domingo, 25 de junio de 2023

No tengais miedo: valeis más que muchos gorriones

 



Nuestra humanidad, si no va con cuidado, puede dejarse arrastrar por lo exterior en detrimento de una vida interior de corazón y de espíritu. El miedo a ser rechazado por los hombres engendra el miedo: e insinúa entre nosotros un clima de desconfianza. El “miedo a la gente” no tiene su fuente en Dios. Cuando el miedo nos arrebata, es peligroso. El Espíritu Santo para curarnos nos concede el don del santo temor de Dios, un temor espiritual que ama la belleza de Dios y reconoce que Dios es el origen de todo. Éste nos libra del orgullo de creer que nosotros solos llevamos las riendas de nuestra vida.

El mensaje del Señor es un mensaje de amor que parte de un corazón que se siente amado por el Padre y que corresponde a ese amor. Nosotros, para sostener el combate de nuestra vida, vivimos del amor de Dios en la noche de la fe. De esta manera la humanidad es enriquecida por el misterio del amor divino siempre más grande, más comprensivo. El evangelio de este domingo nos pide no temer a aquellos que pueden matar al cuerpo sin poder matar al alma. El corazón humano de Jesús late al ritmo del Amor infinito de Dios. Este amor nos es comunicado por la victoria del Amor que desciende de la Cruz. Este combate fue vivido en el corazón de Jesús en su agonía. El corazón de María vigiló en la Cruz, como en Caná, a fin que fuéramos liberados.


Es el misterio de aquel que verdaderamente ama hasta el final. El Señor Jesús vence todo mal en la Cruz y nos hace creer realmente en su victoria. La gracia que nos concede el Señor nos llena de ternura. El combate que vivió Jesucristo puede ser percibido en nuestro interior. El mismo Señor combate en nosotros. Cada uno de nosotros vive de este amor infinito de Dios. Este amor nos ha sido otorgado por el Espíritu Santo que nos lo ha concedido para que el amor de Dios viva en nuestro corazón humano. De esta manera adquirimos la victoria del Amor. No dejemos que el temor de los hombres pueda invadir nuestra existencia y nuestro corazón. Queremos poner nuestra confianza en Dios: que es la fuente de todo bien. Es el amor infinito de Dios que nos salva. “Non abbiate paura. Aprite, anzi, spalancate le porte a Cristo” (No tengáis miedo. Abrid de par en par las puertas a Cristo) estas fueron las palabras de San Juan Pablo II al inicio de su ministerio y que fueron como el santo y seña de todo su pontificado.

Proclamemos a toda la humanidad que las violencias que vivimos en nuestro interior serán vencidas. La victoria del amor de Dios invade nuestro corazón, nuestro espíritu, nuestra vida de bautizados. Nuestra humanidad es ya victoriosa en Cristo. Demos gracias por la victoria del Amor. Pidamos que Jesucristo, dulce y humilde de corazón, nos muestre cuán grande es en nosotros su presencia, a fin que nuestro amor sea un verdadero Amor.


Semana del 26 de junio al 2 de julio

 


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: Por Maruja Durán Fernández y esposo José Dopazo

Martes: No habrá Misa.

Miércoles: Por Rafael Besada Limeres; Jorge Vidal Camiña, hermano y padres.

Jueves: Festividad de San Pedro y San Pablo. Misa por la Parroquia.

Viernes: Por Jesús Méndez Becerra.

Sábado: Por Néstor Moldes Limeres; Mercedes Oubiña Romai; Esperanza Esperón Camiña; José Lamelas Besada, esposa Eugenia y difuntos de la familia.

Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:00 por las obligaciones del Celebrante.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Martes: Por Esperanza Salgueiro Castro, José Alfonso Pita Fernández.

Jueves: De San Pedro y San Pablo. A las 13:00 Misa Solemne y procesión.

Viernes: A las 13:00 Misa Solemne a San Antonio y San Roque.

Sábado: A las 10:30 Segundo Aniversario de Juan López Piñeiro, Juan o Cachadelo. A las 20:00 misa por María Parisina Otero Rodríguez y esposo, de Piñeiros.

Domingo: Misa a las 11:00 por la Parroquia. A las 13:00 Misa Solemne al Santísimo Sacramento y procesión.

domingo, 18 de junio de 2023

Cristo nos necesita

 


Puccini es uno de los más grandes compositores de ópera. Compuso entre otras obras Tosca, La Bohème, Madame Butterfly. Enfermo de cáncer, decidió dedicar sus últimos años a escribir su última ópera: Turandot. Sus amigos y alumnos le decían: Estás enfermo, tómatelo con calma y cuídate. Él les decía, voy a trabajar todo lo que pueda hasta completar mi obra maestra, y si no la termino, a vosotros os dejo el encargo de completarla.

Puccini murió sin completar su obra. Sus alumnos tenían dos opciones: a) llorar la muerte de su maestro y olvidar su obra y b) terminar la obra del maestro. Los alumnos optaron por ponerse a trabajar y completar la obra de su maestro. Y en 1926 bajo la dirección de Toscanini se estrenó la ópera. Cuando llegó al final de la Ópera escrita por Puccini la orquesta dejó de tocar y el director dijo: “Aquí termina la obra del maestro”. Y sus ojos se llenaron de lágrimas. Luego levantó la cabeza, sonrió y dijo: “Y aquí comienza el trabajo de sus discípulos”.


Jesús es nuestro maestro. Él comenzó a predicar la gran ópera del amor de Dios. Cristo  vino a demostrar que el amor no es un gran sentimiento sino una decisión, una elección que no necesita la respuesta de la persona amada. “Cristo murió por nosotros cuando éramos pecadores”.

No esperó a nuestra conversión, a nuestra respuesta, a cambiarnos el corazón. Empezó a amarnos desde siempre.

Me decía un joven que se levantó a las cuatro de la mañana para contemplar la salida del sol con su novia y ésta lo rechazó. El sol salió pero estos jóvenes no se entendieron. El sol sale todos los días aunque no nos levantemos a ver la maravilla de ver nacer el día.

El amor de Jesucristo es igual. Siempre está ahí haciendo nuevo el día pero nosotros somos novios despechados que no le hacemos caso porque las cosas no nos van bien, porque los hombres son malos, porque los curas son pecadores. Que estas cosas no nos oculten la realidad, la verdad del amor de Jesucristo. Desde siempre y para siempre Él está ahí esperándonos.

El evangelio de Mateo nos da la lista de los doce hombres que Jesús llamó para continuar esta obra de amor. Doce hombres incultos, débiles, pecadores. Pedro, el primero de la lista, el que le niega, el que se duerme. Juan y Santiago, los pretenciosos, los que quieren ser importantes. Tomás, el que duda. Mateo, el cobrador de impuestos, el que engaña a la gente y cobra de más. Judas, el que lo entrega con un beso. Una docena de hombres duros de corazón y más bien cobardes.


Con estos hombres nació la Iglesia. No se dedicaron a llorar la obra del Maestro. Guiados por el Espíritu Santo decidieron continuar la obra comenzada por Jesús.

Aquí estamos nosotros, hoy, un grupo de hombres y mujeres, una comunidad guiada por el Espíritu; no somos ni mejores ni peores que aquellos doce hombres. Y queremos añadir nuestros nombres a la lista de millones de creyentes decididos a continuar la ópera del Maestro.

“Sentir compasión, amor por los hermanos que no tienen pastor”. Poner manos a esta obra siempre inacabada.

Nosotros, como los discípulos de Puccini, tenemos una doble elección.
   
    a.     Llorar la muerte de Jesús, llorar nuestra falta de fe, dejar que la cosecha se pierda, dejar que cada uno siga su camino sin dirección.
    
    b.    Completar la obra de amor de Cristo.

Cada domingo decimos: aquí termina la obra del maestro, esta es la Palabra del Señor, esta Eucaristía es el regalo de Jesús…

Termina la celebración y salimos a la calle y continúa nuestro día. Pero tenemos que ser testigos en la vida de cada día, en las calles de todos los días. Ayer fueron doce, hoy somos nosotros los que queremos completar esta sinfonía.

Jesús nos necesita a todos. Todos debiéramos sumar nuestro nombre a la lista de los doce. El Señor nos envía a muchos sitios. Nunca iremos solos. Gratis hemos recibido la salvación, el amor y el perdón, gratis debemos llevarlo a la vida y compartirlo con algún hermano.

El miedo encarcela, la fe libera; el miedo paraliza, la fe vigoriza; el miedo acobarda, la fe se atreve; el miedo enferma, la fe sana; el miedo inutiliza, la fe sirve; y además el miedo siembra la desesperanza en el corazón de la vida mientras que la fe se regocija en su Dios.

Semana del 19 al 25 de junio

 


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: A las 13:00 Misa a la Virgen del Carmen a intención de los cofrades del Santísimo Sacramento. A las 21:00 Misa por Modesto Lobato Outón.

Martes: Por Carmen Cacabelos Vidal, hermana de las Carabelas y Carabel, fallecida recientemente en Argentina.

Miércoles: A San José, un devoto.

Jueves: Por Luis Bouzada Afonso.

Viernes: Por las intenciones de la Parroquia.

Sábado: Por Paco Cacabelos Vidal, Carmen Zamar Rodríguez, Maruja Cacabelos Vidal, Clotilde Casal Rey y esposo Avelino, Antonio Bouzada Poceiro y esposa Pastora.

Domingo: Primera a las 9:00 por Elisa Padín Carballa, esposo Albino y difuntos de la familia. Segunda a las 12:00 por Etelvino Dopazo Lores, Ovidio, Celia y difuntos de la familia.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Martes: Por Pastora Padín Camaño, Aurora Buezas Pérez, esposo e hijos.

Jueves: Por la Parroquia.

Sábado: Por María Lourdes García Lázaro y esposo Manuel, Peregrina Vilar Moldes y difuntos de Casa, María Luisa González Fernández, Elisa do Reiniño.

Domingo: A las 11:00 Misa por Juan Torres Dopazo, das Pedreiras y sus padres, Elisa Martínez Torres, Carmen García Méndez, de Rouxique.

domingo, 11 de junio de 2023

El Dios absurdo y embarazoso

 


Lo absurdo de Dios. La ilógica Belleza. La insensatez del Amor. Mucho más allá del establo donde escogió nacer Dios: otros nacieron en la miseria de aquellas condiciones. Nada en comparación al patíbulo de los infames donde aceptó hacerse traspasar: también allí, en una mezcla de libertad y responsabilidad, otros antes y otros tantos después de Él vieron confiscados sus sueños atrevidos y valientes. No sobrevuela ni siquiera aquel vagabundeo impotente y acelerado entre los montes y valles de Palestina, en compañía de una tripulación que repasaba todo en su corazón incluso aquel Iscariote endemoniado, el Judas de la traición. Se acepta la humildad, se soporta la impotencia, se adapta a lo humano. Pero hay algo que va más allá, que huele a exageración, un algo de mezcla entre el sentido de la proporcionalidad y el de la perdición. Todo se acepta y comprende, aunque con dificultades y a tientas: pero que Dios se convierta en alimento es incomprensible, inimaginable, fuera de nuestro reducido alcance de hombres y mujeres de este suelo: 
“En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre no tendréis vida en vosotros”.


Un Dios absurdo, casi loco, incluso más: impotente. No bastaba el Dios Niño de Belén, el Dios silencioso de Betania, el Dios mudo y compasivo del Gólgota. No bastó ni siquiera el Dios Hortelano que sorprendió a la Magdalena en la mañana de Pascua. Aquellas quedaron como huellas en la mirada, fáciles presas a merced de los descortezadores del pasado. Ahí faltaba otra cosa, algo sólido, que saciase, que dejase impronta. Escogió habitar en la miseria de un pedazo de pan: “Tomad y comed, esto es mi Cuerpo”, para que quedase resto y memoria de algo difícil de olvidar, de perder, de rechazar. Posteriormente le construimos sagrarios de oro y esmaltes, hermosas custodias con piedras preciosas -quincallería de mujeres- pero él se había proyectado el único sagrario que le importaba: el hombre. Aunque pecador como Pedro. Aunque petimetre como el corazón de la prole del Zebedeo. Aunque infame y traidor como Judas, aquel amigo suyo. Escogió al hombre para declarársele, cara a cara, dentro de él. Allí donde el corazón late con los mismos latidos del corazón de los demás que aquí abajo mendigan a tientas. Un pan como recordatorio de un amor: “Habló Moisés al pueblo y dijo: Recuerda el camino que el Señor tu Dios te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos o no. El te afligió haciéndote pasar hambre y después te alimentó con el maná que tú no conocías ni conocieron tus padres para enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios. No sea que te olvides del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, una sequedal sin una gota de agua; que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres”


Fue el último gesto: espontáneo, libre, que desarmaba. Como un niño que próximo cercano a un desastre, busca refugiarse allí donde advierte mayormente el sabor de casa. Cristo escogió al hombre, escogerá al hombre. Cristo y el hombre: el connubio que en el evangelio es familiar. Pilatos lo dijo a la turba: “He aquí el hombre. Ecce homo” Se mofaron de él y le forzaron a lavarse las manos. También el sacerdote lo dice a la multitud: “He aquí el Cordero de Dios”. Cada domingo, cada día, a cada paso. He aquí el Cordero: humilde, manso, discreto. Aromático y fragante como el pan. Te busca, te está encontrando: no te lo pierdas: si no, estás perdido.

La multitud como en tiempos de Pilatos, no entiende: bosteza, balbucea algo, charla con el que tiene al lado. Algunos que comulgan lo confunden con un obsequio y te dan las gracias. ¡Pero qué gracias ni cuentos! ¿Cuándo antes la Belleza había sido concedida a los pecadores y a los esclavos, a los pasotas y a los cobardes, a los marchitos de corazón como yo? A los estúpidos, a los indolentes, a los irreverentes. A los traidores. Y comes y Cristo, el Cordero de Dios, entra. Se encoge de hombros ante la irreverencia. Se acomoda entre la conmoción de otras mil presencias, se inclina para reavivar la nostalgia. Como un minero con su linterna, baja a tus abismos para reencender la esperanza. Y organizar el rendimiento: “Oh Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa…” Míralos, el domingo, los rendidos ante Dios. Las manos no sólo están juntas, están arremangadas. Inclinan la cabeza no porque se repliegan en sí mismos, sino para entrever otros caminos, fisuras de cielo. Abren los ojos por exuberancia de sorpresa, el secreto de la Verdad. Hombres, hombres, ya no hombres: hombres-sagrario. Por las calles de la ciudad, en medio del ajetreo ruidoso de  la periferia, en lo caótico de la historia. Ellos y Dios. El Dios que se hace hombre para que el hombre vuelva a Dios. Lo viene a tomar, sondea los abismos, lo acredita. Y cogiéndole de la mano, sube la escarpa: de la desgracia, de la miseria, de la cautividad. Un Dios-Pan: ¿Qué no se hace cuando uno está perdidamente enamorado?

¿El hombre empeñado en devorar de tantas maneras a sus semejantes, a alimentarse de ellos? Viene Dios y le dice: no lo hagas, ama y respeta a tus hermanos. He aquí el Cordero de Dios que carga con tus culpas y las de toda la humanidad, y se convierte en tu alimento. Por redimirte. 

Semana del 12 al 18 de junio

 


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas. Hasta el jueves continuamos con la Novena al Sagrado Corazón de Jesús. Sobre las 20:45 Rosario, Novena y Eucaristía.

Lunes: Obligaciones del Celebrante.

Martes: Por la conversión y santificación de la Parroquia.

Miércoles: Al Sagrado Corazón de Jesús, un devoto.

Jueves: Por José Riveiro Prado, padres y difuntos de la familia.

Viernes: Solemne al Sagrado Corazón de Jesús, por la Parroquia.

Sábado: Por Carmen Cacabelos Garrido, Feliciano Blanco Vidal y sus padres, José Méndez Torres.

Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 13:00 Solemne al Santísimo Sacramento.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Martes: A las 19:30 invito a una reunión a los cofrades y entrantes del Santísimo Sacramento.

Jueves: Por Montserrat Gómez y esposo Juan; Tito Outón y esposa Águeda.

Sábado: Por las intenciones de la Parroquia.

Domingo: Misa a las 11:00 por Manuel Salgueiro Álvarez y difuntos de la familia.

A los niños que recibieron la primera comunión este año los invitamos a participar en la procesión del Santísimo el día 2 de julio.

domingo, 4 de junio de 2023

Le llamaban Trinidad

 


En la cocina, una joven madre estaba preparando la comida con la mente totalmente concentrada en lo que estaba haciendo: preparar patatas fritas. Estaba trabajando para cocinar un plato que a los niños les iba a gustar mucho: las patatas fritas eran su plato preferido. El niño más pequeño, cuatro años, había tenido una intensa jornada en el parvulario (escuela de educación infantil lo llaman ahora) y quería contar a la madre todo lo que había visto y hecho. La madre le respondía con monosílabos y balbuceos. El niño no paraba de asirse a la falda y tirar de ella diciendo 
“Mamá”. Pero ella continuaba impertérrita pelando las patatas. Hasta que el niño agarró con fuerza la falda tirando con todas sus fuerzas. La mujer tuvo que inclinarse hacia su hijo. Él la cogió por la cabeza, la obligó a mirarle a los ojos y le dijo: ¡Mamá, escúchame con los ojos! Y es que todas las cosas importantes pasan a través de la mirada. Escuchar a alguien con los ojos significa decirle: “Tú eres importante para mí”.

Si la Ascensión es la presentación hecha por Jesús al Padre de su Esposa, la humanidad redimida, si Pentecostés es el regalo de bodas firmado por el Padre a su Esposa, la Iglesia naciente, la fiesta de la Santísima Trinidad es este juego de miradas entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Como decir: estudiemos la táctica para dar continuidad a este Amor. La razón profunda por la que hemos de vivir en la unidad no es para cuadrar mejor el balance siendo solidarios. No es una necesidad táctica, una razón de cálculo o conveniencia: la comunión en la Iglesia no puede ser reducida a una elección inteligente derivada de la consideración de que estar juntos, trabajar juntos, caminar juntos es más rentable desde el punto de vista práctico. La razón profunda es que la Iglesia es la imagen de la Santísima Trinidad. Aún más: es la extensión de aquella esencial comunidad divina que se prolonga en la partitura musical de la historia y en la crónica cotidiana. Es fantástico pensar que la Iglesia nace de lo alto, que ahonda sus raíces en la Trinidad.


Por esa razón el misterio principal de nuestra fe nos ha sido revelado por Jesucristo y no es fruto de nuestras disquisiciones ni tiene como meta  nuestras contemplaciones abstractas. Nos es regalado para concretarlo en la vida de cada día y en los senderos de la fatigosa cotidianidad.

La Trinidad es/son personas. No cifras. No códigos fiscales. No números de matrícula en nuestros monos de trabajo. Somos personas, no guijarros abandonados por Dios en la tierra y condenados a rodar sin destino. Son personas iguales. ¿Comprendemos de dónde brota la insistencia de la Iglesia cuando anuncia la igualdad? ¡Somos todos iguales! No hay hombres de primera y segunda clase. El misterio trinitario nos interpela cada vez que descubrimos señales de injustica en la crónica cotidiana. El misterio de la Trinidad imprime en cada hombre el sello de la igualdad con Dios. Son personas iguales y distintas. Cada hombre tiene su rostro y su historia, sus sueños y sus fatigas, sus aspiraciones y sus miedos. Es una identidad intransferible. Dios nos conoce por nuestro nombre, no por nuestras siglas. Nos llama a cada cual por nuestro nombre. Él no coloca nuestros rostros en los archivos, sino que los sustrae de la usura de las estaciones iluminándolos con su luz. Él no sepulta nuestros nombres en el Parque de la Memoria, sino que los evoca uno a uno en medio de la nada indistinta de las nebulosas y, pronunciándolos con la pasión del enamorado, los esculpe en las rocas de los collados eternos.

Cristo nos invita a anunciar el evangelio a todas las naciones bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es un mandato para instruir en el Amor al mundo. Este es el rostro encantador de la Trinidad: un Padre que envía a su propio Hijo para salvar al mundo con su Amor, el Espíritu Santo. Reservándose el derecho a pedir ayuda a María, a Pedro,  a Pablo de Tarso, a Silas y a Bernabé, a ti y a mí. Porque la historia se convierte en interesante cuando mil rostros se cruzan entre ellos. Millones de rostros pero un único director: la Trinidad. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. La Trinidad siempre presente en nuestras vidas. 

Semana del 5 al 11 de Junio.

 


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: No habrá Misa.

Martes: Por Emilio García Meis, Manuel Valladares Rial y esposa Josefina.

Miércoles: comienza la Novena al Sagrado Corazón de Jesús: A las 20:45 Rosario, Novena y Eucaristía. Dionisio Castro Minguillo y difuntos de la familia.

Jueves: Por Manolo García Barbeito. Rosario, Novena y Eucaristía.

Viernes: Por Víctor Moreno y difuntos de la familia.

Sábado: Rosario, Novena y Eucaristía.

Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:00 por los asistentes. Invitamos a los niños de primera comunión que el domingo 18 participen en la misa del Santísimo Sacramento con los trajes de primera Comunión.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Jueves: Por Valentina Leiro Méndez.

Viernes: A las 19:00 primer aniversario de Luisa González Míguez.

Sábado: Por Alfredo Lores Lores e hija María Esther de Piñeiros.

Domingo: Misa a las 11:00 por Carmen Troncoso Poceiro da Vichona, fallecida recientemente en Uruguay