domingo, 26 de enero de 2025

LA AUTOESTIMA DE DIOS: NADA MAL PARA EMPEZAR

 

 
Entró porque todos tenían derecho a entrar. Y no sólo a entrar, sino a leer y hablar sobre aquello que se había leído un poco antes. Quizás una sala desnuda, una simple casa, un espacio vacío: allí se citaban, razonaban sobre Dios, en compañía y quizás entre hermanos soñaban con Dios. También Él lo hizo: abrió el pergamino de las Escrituras, leyó dos o tres versículos y replegó el rollo. Para empezar a hablar con aquella afabilidad que un día confundirá a escribas y fariseos, con aquel acento amoroso que sanará pecadores y torpes funcionarios, con aquel toque humano que hechiza a las almas femeninas. Aquel texto era conocidísimo, y sin embargo aquel sábado parecía nuevo, se había trasfigurado. Como una vieja partitura que, interpretada durante siglos, se te presenta inédita gracias a la mano que la interpreta. Quizás las palabras se habían acartonado sobre sí mismas: milenios de espera habían resecado incluso las gargantas de los profetas e inflado los ojos de los videntes. Esta mañana en cambio, aquellas palabras parecían adornarse de primavera, retomaban vida y color: como si hubieran salido frescas y festivas por vez primera de la boca de aquel hombre desconocido por la mayoría. En la plaza de Cafarnaún la incredulidad serpenteaba a flor de piel: nadie recordaba haber escuchado a un rabino hablar así. Eran palabras perfumadas de cielo.

 
La voz se esparció: incluso el hortelano, el hombre ennegrecido por el hollín, el carpintero y el albañil después de la difusión de aquella noticia traicionaron a las verduras en el huerto, las llanas en el cubo, olvidaban los brazos rígidos y los ojos ennegrecidos e iban hacia la sinagoga para escuchar aquella palabra de vida. Como en tiempos del sacerdote Esdras: “Leyó el libro en la plaza, ante la puerta de las Aguas, desde el alba a mediodía, en presencia de los hombres, de las mujeres y de aquellos que eran capaces de entender: todos prestaban oído para escuchar el libro de la ley (…) Este día está consagrado al Señor vuestro Dios. ¡No hagáis luto ni lloréis!” Porque todo el pueblo había sido atravesado por la Palabra. Como la muchedumbre de Cafarnaún aquel sábado por la mañana: las palabras de aquel joven Maestro habían redoblado los latidos de sus corazones fatigados. Aquella explicación con el añadido de la noticia inesperada - “hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis escuchado con vuestros oídos” – había sido un alivio de luz, una rendija de cielo, un haz tenue de esperanza para hambrientos y prisioneros, fracasados e incapaces. Fueron palabras que no serán olvidadas por aquella chusma oscura. Falta poco, quizás únicamente el tiempo para concluir la plegaria y lo esperaran en la puerta de la sinagoga: para volverle a ver o simplemente para seguirle. Tímidos y soñadores.
 
 
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante;
los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos;
la voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos  (…)
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. (del salmo 18)

Dentro de la sinagoga aquellos entendieron bien poco: la razón de aquella incomprensión fue la sorpresa por las inesperadas palabras. Lo insospechado de una Palabra capaz de encender la esperanza y estimular sus almas angustiadas. Aquella mañana en la sinagoga cada cual llegó quizás con la nostalgia de lo que habían dejado en casa, como todos los sábados precedentes. Dejadas en casa para acudir a la sinagoga a rezar como estaba preceptuado desde siglos. Sin embargo aquel sábado la añoranza de lo aparcado es borrada por la sorpresa de lo encontrado, mejor dicho, de lo oído. Que a bien decir, fue el mismísimo encuentro en sí: haber encontrado a un Hombre capaz de sentir sus miserias y convertirse en Voz de una humanidad diferente. Una humanidad encaminada hacia el Eterno. 
 
No por nada apóstol encabezó tal anuncio con una expresa puntualización: “para que te des cuenta, oh Teófilo, de la solidez de las enseñanzas recibidas”. En Cafarnaún se sospechaba que la Profecía era hermana gemela de la Fábula. Bastó el breve espacio de una Palabra encontrada para comprender que el Eterno no faltaba a su promesa. Para despertar la melancolía de la Historia. 

Semana del 27 de enero al 2 de febrero

 

Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: Difuntos de la familia Olmedo.

Martes: Por los participantes.

Miércoles: No habrá Misa.

Jueves: Obligaciones del celebrante.

Viernes: Al Sagrado Corazón de Jesús, un devoto.

Sábado: Por Marcelino Besada Besada. Luis Gondar Cousido y difuntos de la familia.

Domingo: Fiesta de la Presentación en el Templo. Candelaria. Primera a las 9:00 por Aurora Insua Camaño, Lolita Camaño y difuntos de la familia. Isabel y Joaquín Martínez Acuña. Segunda a las 12:00 por las intenciones de la Parroquia.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Jueves: Por las vocaciones sacerdotales y religiosas.

Sábado: A las 10:30 primer Aniversario de Sara Méndez Carballa. A las 19:00 Misa por Francisco Germán Castro Álvarez. Peregrina Vilar Moldes y difuntos de casa. José Antonio Crespo González, padres y hermano. José Casal Méndez y sus padres, de Lagarey. María Bugallo Camiña. Antonio Fernández Torres.

Domingo: A las 10:30 Misa por Eulalia Múñiz Tacón y esposo Manuel Garrido. A las 11:30 a la Candelaria por las intenciones de las mujeres rurales.

domingo, 19 de enero de 2025

SE MARCHÓ: ¡Y AHORA VIENE LO BUENO

 

Giotto: Las bodas de Caná
Se marchó. Partió. Y ya nadie podrá detenerle. Y en el capítulo final de su historia, un puñado de clavos y un madero desnudo le esperarán: nada podrán ni siquiera aquellos que desde el inicio lo tildaron de agitador de las esperanzas, y esperanza de quien ya no la tenía. Allá arriba, justo tras el Gólgota de la desesperación, una brisa de primavera hará que en la mañana hebrea germine la certeza de que la vida no muere. De tal manera que aquel parón de tres días en realidad será un nuevo trampolín para la Vida misma. Treinta años atrás -en el momento de los Magos y los Pastores- había villancicos, inciensos aromáticos y aroma de pan. Hoy, en medio del pobre banquete de la fiesta, hay seis ánforas de vino sin una gota de vino: se transformarán en racimos apenas prensados y convertidos en excelente vino. Mañana allá arriba, tras la alegría y la algarabía de Jerusalén, el silencio de las peores noches y una esponja con el vinagre: altísimo reconocimiento para quien ha bebido un vino de solera en el salón de Caná de Galilea. Así funcionan los hombres.
Se marchó porque era necesario partir: había una humanidad exhausta de tanto esperar. Partido porque una mujer -que la historia llamará “hija de su Hijo”- lo empuja con dulzura y le abre los ojos (a Él que un día se mostrará especialista abriendo los ojos a los ciegos): “No tienen vino”. No hay vino, no hay fiesta: “haz algo, hijo mío”. Y las mamás lo pueden todo: son ojos que anticipan la historia porque son capaces de leerla desde dentro. Partido contra su voluntad: “no ha llegado mi hora”. Que es como decir: déjame en medio de esta última pereza de la vigilia: aún cinco minutos en el silencio de mi casa, déjame saborear la dulzura de Nazaret, el silencio del taller de mi padre. Desde mañana todo será un sin parar. ¡Un ratito aún, por favor! Partido porque ella no cede. Esta vez es la mirada que lo condena a levantarse: ¡no tienen vino! Ella ha nacido mujer: ¿Por qué empezar de mala manera la aventura de una joven esposa? Las mujeres están tan unidas a los detalles, a las pequeñas cosas, que privarles en los inicios de la alegría es como privar a la primavera de la borrachera del viento de marzo que te enreda el cabello.
Y sin embargo se va: es una mujer la que anima los primeros pasos de aquel Hombre que de pequeño aprendió de ella a estar en pie. Hoy es ella a señalarle los primeros pasos de hombre: “marcha, Hijo mío, y que Dios te bendiga”. Lo seguirá por los senderos tortuosos de Galilea, guardará silenciosa los elogios de quien un día le gritará: dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron”. Lo escrutará desde lejos, dulcemente madre: custodiará los pensamientos dejados en el sendero, alejará tristes presagios, recogerá confidencias y temores de aquel grupo que pronto se escogerá, permanecerá en pie bajo el peso de aquel Madero al que lo colgarán: Él, Hijo único de Madre virgen. Y después se volverán a abrazar en el alba de Pascua, en aquella aurora que tendrá el sabor del reencuentro.
Sísifo (Tiziano - 1548)
El objetivo del cristiano no es una bienaventuranza privada, es el todo. Él cree en Cristo, cree pues en el fututo del mundo, no únicamente en el propio futuro. Sabe que este futuro es más de cuanto él se puede procurar. Sabe que hay un Sentido que no puede destruir. Pero debido a esto ¿permanecerá mano sobre mano? ¡Al contrario! Justamente porque sabe que hay un sentido, puede y debe llevar a cabo la obra de la Historia; aunque desde su pequeño rincón, tendrá la impresión de que su esfuerzo sea como el trabajo de Sísifo y que la roca del destino humano esté continuamente suspendida en el aire, edad tras edad, para después volver a caer hacia abajo, volviendo vanas las precedentes fatigas.
Quien cree sabe que se va hacia adelante, que no se gira alrededor. Quien cree sabe que la historia no se parece a la tela de Penélope, tejida y destejida continuamente. También el cristiano podrá ser asaltado por las desconcertantes pesadillas de la angustia frente a la aparente esterilidad del obrar humano. Pero en su pesadilla penetra la voz salvífica y trasformadora de la realidad: ¡tened ánimo, yo he vencido al mundo! (Jn. 16, 33) El mundo nuevo, simbolizado en la imagen de la Nueva Jerusalén con la que la Biblia concluye, no es una utopía, sino una certeza tras la que vamos al encuentro en la fe. Hay una redención del mundo: he aquí la firme confianza que sostiene al cristiano y que lo convence de que también hoy vale la pena ser cristiano.
Ante las tinajas, en un instante de soledad, la contempla por la última vez: adiós madre, ha llegado el momento de separarnos ante esta agua. Te lo aseguro: se convertirá en vino. Y no acabará aquí: un día transformaré también el vino. Partió: y ya nadie podrá detenerle. Y con él se ha puesto en marcha la máquina de los milagros: algunos los hará a regañadientes, otros los hará convencido: los sábados será él el que los buscará para mostrar que el hombre es más importante que el sábado. Quizá María no sabía lo que había encendido, quizá no se imagina hacia dónde lo llevará ese camino que ahora el Hijo recorre. El Bautista lo saluda y orienta hacia Él al pueblo: “He aquí el cordero de Dios”. María le abre los ojos: ¡no les queda vino! Él se va. Después de treinta años de espera, quizás ha llegado su hora: de ahora en adelante el mundo se convertirá en un lío colosal, una eficientísima ambigüedad, en una maraña de emociones. Simplemente porque un hombre se ha marchado. Y es que hay hombres que dejan huella. Y dan un adelanto transformando el agua en vino. Para que ninguna casa se vea privada de la fiesta del corazón. 

Semana del 20 al 26 de enero

 


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: Por Alejandro Camaño Pérez y esposa. Benjamín Castro Minguillo y difuntos de la familia.

Martes: Por la unidad de los cristianos.

Miércoles: Por Manuel Lastres Seijas y Herminia Arosa Fernández.

Jueves: Por la unidad de los cristianos.

Viernes: Por la unidad de los cristianos.

Sábado: A las 10:30 Aniversario de Alfonso Rial Gondar. A las 20:00 Misa por Carmen Radío Dadín y esposo Juan Poceiro Torres. José Touriño Méndez, esposa, nieto Simón y difuntos de la familia.

Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Carmen Guerra y difuntos de la familia.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Jueves: Por Juan Fontán y esposas Montse. Modesta Gómez y sus padres Celia y Arturo.

Sábado: Por Manuel Camiña Fariña. José Luis Lago Oubiña. Servando Padín Torres y Carmen Vázquez Torres, de Piñeiros. Joaquín Vázquez Núñez. Julio César Estévez Dadín, padres Albino y Carmen. Pastora Prieto Otero, "Tuka". José Garrido Caneda y difuntos de la familia. Claudio Enríquez, do Vilar. Luis Otero Fernández. José Vidal Prieto.

Domingo: A las 10:30 por Luis Torres Álvarez. Servando Cacabelos Domínguez. A las 11:30 por la Parroquia.

domingo, 12 de enero de 2025

A EMOCIÓN DE LA TÍA: NO ENTENDIÓ MUCHO AQUEL DÍA

 

Con el alma quemada por el deseo del Reino. En el inicio, triste suerte la suya: llegado demasiado tarde para hacer carrera entre los profetas, y demasiado pronto para hacerla entre los apóstoles, el Bautista -última esperanza de un pueblo desesperado- casi aparecía a sus ojos como el Mesías. Él, el acusador del Mar Muerto; el Otro, el libertador del Mar de Tiberiades. Desde los tiempos de Moisés, triste suerte la de los precursores: llegarán hasta las orillas del Jordán pero no gozarán de la Tierra Prometida. Allanarán la ruta a Aquel que camina tras ellos, pero un día les pasará por delante: prepararán un trono en el que nunca podrán sentarse ni reposar.
El profeta no es un filósofo: poco le importa si el mundo está hecho de agua o de fuego, si el agua y el fuego no bastan para volver mejores las almas de los hombres. Es poeta sin quererlo ni saberlo, cuando la plena indignación y el esplendor de los sueños le ponen en boca imágenes fuertes que los retóricos no sabrán jamás inventar. No es sacerdote porque no ha sido ungido en el Templo de los guardianes mercenarios de las Escrituras. No es rey porque no tiene mando sobre los soldados y tiene como espada sólo la palabra que viene de lo alto. No es soldado pero está siempre preparado para morir por su Dios y su gente. El profeta es una voz que habla en nombre de Dios, una mano que escribe bajo el dictado de Dios, un mensajero enviado por Dios para avisar a quien ha perdido el camino, a quien se ha olvidado de la Alianza, a quien no hace buena guardia. Es el secretario, el intérprete, el enviado de Dios, y pues, superior al rey que no obedece a Dios, al sacerdote que no entiende a Dios, al filósofo que niega a Dios, al pueblo que ha abandonado a Dios para correr tras los ídolos de madera y de piedra.
Cristo hoy tiene treinta años más o menos: la liturgia corre veloz, poco respetuosa de los almanaques del hombre. Escondido en el taller de Nazaret, aprende los últimos secretos del padre carpintero y la madre lavandera. Treinta años es la edad buena: antes es demasiado temprano, después será demasiado tarde.
El Nazareno perfila los últimos trazos de su escultural belleza de Hombre. El amigo y primo, que impertérrito se encuentra a orillas del Jordán, continúa con gran magnetismo su labor de limpieza. Lo confunden con el Mesías pero él no está dispuesto a ello. Su profesión es preparar el camino, recorrerlo será la obra del Amigo y primo que en  Nazaret se está abrochando las sandalias y que prepara su ya casi inminente partida para la vida pública. Los bautiza, los reprende, condena su maldad y hace reverdecer las virtudes: había sido creado adrede por el Altísimo con el fin de conquistar las mentes y orientarlas hacia el Cielo. E iban al Bautista porque se sentían sucios y manchados. Él no es el esperado, lo es Otro: “Yo os bautizo con agua, pero detrás de mí viene Otro, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y con fuego”.
Y el Otro, el silencioso predicador de Nazaret, se cuela en la fila de los impuros  de la misma manera que tras el Anuncio, su Madre se coló entre las lavanderas de Nazaret, sin dejar entrever que en su seno había puesto su morada el Altísimo. Puro entre los impuros haciéndose bautizar por Juan: jamás considerará un tesoro celoso su igualdad con Dios, sino que se despojará de sí mismo y se acercará como por casualidad a la orilla del Jordán pidiendo al Bautista el agua de purificación. No hay suciedad en aquella carne venerada por los pastores y perfumada por los Magos. Sin embargo, inclinarse frente al amigo es el gesto típico de los pecadores y un darle gracias por la tarea llevada a cabo. Lo mira y se miran: quien sostiene el cuenco de agua en la mano ha sido un embajador fiel, un amigo leal, un hombre de una pieza. Se habían entrecruzado en la voz aún antes de nacer, cuando Juan exultó en el seno de Isabel apenas María cruzó el umbral de la puerta de Casa Zacarías con el Eterno en su vientre. Hoy el uno pasa el testigo al Otro como signo de fidelidad.
En la orilla del Jordán no hay tías ni padrinos emocionados y aún menos encajes en los faldones como en el día de nuestro bautismo. Es el inicio de una aventura que ni el mundo imaginaba, comenzada en el modo más humano que el mundo conocía: puro entre los impuros sin ningún miedo a contagiarse. Un día se convertirá en el áncora de salvación de los impuros, en la piedra de tropiezo de los “justos”, en aquel que separará las aguas de la historia. Hoy sólo está arrodillado, con el agua mojándole la cabeza. Podía haberse quedado así: hubiera sido un Dios cómodo y tranquilizador. En cambio mañana, desde las multitudes del Jordán, se sumergirá en la soledad del desierto: el primer regalo no será un milagro sino simplemente compartir con nosotros la condición de quien nace hombre, que se llama tentación. A pesar de las buenas intenciones de la familia que estaba sonriendo en el día de nuestro bautismo. Quién sabe con qué privilegio se habían confundido.

Semana del 13 al 19 de enero

 

Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: Obligaciones del Celebrante.

Martes: Carlos Seijas Castro y su madre María.

Miércoles: En reparación al Sagrado Corazón de Jesús.

Viernes: Por los fallecidos de la Parroquia en el año 2024.

Sábado: Regina Padín Vázquez. Manuel Salgueiro Torres. Regina Serantes Casal y sus padres Ramón y Dolores.

Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Francisco Fernández Méndez, esposa e hijo. Etelvino Dopazo Lores.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Jueves: Por los fallecidos de la Parroquia en 2024.

Sábado: A las 10:30 Aniversario de Carmen Do Novello. A las 19:00 Misa por Dolores Lores Ferreiro.

Domingo: A las 10:30 por José Dorado Cobas, esposa Pacita e hijos. A las 11:30 por la Parroquia.

domingo, 5 de enero de 2025

SE HIZO CARNE ¡FINALMENTE!

   

Eligió la carne que era el punto de máxima lejanía del Cielo: "El Verbo se hizo carne" (Jn 1,14). No fue por lanzar una provocación desafiante sino como signo de la más íntima afinidad: elegir lo que era débil para confundir a los fuertes, abrazar lo lejano para que se sienta cercano, sumergirse en  hombre para que el Cielo penetrase la tierra. Fue el inaudito Belén, la casa del pan y de la carne de Dios.  Pan y carne, pan y pescado, pan y agua: siempre habrá un pan disponible para aquellos que, sacios de todo, experimentarán en el corazón el hambre y la sed de lo esencial: "En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres" (1,4). Sucederá  lo absurdo, como en el principio ocurrió lo inaudito: y lo que acontecerá es que los hombres prefieran la oscuridad a la luz. Siempre hay alguien que confunde el sol con un punto amarillo: los evangelios nos advierten. Lo tienen en cuenta, lo calculan y nos anticipan las consecuencias: "Pero a todos los que le recibieron, les da poder para ser hijos de Dios" (1:12)
Él se encarnó: nada ni nadie más podrá atreverse a superarlo. En la carne escondió la fiesta de los sentidos: escuchar aquella carne será  escucharle a Él. Y escucharle será una fiesta. La fiesta de los ojos, de "lo que hemos visto con nuestros ojos" (1 Jn 1,1). Era el sueño de Moisés, que un día no se contuvo y le dio voz a ese deseo, "Por favor, muéstrame tu gloria." Él obtuvo un seco rechazo, aunque con una motivación al final: "No podrás ver mi rostro, porque ningún hombre puede verme y vivir" (Éxodo 33,18-20). Aunque de origen divino, aquel “no” no impidió al hombre cultivar  una mal disimulada nostalgia de Su Mirada: "Mis ojos están siempre en el Señor" (Salmo 25:15). Lo que Moisés no pudo, apareció por sorpresa a sus descendientes de profesión, también ellos pastores: "Vamos (...) veamos este evento" (Lc 2:15). Ellos vieron y se asombraron. Y creyeron.
Mano de labrador palestino
Se convirtió en la fiesta de los oídos, "lo que hemos oído" (1 Jn 1,1). A quien se fiará de lo oído, le cambiará la vida. Contemplará una noche de pesca infructuosa convertida en una mañana de pescado abundante. El secreto -también para los veteranos pescadores de las artes del mar- será poner atención y escuchar de dónde viene la voz: siempre desde la dirección justa, la que nos parece la más ridícula e insensata. El más favorable para que se rían fácilmente de ti los que están sentados en el banco de la orilla. Las redes, sin embargo, seguirán la palabra: "Por tu palabra echaré las redes" (Lc 5,5). La palabra, a su vez, acreditará exactamente lo que te haría oír:" Lo hicieron así, y recogieron una cantidad enorme de peces y sus redes se rompían"(Lc 5,6).Que al final es la fiesta del tacto: "lo que contemplamos y palparon nuestras manos acerca de la Palabra de vida" (1Jn 1,1). Del Dios que se hace tangible: intimidad, caricia, retoque, golpe.
Nazaret: el valor de lo cotidiano
Tocará siempre a Dios: serán alegrías y dificultades a intervalos más o menos regulares. Reveses y alientos: su toque hará tanto arder los montes como hundir la tierra; cerrará y abrirá  las bocas; construirá y se pondrá manos a la obra para reformar sus edificios y restaurarlos. Cubrirá valles de huesos cosiéndoles encima la carne, arrebatará de las garras de los leones la vida, de la misma manera que acariciará los ojos cegados por una amarga oscuridad. Siempre con las manos en la masa: un  Dios artesano y alfarero, fabricante y obrero, pescador y carpintero.  Con las manos de padre, de madre y de Dios. Preferiblemente eligió profesiones al aire libre: los que a fuerza de toques y empujones, hacen salir callos, deforman los dedos y ennegrecen las uñas  (Ai, uix!: algú s´esgarrifarà)  Un Dios conmovedor: que conmueve y emociona. Un día lo crucificarán. Él contestará a su manera, resucitando. La fiesta del gusto y del olfato. De la memoria y el placer. De lo que hasta entonces sólo pensarlo era locura. Del  residuo neto después de todos los rechazos y negativas: "La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella" (Jn 1,5).
Aún hoy en día el mundo, cuando se cruza con Él, lo deja pasar: Todos se detienen cuando se encuentran con un hombre que sabe a dónde ir. Por eso ellos le dan la preferencia: no por pudor o buena educación. Simplemente por miedo: miedo a tener que lidiar con su Luz.

Semana del 6 al 12 de enero

 


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: Festividad de la Epifanía del Señor. Misa a las 9:00 por las obligaciones del Celebrante. Segunda a las 12:30 por Manuel Canay González y difuntos de la familia.

Martes: A las 18:00 Aniversario de José García Fernández. A las 20:00 por José Casal Padín, esposa Lola, hija Mucha, suegra Modesta y Tucho.

Miércoles: A las 20:00 por José Antonio Fontán Otero. Ramón Sineiro Radío.

Jueves: A las 18:00 Aniversario de Dolores Castro González.

Viernes: A las 18:00 Aniversario de Pura Dopazo Dadín.

Sábado: A las 11:30 Aniversario de Manuel Álvarez Casal. A las 20:00 Misa por Juana Cacabelos Vidal. Teresa Cacabelos Vidal. Luisa Padín Cacabelos, esposo y difuntos de la familia. Divina Vidal Pérez, esposo y difuntos de la familia.

Domingo: Primera a las 9:00 por la Parroquia. Segunda a las 12:30 por José Luis García Dorado. Miguel Duarte.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Lunes: Festividad de la Epifanía del Señor. Misa a las 11:00 por Carmen Padín Míguez, esposo José González y madre Juana Míguez.

Jueves: A las 19:00 por Luis Padín Rey, de Piñeiros.

Sábado: A las 19:00 Misa por Josefa Caneda Bande. Albino Crespo González, padres y hermano. A todos los Santos, una devota. Manuel Miniño Valle y delfina Méndez Radío, de Rouxique. Maruja Souto Torres, esposo Servando Padín Torres, de Piñeiros.

Domingo: A las 10:30 por María Esther Lores Blanco, padre y abuelos, de Piñeiros. A las 11:30 por María Soledad Dozo Chavés.