domingo, 30 de diciembre de 2018

Pañales e imcompresiones, más que cava y turrón.

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Dejando espacio a la adoración, coloreado por la música de algún villancico con olor a oveja, Él inicia su misión: no hay tiempo que perder aquí abajo en la tierra. Urge comenzar la construcción de un camino que reconduzca los pasos de los hombres hacia allí donde reina la nostalgia de una casa abandonada. Como uno de nosotros, esta mañana: también Él un hijo que hace las maletas y se aleja de casa. Y ellos dos, María de Nazaret y José hijo de David, como cualquier pareja de hoy en día, siguiendo el sueño de un Hijo que no encaja ya con sus sueños: “ellos no comprendieron sus palabras”. Un puñado de estrellas y algún que otro regalo que les llevaron los últimos de la historia, y ya entre las paredes de la casa de Nazaret se respira la crisis: “angustiados, te buscábamos”. Ni los santos entienden a los santos: perfectos padres en medio de la incomprensión de un Hijo para el cual ya le queda pequeña la puerta de casa. Son como profetas visitados por presencias angélicas; sin embargo ellos no entienden lo que está sucediendo en su vida de casados. 
Y no obstante no se rinden, sabían que tenían que afrontar a un hijo diferente de los otros niños y piden explicaciones: ¿Por qué nos has hecho esto?
https://lh4.googleusercontent.com/Ztpv-z345TQz5162LX5c8OTgeQe49_ugy2eJ9WuvVTkkpFWqj5rJ3KSJjfsTujnaZO8flNvjfZL997SQq-zB8q6gD9CX7mnQlP2kGMY5NVOKdehwUhrnYStnzIVuucLnXB9gBpFb25f90oayPreguntan con las mismas preguntas de las mujeres y los hombres de todos los tiempos: con ellos comparten la angustia de no entender la melancolía de la incomprensión, el hecho de que los hijos no son jamás hijos propios sino hijos de un cielo que pide espacio a un vientre para hacerles nacer para después dejarles libres para levantar el vuelo. En aquella petición de libertad entre los muros de Nazaret ellos interrogan  -como es lícito que hagan-  pero lo hacen con un diálogo tranquilo, sobrio y amoroso  que da por hecho el recibir una respuesta incomprensible. Tal como sucederá en poco tiempo: “¿No sabíais que debía ocuparme de las cosas de mi Padre?  

Ellos preguntan  y Él responde, con aquel tono amoroso y la inspiración de un Hijo que no se marcha  por repudiar los afectos, sino para encender por doquier el sabor de la vida: escucha, pregunta y responde.
Y esa mañana de plena crisis en la familia de Nazaret se convierte en el alfabeto de la comunión para las casas de este mundo. Cada cual siguiendo la propia estrella: no se perderán porque en el fondo de ellos habita una profecía, quizás un fragmento de sueño. Y los sueños sólo son pequeños sueños y las revelaciones sólo pequeñas revelaciones. Porque ésta es la estrategia del Eterno en las pequeñas pruebas: hay la luz suficiente para dar el primer paso, la luz necesaria para la primera noche, la que basta para partir. Después Dios condenará el enfrentamiento: volverá junto a cada paso de la vida para asegurar que se custodia una profecía incluso en la crónica más negra. Incluso en medio de la oscuridad del Calvario.  

Lo escribía Guareschi, en su “Diario clandestino” mientras permanecía internado en el lager de Sandbostel en el norte de Alemania:
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS9L3xQ33StOHaSVrFHCjnrIZH0b02-Qv2xl-22qG2nn5DWH-YVqXJB2VXiFx-WV_iE-8OXPctZCuwj_KMHsBph0NzmK8SnCFMYdG7F4I_vMyITVs7KKkvxLbSn8xbTcHXQzd5iB9JxhRf/s320/Glosa2.jpg“Señora Alemania, tú me has encerrado entre alambre de púas y haces guardia para que yo no salga. Es inútil, señora Alemania: yo no salgo pero entra quien quiere. Entran mis afectos, entran mis recuerdos. Y esto no es nada, señora Alemania: porque entra también el buen Dios y me enseña todas las cosas prohibidas por tus reglas. 

Señora Alemania: tú rebuscas en mi bolsa y revuelves entre las pajas de mi camastro. Es inútil, señora Alemania: tú no puedes encontrar nada y en cambio allí están escondidos documentos de esencial importancia. Los planos de mi casa, mil imágenes de mi pasado, el proyecto de mi futuro.

Y esto no es nada, señora Alemania: Porque hay un gran mapa topográfico a escala 25.000 en el cual está señalado, con extrema precisión, el punto en el que podré reencontrar la fe en la justicia divina.
Señora Alemania, tú te inquietas conmigo, pero es inútil. Porque el día en el que presa de la ira harás alboroto con alguna de tus mil máquinas y me echarás al suelo, verás que de mi cuerpo inmóvil se levantará otro “yo”, más hermoso que el primero. Y no podrás ponerle una placa al cuello porque volará alto, más allá de la alambrada. Y si te he visto no me acuerdo. 
El hombre está hecho así, señora Alemania: por fuera es una cosa muy fácil de controlar, pero dentro hay otro y únicamente lo controla el Padre Eterno. Y ésta es la jugarreta para ti, señora Alemania”  (Diario Clandestino de Giovanni Guareschi) 
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El Niño y los suyos: el tiempo para intercambiarse una mirada recíproca y vuelven juntos a Nazaret. De la misma manera que juntos fueron a Jerusalén y juntos habían buscado al Hijo. Porque en la Escritura nos perdemos juntos y juntos nos encontramos: es siempre juntos que se abre el camino de la salvación. También Él, sin mueca de disgusto alguna “les estaba sometido”. Como todos los hijos de este mundo: treinta años para aprender el silencioso arte de convertirse en hombre, tres decenios de silencioso aprendizaje y de fiel pertenencia al linaje de papá. Seis lustros sin ningún acontecimiento prodigioso: un día allí obrará a regañadientes los milagros, siempre fuente de ambiguo reconocimiento y de alabanzas que le trastornarán. Él “crecía en sabiduría, edad y gracia, Ella “conservaba todas las cosas en el corazón”. Dos verbos en pretérito imperfecto: el largo tiempo de la espera y de las ansias y congojas, de las preguntas y de las partes, de los misterios y de la Cruz.
En Nazaret vive lo cotidiano, en Jerusalén el Eterno: las cosas de Dios y las de la gente, las crónicas domésticas y el respiro de la Historia en mayúsculas, los treinta años de silencio y los tres de palabras sensatas. Dios también vivió entre platos, lavandería y reproches: y no hizo nada para evitarlos. Convencido como estaba de que nada de lo de aquí podía ser obstáculo en la ruta hacia el cielo. 

Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 31 de diciembre al 6 de enero.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: Misa a las 18:00 horas.
Martes: Misa a las 12:30 por Manuela, esposo, hijos y difuntos de la familia.
Miércoles: Por Baldomero Padín Vázquez y esposa Camelia. Josefina Fernández Dopazo y difuntos de la familia.
Jueves: Por José Casal Padín, esposa Dolores, hija Carmen y Modesta. Ánimas a intención de un devoto.
Viernes: Por Juan Miniño, esposa Casilda Valle y difuntos de la familia. Lola Filgueira Troncoso.
Sábado: A las 10:30 primer Aniversario de Carmen Otero Padín. A las 20:00 Misa por Victorio Castro Lores; Lidia Camiña Lobato y difuntos de la familia; Lola Lastres Domínguez.
Domingo: Primera a las 9:00 por la parroquia. Segunda a las 12:30 por Rosa Padín Castro.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías.

Lunes: A las 17:00 por Encarnación Moldes Méndez y esposo José Manuel, do Freixo.
Martes: A las 11:00 por Manuel Pardo Graña.
Jueves: A las 17:00 Aniversario de José Ramón Vilar Camiña, sus padres Alfonso y Matilde y su cuñado Manuel Serantes Prieto.
Viernes: A las 18:00 Funeral de 7º Aniversario de María Esther Lores Blanco de Piñeiro y sus abuelos.
Sábado: Por Manuel Domínguez Otero, da Bouza de Gondar; Carmen Vázquez Torres, Padres y María del Carmen Souto Torres, de Piñeiros.
Domingo: Misa a las 11:00 por José Manuel Martínez Carballa y su hijo José Martínez Troncoso, da Vichona. Francisco Castro Radío.

domingo, 23 de diciembre de 2018

Isabel es nuestra madre y hermana

Visitación de María (Giotto)



Siempre me ha fascinado, en mi imaginación, el encuentro entre estas dos mujeres judías, una muy joven, la otra más avanzada en años, unidas por el parentesco, por el embarazo y por el extraordinario modo en que todo sucedió. El evangelio es a la vez rico en su descripción, pero parco en detalles, ya que dedica a este encuentro varios versículos (que  quedaron en el recuerdo de todos los creyentes a través de los siglos, muy especialmente el cántico de María), sobrevolando sobre los tres meses pasados ​​en que Isabel estuvo en compañía de María, en especial en el momento del nacimiento de Juan, al que suponemos que asistió María.
¿Qué debieron decirse María e Isabel (además del "Magnificat" y un trocito del "Ave María") durante esos momentos que pasaron juntas? ¿Cómo comentaron entre sí lo que estaba ocurriendo "dentro" -no hay adjetivo más apropiado- de su historia personal?  ¿Qué debieron decir acerca de ese Dios que  se manifestaba  a ellas  y a sus maridos de manera tan especial?  Por cierto, según los Evangelios, de esos cuatro personajes, Isabel es la única que no recibe ninguna revelación divina sobre su maternidad; y sin embargo es la que más experimenta sobre sí misma la grandeza del poder de Dios, ya que es "vieja" y "estéril". Ella es la más tocada por el milagro, la más besada por la misericordia de Dios, y a pesar de que Dios no se lo haya revelado desde arriba, ni en sueños como a José ni en visión como a Zacarías, es “colmada por el Espíritu Santo” igual que María.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTWSbp1uLs2US04rspbqjJYqIb0jBo-VESg_iN4rDjY1yBr8lp6BX12tEzf4XZbYbTGF30lOoyf8Yu6Y1TR6Oj7G7Acn_i2h762FKecNuzSwQtoYswR6vVsT2t6hY52L9DweMhpiQ6T-qt/s1600/Glosa1.jpgQuizás es todo esto lo que la hace más cercana a nosotros: parte de aquella humanidad que sin aspavientos ni revelaciones de lo alto, sigue creyendo persistentemente, esperando contra toda esperanza, confiando sólo en la misericordia de Dios. Y esto, a pesar de todo. No deseo afirmar con esto nada en detrimento de la grandeza de la Madre de Dios o de las figuras de los justos José y Zacarías, pero Isabel tiene algo especial que hace que sea mucho más similar a nosotros. Es quizás lo ordinario de su vida cotidiana, de su existencia y de su manera de vivir la fe. Me enamora el ocultamiento que hace de su persona desde el momento en que descubre que está embarazada (según san Lucas, permaneció oculta cinco meses), su sentirse poca cosa o nada en comparación de su prima María, más joven. Esa actitud la transmitirá a su hijo Juan, que actuará de la misma manera en relación con el Mesías. Me gusta su testarudez e insistencia en permanecer fiel a las promesas de Dios en el momento en el que junto a su marido enmudecido porque es demasiado presuntuoso y desconfiado, deberá imponer el nombre al propio hijo contra el parecer de la tradición y la ley.

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“Iohannes est nomen eius”
Es una mujer fuerte, valiente, tenaz, como tantas otras ensalzadas en la Sagrada Escritura, pero también silenciosa como tantas otras presentes en la historia de la humanidad, en todas partes y en todo momento, que sin hacer ruido a su alrededor han escrito páginas de vida vivida y de fe profesada. Ante ellas nos sentimos bien poca cosa. Entre éstas ponemos en la lista a muchas de nuestras madres y abuelas, mujeres que han experimentado el sufrimiento y el dolor en su propia carne, que siempre han contestado incluso cuando todo en torno a ellas decía no. ". Isabel es nuestra madre y nuestra hermana. Madre de aquella humanidad humilde pero amada y exaltada de tal modo por Dios, hasta el punto de considerarla el vértice más alto de la Creación (entre los nacidos de mujer no ha surgido uno mayor que Juan Bautista) y justo a causa de su humildad. 
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Por lo tanto, lo que importa en la vida no son las apariencias sino el ser;  lo que importa, delante de Dios, no es la imagen que damos de nosotros mismos en el mundo, tal vez camuflada tras del mito de la eterna juventud o una eficiencia total y absoluta. Cuenta la confianza incondicional en Él, para el que nada es imposible. 

Ciertamente Isabel también es imagen de una Iglesia de antigua tradición, curvada por el peso de los años y las propias fatigas, aparentemente incapaz de regenerarse y que mira con esperanza a las jóvenes Iglesias llenas de vitalidad, quizás de África o de América.  Pero no nos decepcionemos o desanimemos cada vez que tengamos la impresión de que nuestras iglesias se vacían, que nuestras comunidades envejecen, que nuestras actividades dan poco fruto: de Belén, la más pequeña de las ciudades de Judá, saldrá Aquel que será el dominador de Israel. Y cuando veamos los trazos de su semblante en el pesebre de Belén, el asombro y la maravilla invadirán aún más nuestros corazones. 
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 24 al 30 de diciembre.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: A las 18:00 Misa Vespertina de la Navidad. Por Enrique, abuelos y difuntos de la familia. Lucía, Benito, Peregrina y difuntos de la familia.
Martes: Natividad del Señor. Misa a las 12:30 por las obligaciones del Celebrante.
Miércoles: Por Dorinda Carballa Pérez; Pastora Pombo Padín, padres y hermano.
Jueves: Por Chicho do Forcado y su hijo José Manuel.
Viernes: Por María Luisa Miniño Vieites, Manuel Torres Touriño, esposa e hijo Elías.
Sábado: A las 11:30 primer Aniversario de Daniel Pérez Bouzada. A las 20:00 de la tarde Misa por María del Carmen Pérez Rial y esposo; Ángel Dopazo Castro, esposa Dolores y yerno Roberto; Antonio González Rial, esposa, hija Pastora y yerno Luis, Lola Méndez Arosa.
Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:30 por los matrimonios que celebran las bodas de oro y plata matrimoniales.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Lunes, día 24: A las 17:00 horas Misa válida para el día de Navidad.
Martes, día 25: Misa a las 11:00 a la Virgen del Carmen, de los Dolores y a Santa Lucía a intención de Esther de Piñeiros.
Jueves, día 27: Por Luis García Vidal; Manuel José Gómez Torres, de Lagarey.
Viernes, día 28: A las 18:00 primer Aniversario de Arturo Rey Gondar.
Sábado, día 29: A las 10:30 primer Aniversario de Juan Vicente González Camiña. A las 19:00 Misa por Teresa Díaz Piñeiro y esposo Alfonso; José Manuel Torres Otero; Dorinda González Uzal, esposo Alfonso e hijo Celso; Manuel Vidal Dadín, Cándido Fernando Oubiña Radío, do Freixo a intención de sus compañeros; Peregrina Radío Pérez; Raul Chichi, da Salgueira.
Domingo, día 30: Misa a las 11:00 por la Parroquia.

domingo, 16 de diciembre de 2018

LO CONTRARIO DE CRISTIANO ES TRISTE, NO ATEO



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Desde la hechizante mirada. Porque el cristianismo es ante todo un encuentro, el encuentro con Cristo resucitado en la mañana de Pascua. Todo el Evangelio nos lleva de la mano y nos lleva a la alegría de la Resurrección, pero no la describe. Es algo parecido a oír cómo se deja caer un zapato en el piso de arriba y se espera que caiga el otro también y nunca cae.

El evangelio de Marcos termina con el silencio de las mujeres "ellas sin embargo, abandonaron la tumba huyendo, presas del miedo y del asombro". Dejar caer el otro zapato es la misión dejada en el umbral de la puerta de la casa de todos los cristianos: porque ciertos encuentros cambian la vida, ya nada resulta como antes. Lo advirtieron aquel puñado de personas que acamparon alrededor de la figura hierática del Bautista: una voz que empujaba y animaba, iluminaba y hechizaba, embrujaba y conquistaba. Se lo habían preguntado en varias ocasiones: "¿Qué debemos hacer?". Primero la multitud, después los recaudadores de impuestos, incluso un grupo de soldados: todos retorciéndose en busca de una respuesta a la misma pregunta.

C:\Users\FRANSESC\Desktop\Tuve Hambre.jpgPorque - aunque el convencimiento nació a la sombra de una tumba vacía - ya en esos primeros pasos del amigo de Jesús, se dibujaba la firme convicción de que la Iglesia no tendría nada que decir acerca de cómo comportarse hasta que aquellos que habrían escuchado no hubiesen disfrutado de una visión de la voluntad de Dios en sus vidas. Y eso siempre: tanto ayer como mañana y sobre todo hoy. Ellos estaban buscando la felicidad, aquella música del corazón de la que la voz de Juan parecía saber la partitura. Y Juan, de hecho, les explicó lo que se debe hacer: proporcionar una túnica y un pedazo de pan, no prestar como los usureros o ser como buitres, no extorsionar a la gente ni aprovecharse de ellos. Aquel día se quedaron atónitos: lo que el predicador afirmaba poco se parecía a un ingrediente de la felicidad. Tal vez imaginaban algún tipo de acrobacias del corazón, buscaban algún asombroso golpe de escena, deseaban gestos heroicos. Nada de todo eso: únicamente lo poquito de cada día llevado a cabo con alegría.

Enséñame a buscarte y muéstrate a los que te buscan, porque no puedo ni buscarte si no me enseñas, ni encontrarte si tú no te muestras. Que yo te busque deseándote y te desee buscándote. Que te busque amándote y te ame encontrándote. Reconozco, Señor, y te doy las gracias, que has creado en mí esta imagen tuya, para que acordándome de Ti, yo piense en Ti y te ame. Pero ésta se encuentra tan consumida por el desgaste de los vicios, tan oscurecida por el humo de los pecados, que no puede hacer aquello para lo que fue creada, si Tú no la renuevas y la reformas. No pretendo, Señor, penetrar tu altura, porque de ninguna manera la comparo con mi entendimiento, pero quiero entender de algún modo tu verdad, que mi corazón cree y ama. De hecho, yo no busco comprender para creer sino que creo con el fin de entender. Porque también creo esto: que si no creo no comprenderé.

Porque el cristianismo es ante todo la alegría que se hizo carne: floreció en esa intersección -donde la voz del Bautista se convierte en la voz del amigo de Nazaret- con la feliz sospecha de que lo contrario de un pueblo cristiano nunca sería un pueblo ateo, sino un pueblo triste o sin la alegría del corazón.

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“Gaudete in Domino iterum dico gaudete”
Aquel alfabeto que permite sentir que el corazón palpita a cada latido de la humanidad en el Evangelio: la carne de un niño y la carne herida, el amor por los niños y la emoción de la fragancia de la amiga pecadora, la luz del Tabor y la amarga pobreza de quien se encontró en el fondo de una vida consumida en el amor, aquel trozo de madera y de hierro que son suficientes para morir clavado. Y encender en el mundo la esperanza del Eterno: "¿Qué debemos hacer?” Pocas cosas, casi nada más de lo que ya haces: simplemente con más alegría. Algunos papiros y pergaminos después, delimitando la historia del Nazareno, recordarán lo poco exigido por Juan para explicar toda la eternidad: "Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui preso y me visitasteis "(Mt 25). Verbos que enuncian las cosas simples de la vida diaria: comer, beber, vestirse y sufrir. Y la valoración de la vida cotidiana, de la más trivial de las cosas habituales inyectando así la fe auténtica en las creencias, rituales y observancias, que sin ella están muertas y son estériles.

Lo confundieron con el tan esperado Mesías, tal era la fuerza de su presencia. A él eso no se le subió a la cabeza, sólo permaneció en la tierra, sin el menor atisbo de melancolía: "viene uno que es más que yo”. Un día, ovacionado por la multitud, lo señalará con el dedo: "He aquí el Cordero de Dios. Seguidlo". Pondrá fin a su carrera del mismo modo como la había empezado: amando las cosas habituales y viviendo como protagonista los momentos que le fueron concedidos. El baile sensual de una adolescente le costó la cabeza, pero su voz nunca cambió de aspecto, ya que era la voz de la Alegría que viene. Una frescura, la cristiana, que durante siglos han recubierto muchos con el manto de una leyenda vacía y aburrida. ¡Increíble cómo se las arreglaron para hacer eso! 

Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 17 al 23 de diciembre.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: A Santa Lucia, Dantis.
Martes: A Santa Lucia, Dantis.
Miércoles: Por José Martínez Lamelas; Esther Pérez García.
Jueves: Por Elisa A Caladiña. Manuel Agis Blanco.
Viernes: Por Amparo Ares Regueiro y difuntos de la familia. A las 20:30 reunión de los matrimonios que celebran las bodas de oro y plata.
Sábado: Por Antonio Arosa Iglesias; José Manuel Otero Naveiro y difuntos de la familia; Josefa Pastoriza y Celestino Rodríguez; José Otero y Aurora Álvarez; Modesto Dovalo, esposa e hijos; a la Virgen del Carmen a intención de una devota. José Vázquez Meis.
Domingo: Primera a las 9:00 por la parroquia. Segunda a las 12:30 por Rafael Basdedios y esposa Alicia.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00.

Martes día 18: Por Juan Fontán Camiña; Modesta Gómez Otero; Peregrina Méndez Muñiz.
Viernes, día 21: A las 13:00 Misa en Gondar. A las 17:00 primer Aniversario de Elisa Torres Lores, da Pedra.
Sábado, día 22: A las 13:00 Misa en Gondar. A las 19:00 Misa por Sara Vidal Fernández; Inocente Otero Fernández, esposa, hijos Manuel, José y Pedro; Vicente Padín Domínguez y Dolores Torres Cacabelos y sus padres de Piñeiros.
Domingo, día 23: Misa a las 11:00 por Manuel Méndez Laredo; Benita Torres, esposo Manuel Souto; hijos Maruja, Samuel y difuntos de la familia Bouzada, de Piñeiros; Manuel Andrade González, padres y abuelos, de Lagarey. A las 17:00 Festival de los niños de la catequesis en la Iglesia parroquial.

domingo, 9 de diciembre de 2018

EL ZAPATO DE CENICIENTA, LA CABEZA DEL BAUTISTA

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¡Para partirse el pecho de risa! Un día uno va a misa y escucha pronunciar al sacerdote, en medio de la lectura del evangelio, el nombre de Donald Trump, Theresa May, António Guterres y de Wladimir Putin, oye hablar de Bashar al-Ásad, de los imperios de Amancio Ortega, de Bill Gates y Mark Zücherberg. Y con la intención de señalarte el año preciso en el que tiene lugar un cambio de época, el predicador te advierte que en aquel momento eran presidentes de gobierno Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y Giuseppe Conte. En verdad los fieles quizás podrían participar también precisando que en este periodo la máxima autoridad religiosa era el Papa Francisco y –por respeto a la pluralidad religiosa- añadirían el nombre de los líderes representantes de las varias religiones. Y a ti te parece que te has equivocado de iglesia o que el cura en cuestión tiene demasiada fantasía. Sin embargo al final oyes la firma: ¡Palabra del Señor!
 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVuEv5Byz_RF5-ynLsZ15_p70wXgZpR4Lg6piDViCajqKMkdaKSxJ3GUUIuCGilycs_VukFyUQXSSKD2lKJSRaXGJAEfEPaNkVe363ZrbvlisBNWw4BfDKPAkdrMlI67HG-avR-xvImIXM/s1600/Glosa1.jpg¿Pero qué tienen que ver hoy en día Tiberio César, Poncio Pilato, Herodes, Filipo y Lisanias? ¡Tienen que ver y mucho! El evangelista se ve obligado a hacer una lista de sacerdotes, gobernadores, tetrarcas y toda la pesca para que dejes de pensar que el cristianismo es algo abstracto. Lo hace para acabar de convencerte de que la Palabra de Dios desciende sobre un hombre que vive con valentía en la historia y en el lugar donde reside. Y si no te bastase con eso, en pocos días Dios mismo se convertirá en Historia. Hombre: carne, pasos, sudor, miedo, comida, caricias, gritos, panes multiplicados, aroma de pescado a la brasa… A partir de ese momento todo ámbito de la creación y de la divina providencia se convierte en divino. Negar eso es impío, porque niega el poder de Dios sobre el mundo. Dios, desde la Encarnación, no está reducido a la esfera de lo estrictamente religioso.  
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El Bautista, en al desierto (Caravaggio)

Pero ¿quién fue el primero entre los hombres que se encontró con Jesús y se dio cuenta? Un hombre de destino incierto, un profeta tardío, un personaje que parece equivocado, colocado como engarce y bisagra entre los dos Testamentos. Un personaje que parece haber nacido sin mucho sentido. La vieja Isabel -parienta demasiado cercana de aquella joven de Nazaret como para no verse involucrada en una historia con componentes misteriosos- en el crepúsculo de su vida regala luz, respiro y pasos a un hijo sobrio, austero y huesudo que se viste con piel de cabra, alimenta el cuerpo con insectos del desierto y de hierba, absteniéndose siempre de bebidas embriagadoras. Si lo observas entre sus coetáneos, aparece como el desgraciado de la peña: ha llegado demasiado tarde para hacer carrera como profeta; pero al mismo tiempo ha llegado demasiado pronto para hacer carrera entre los apóstoles. Vida equivocada, en una palabra.

Vida inesperada e impredecible porque los caminos del Señor que él querrá allanar no acabarán de estar nivelados: su cabeza caerá en la bandeja, oscura y macabra, como siempre ha vivido. Sin embargo no para: nunca aceptaría vender su propia personalidad por un plato de lentejas. Y tú entiendes que para comportarse de esa manera en el mundo real, se requiere estómago. Poca broma. “Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos”: palabras desfasadas también para nuestros días, y que si te paras a pensarlas te hacen morir de risa. Estoy convencido de que falta poco para que nuestras ciudades se conviertan en un absurdo navío que puede perder los anclajes en cualquier momento. En estos días, hombres y mujeres se transforman en hormigas que arrastran hasta su agujero tantas cosas como son capaces de llevar. Y en el atardecer de la Nochebuena se harán emparedar vivas, enmasillando cualquier grieta para que no se les escape la felicidad por cualquier rendija.
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Degollación del Bautista (Caravaggio)
¿Comprendes por qué Juan, el hombre del agua y del trueno, no podía tener una vida fácil? No sueña con el taburete de Tiberio César, el sillón de Herodes, el público y la jofaina de agua de Pilato: sueña con ser siervo del Señor, no de los hombres y sus ensoñaciones. Y en este mundo de esclavos, ser siervos del Señor es la única manera de ser verdaderamente libres. Si el hombre no comprende que hay un único Dios ante el cual inclinar la cabeza y doblar la rodilla, cambiarán los nombres, los rostros, las fisonomías: pero seguirán siendo siempre esclavos de amos.
El rostro de Tiberio César, el poder de Poncio Pilato, la historia de Herodes, Filipo y Lisanias no son citados por casualidad en un Evangelio normalmente parco de trazos históricos. Hay un mundo que espera. El alumno espera la nota; el paciente, el buen fin de la analítica; la madre, al hijo que vuelve de la escuela; el niño, el agua caliente del baño; el enamorado, el beso de la amada; el árbol, el arribo de las estaciones; el mar a los ríos, el fuego al oxígeno, el hambriento al camarero, el estómago al alimento, la mujer al marido. En la Escritura hay espera: para entrar en la Tierra Prometida, para recibir el perdón después de una infidelidad, para una victoria, para un grito desesperado. Todo vive de esperas: el mundo, la política, el deporte. La vida, en la práctica, es una enorme, confusa, desorganizada, peligrosa, esplendida y ruidosísima sala de espera. Y el hombre, para acortar la espera, pone una fecha límite. Esperando nos dormimos: también resulta hermoso pensar que siempre ha sido así. Pero ¿qué pasa cuando la espera se convierte en historia? Cuando te ves obligado a mirar al hombre en su desnudez, sumergirte en el hondón del alma, bucear en tu historia personal, rememorar nuestro “ser niños”. Cuando lo que esperas se te coloca delante.  Cuando el  Esperado se convierte en hombre. Cuando intuyes que Dios no es una broma de Papá Noel. 
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Si en el evangelio hubiese señales de tráfico, hoy encontrarías dos paneles en medio de tu ruta: "Atención, calzada con perfil irregular” y “Pavimento deslizante”  Y es que si lo subestimas demasiado, aquel Niño se convierte en un terrible imprevisto. Pregúntaselo si no a Herodes, el Tetrarca de Galilea. 
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 10 al 16 de diciembre.



Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes, martes y miércoles tendremos un triduo a Santa Eulalia y Santa Lucia.
Lunes: A la Virgen de Fátima a intención de un devoto.
Martes: Por José Luis García Dorado.
Miércoles: Por Benjamín Castro Minguillo
Jueves: Festividad de Santa Lucia. Horario de misas: 8:00, 9:00, 10:00, 11:00, 12:00 y a las 13:00 Misa solemne. Por la tarde a las 18:00 y 19:00.
Viernes: Celebraremos la festividad de Santa Eulalia, patrona de la parroquia. Misa a las 9:30 por las intenciones de los participantes en ella. A las 20:00 Misa Solemne por las intenciones de la parroquia.
Sábado: A la Virgen de Fátima a intención de una devota.
Domingo: Primera a las 9:00 por la parroquia. Segunda a las 12:30 por la conversión y santificación de la parroquia.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Martes, día 11: Por Elisa Estévez González.
Sábado, día 15: Por Elisa Otero Torres, da Costiña y sus padres; Carmen Lores Padín y esposo; A San Judas Tadeo, una devota; Jesús Basdedios Rey y esposa Carmen; Carmen y Delvina Méndez Camiña.
Domingo, día 16: Primera a las 10:30 por Carmen Alfonso Sineiro, hija Isabel y suegra, de Piñeiros; José Leal Velázquez; Juan Torres Dopazo, das Pedreiras y sus padres; Carmen Gondar Vieites y esposo a intención de su hijo Antonio. Horacio Varela Méndez y Amador Fernández Tacón. Segunda a las 11:30 por la parroquia.

domingo, 2 de diciembre de 2018

EL MISTERIO INFINITO DILATA LO FINITO



En los últimos decenios, los fieles que van a misa advierten en muchos lugares cómo se ha puesto de moda dedicar casi cada domingo a una intención, a un problema, a una categoría de personas, a un acontecimiento de trascendencia importante para la vida de la comunidad cristiana. Esta tendencia hace que la pureza lineal del año litúrgico desaparezca tras los nobles intereses del momento. La consecuencia es que la fuerza pedagógica de la Liturgia se diluye ante la necesidad de sensibilizar, de formar, de ayudar, en una palabra, de comprometer a la comunidad con las urgencias del momento. Quizás ha llegado el momento de volver a la esencialidad de la Liturgia para redescubrir la belleza y el papel insustituible en la formación de la personalidad del creyente y de la comunidad. 


Iniciando el año litúrgico con el primer domingo de Adviento, a pesar de la crisis económica que se cierne sobre nuestra sociedad, las calles se llenan de luces atractivas, para que a pesar de todo, la Navidad consumista no se apague. Hoy más que nunca la comunidad creyente, convertida sociológicamente en minoría, tiene la posibilidad de redescubrir la riqueza de aquello que posee como un regalo para vivir y disfrutarlo. ¿Qué puede significar el inicio del año litúrgico para un mundo globalizado en busca de reorganización, gobernado por las leyes del mercado y las finanzas, en el cual toda ideología se ha disuelto, toda certeza y todo valor ético se ha relativizado? ¿Únicamente queda la nostalgia de una improbable “Blanca Navidad”, esperando que baje del cielo un romántico “latido de amor”? ¿Sólo subsiste un susurro de ternura que por unos momentos reúna en torno al pesebre, o peor aún, alrededor de un opíparo banquete, a una familia cuyos ritmos de vida normalmente están marcados por compromisos urgentes que tienden a relativizar las relaciones personales?
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La liturgia vuelve a proponer el inicio del ciclo litúrgico, el Adviento: la comunidad creyente no puede eximirse de interrogarse sobre la pregunta fundamental, en el sentido antes expresado, si no quiere acabar únicamente continuando de manera cansina la Navidad en sus aspectos folclóricos. El Concilio Vaticano II se inició justamente con la reforma litúrgica auspiciando que la Iglesia “viviendo su propia fe, celebrase el misterio y celebrándolo, lo viviese”. La liturgia es pues la memoria viva del Misterio de Cristo. Hoy para nosotros todo comienza por aquí: por la fe en que creemos y que celebrando vivimos. Todo adquiere sentido según la seriedad de nuestra fe: “es tiempo de despertarse del sueño” escribe san Pablo a los Romanos. Hoy, las circunstancias de la vida nos estimulan a descubrir la frescura de la fe despertándola del letargo con el que corremos el riesgo de entumecerla.
¡El inicio del año litúrgico es sobre todo un despertar, un abrir los ojos, la mente y el corazón porque la vida renace! Pero es el despertar a una luz que viene de lo alto, el renacimiento del regalo de una vida que regenera el mundo: la experiencia de la fe no es una ideología, ni una ética: sino un encuentro con una persona, Jesucristo. La liturgia introduce al creyente en este encuentro personal y lo conduce, en el curso del año litúrgico, a la transformación de la vida en Cristo, no sólo por su imitación, sino por la fuerza moral de la presencia activa del mismo Cristo.
La liturgia es el centro de la experiencia de la fe en Cristo, el Hijo de Dios que en Jesús de Nazaret se hizo carne del hombre, nacido de una mujer, hasta compartir la muerte y la debilidad humana para que resucitase de nuevo en la plenitud de la vida del Padre. En su encarnación y en su pasión y resurrección, apareció todo el Amor de Dios para el hombre frágil, débil y pecador.  El mal y la muerte no son el término de la aventura del hombre y del mundo: el punto más oscuro de la fragilidad, de la aniquilación, de la falta de sentido, se convierten en el triunfo de la vida y del Amor.
Con la muerte de Jesús en la cruz, irrumpe  en el mundo el amor que vence a la muerte: la vida renace. Y todo se ilumina: todo lo que el hombre construye tiene sentido, no como tentativa ilusoria de ponerse las alas con que ser capaz de ir más allá de su límite, sino como una expresión de su irrefrenable y cada vez mayor necesidad de un espacio abierto al amor: las alas que el hombre quiere construirse, son un regalo concedido sólo cuando cree que su pequeña vida es un don infinito inagotable.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\image-ahr0cdovl2jsdwjlzgj1awewmto4my9plzm2lzywqtlcnezcqkewqkeymkmzoezgmum2nkm0mdnblmpwzw1.jpgEl año litúrgico es la irrupción del Eterno, del Infinito en el tiempo; del sentido de aquello que parece no tenerlo: en la cotidianidad de nuestras experiencias, con las alegrías y esperanzas, las decepciones y las tristezas, está presente la luz, la fuerza y el amor de Cristo.
En Adviento la Iglesia retoma el camino de la fe, dentro de la historia, con la certeza de una luz que la ilumina y una fuerza que la salva. Y aquí reside el desafío: no puede dar por descontado lo que para la humanidad de hoy ya no lo es. No es posible que la humanidad toda entera no participe hasta desde la raíz de la situación en la que el hombre de hoy vive. Y eso si no quiere que la experiencia litúrgica sea sólo una formalidad que sobrevive como una agotada añoranza del pasado.
El hombre, hasta esta época, jamás se había buscado a sí mismo fuera del marco misterioso y trascendente de una alteridad. La nuestra es la primera civilización en la que el ser humano busca la manera de construirse con sus mismas manos y a la luz de una desmedida conciencia de sí mismo. Quizás ese extremo sueño de emancipación es la nueva manera en la que el hombre de hoy hace presente la arrogancia y la ingenuidad del primer hombre del que habla la Biblia. Toda conciencia humana, también la del creyente, no puede dejar de experimentar malestar.
El Adviento significa vivir la expectativa de Aquel que entra en la vida de la humanidad convencida de su autosuficiencia: hoy quizás significa el deseo que Dios tiene de convencer a los hombres de que sin su amor no es posible una vida fraterna.
C:\Users\FRANSESC\Desktop\voronetjftodoweb.jpegEl creyente sabe que está expuesto a la tentación psicológica de sentirse diferente del mundo, de rechazar la modernidad envuelto en la neblina de las formas religiosas del pasado, adaptando, traduciendo de este modo la conciencia moderna de autosuficiencia. Vivir la  espera significa para el hombre de hoy en día, un instante de fe pura: en medio del rugido de su poder hacer silencio para percibir si le basta todo lo que ha logrado realizar por sí mismo.  Y si no ha borrado la necesidad de un sentido, de un amor, para dejar irrumpir en él la presencia de un Otro que le da el sabor de la vida que le revela que todo es bello y bueno, sólo si todo es un signo del amor que el Padre desea sea compartido por los hermanos.
Dios, Jesucristo Hijo de Dios, el hombre y la mujer, la vida, la muerte, el mundo. Entonces todo nos interpela, todo lo que ahora parece haberse desvanecido, renace. La comunidad creyente comienza el Adviento: el misterio infinito involucra lo finito. La fe es el valor para continuar el viaje, siempre nuevo: el hombre que cierra sus horizontes, porque se engaña creyéndose señor de sí mismo, es limitado. Si continúa sintiéndose frágil, experimenta la venida de Aquel que le dilata la vida hasta el infinito. 
Mn. Francesc M. Espinar Comas