, esta hermosa noticia: a Jesús no lo ves porque no está entre los muertos. ¡Vive para siempre! Está vivo y bien vivo. Y obra, y perdona y sana como antes, y más que antes. Él es el que vive para siempre.
Aquí está toda la Pascua: Jesús por mi amor se ha fiado de mí y yo lo he rechazado. Lo he expulsado lejos de mí y lo he clavado en la cruz. Pero su amor ha vencido mi maldad con la dulzura, me ha desarmado interiormente porque me ha perdonado. No ha llevado cuentas de mis delitos. Bien al contrario.
Esto es morir por los pecados: no es pagar el saldo de un fruto robado en el inventario del paraíso terrestre. Al revés: es aceptar mi rechazo instigado por el enemigo que me asegura que no debo fiarme de Dios porque no me ama. Esto es consolidar la fidelidad hasta las raíces, hasta el fondo: porque Jesús es fiel al Padre ya que cumple su voluntad y fiel a mí porque no me abandona, no me deja de la mano.
Para poder hacer esto, Jesús se abandona totalmente a las manos del Padre. Y para poder enfatizar este aspecto, el verbo de la resurrección está en forma pasiva: ha sido resucitado (sobrentendiendo por el Padre) ya que de este modo me muestra la grandeza del corazón del Padre.
Mirando bien las vendas, descubro que los signos de la resurrección están dentro de mí porque ya he experimentado Su misericordia y Su fidelidad. Aunque después hago todo lo que puedo para sepultar y enterrar estos trazos de su amor en las tantas ausencias del tiempo, en la rutina, en las actividades. La habitual niebla de los pantanos.
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Que hoy sea Pascua quiere decir que de nuevo María Magdalena (la Iglesia) me acompaña  a la entrada del sepulcro, y de nuevo se me muestran las vendas de este año, los signos de la resurrección que Jesús ya ha hecho germinar dentro de mí y me pide, ante todo, que sepa mirar, es decir que tome nota y reconozca que existen hechos y obras suyas en mi vida, no pensamientos o sensaciones.
Una vez haya mirado y reconocido tales huellas, la palabra de Dios me quitará las orejeras que me impiden ver, comprender y creer. Y desde aquel momento mi entorno cambiará. En primer lugar Jesús no me resultará tan lejano; y aunque a veces no sé muy bien dónde, Él está vivo y cercano a mí. Es la fuente misma de mi vida y empiezo a comprender que he permanecido lejos de Él y aprendo a buscar y desear todo aquello que sabe a vida porque está iluminado de su luz nueva, porque he descubierto que el resto ya no me interesa.
Se cree en la Resurrección no a ciegas, apretando los dientes y cruzando los dedos, sino con los ojos bien abiertos y la mirada agradecida, porque en pequeñas migajas la hemos experimentado en su perdón.
Hoy es Pascua porque has entendido que su Amor y su Perdón no tienen límites. Porque has entendido que Él no se cansará nunca de darte la vida. Tanta como para superar la muerte.
Y no has de hacer nada. Sólo acoger, claro está, sin escabullirse como los apóstoles durante la Pasión: más bien decididos, cómo el hijo pródigo que regresa a la casa del Padre y es abrazado. Sólo recibir: en el fondo tampoco es tan difícil…
¡Buena Pascua y buena vida nueva con Jesús!
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 2 al 8 de abril.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: Por María Victoria Pérez Domínguez.
Martes: Por Josefina Prieto Arosa, madre de Rosa, Florista.
Miércoles: No habrá Misa.
Jueves: Por Luisa Padín Cacabelos y esposo; José González Outón, Lorenzo Vázquez Rodiño y esposa.
Viernes: Por Filomena Cores Meis y difuntos de la familia; Amador Pérez García.
Sábado: Por Aurora Insua Camaño, Lolita Camaño y difuntos de la familia; Carmen Otero Padín; Carmela Roa y Julio Varela.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:30 a San José a intención de una devota. Ovidio, Celia y difuntos de la familia; Juan Fernández Torres. A la Virgen del Carmen, a Santa Lucía y a la Virgen de Lourdes a intención de una devota.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Martes, día 3: Por Josefina Méndez Vidal y esposo; María Zulema Novoa Lores.
Jueves, día 5: Por Chicha Estévez González; María Esther Lores Blanco, de Piñeiros.
Viernes, día 6: A las 19:00 horas primer Aniversario de Manuel Otero Míguez.
Sábado, día 7: Por Elisa Otero Torres, da Costiña, Rosa Carballa Padín; Eulogio Blanco Chan; Samuel Souto Torres, Jesús Basdedios Rey y esposa; Faustino Martínez Otero, esposa e hija Mercedes; Manuel Fernández González, o Marqués de Rouxique; Ramón Vieites Gondar, de Piñeiros.
Domingo, día 8: Primera a las 10:30 por José Otero Leal, da Salgueira, Hermosinda Buezas Pérez, da Salgueira, José Camiña Otero. Segunda a las 11:30 por la parroquia.