EL PRIMER FRACASO DE JESÚS
Es entre los de su familia y los de su propio pueblo que Jesús vive su primer fracaso. San Juan sugiere que ese rincón perdido entre las montañas de Galilea era despreciado y Natanael se admira al saber de dónde ha de venir el Mesías: “De Nazaret” ¿Puede salir algo bueno de allí? Los arqueólogos sostienen que se trataba de una población con no más de una veintena de casas.
Este fracaso, a los ojos de San Marcos, no hace sino confirmar la misión del Mesías, pues los más grandes profetas del Pueblo de Dios, como Moisés, Jeremías y Zacarías, también sufrieron la oposición de sus más cercanos y allegados.
Todos están inclinados, un día u otro, a pedir milagros como condición precedente a la fe. Mostrar un milagro para creer en el Mesías. En cambio el evangelio presenta la fe como condición necesaria para el milagro: es un don gratuito que representa y confirma la liberación en aquellos que han creído.
El rechazo de la fe se hace más evidente en la segunda fase del ministerio de Jesús. Cuando Jesús en persona enseña en su propio medio rural y no convence a todos. Es el drama psicológico del Señor, que como nosotros experimentó el aparente fracaso humano ante el anuncio del evangelio.
Fr. Tomás M. Sanguinetti
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