El Mesías viene siempre, especialmente en Navidad llama a nuestra puerta. Viene para manifestarnos el Amor de Dios y para quedarse con nosotros. Hemos de abrirnos a su Palabra y a su toque de Gracia y Navidad es tiempo propicio para ello.
Nuestro mundo se deja seducir por las estrellas , las hay muy variadas pero no tienen luz propia. Necesitamos de otras estrellas con luz propia, que no sean fugaces y ligeras, que no se apaguen. Necesitamos estrellas como la de Belén.

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