jueves, 25 de julio de 2013

Unidos en oración y rogando la intercesión del Apóstol.


En este día del Apóstol Santiago, en el que el deseo hubiese sido transmitir felicitaciones, hemos de sumarnos al profundo sentimiento de pesar por el accidente ferroviario ocurrido en la tarde-noche de ayer en Santiago de Compostela.  


Con la esperanza puesta en el Señor, oramos por el descanso de los fallecidos, que Dios los acoja a todos en su seno y brille para ellos la luz eterna. 

Por los heridos, para que pronto se restablezcan plenamente. 
Y por los familiares  y amigos de todos ellos, a fin de que encuentren alivio y consuelo ante tan trágico suceso. 





Padre nuestro, que estás en el cielo, 
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
 hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. 
Danos hoy nuestro pan de cada día; 
perdona nuestras ofensas,
 como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
 no nos dejes caer en tentación, 
y líbranos del mal.

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