domingo, 14 de agosto de 2016

Glosa dominical

Domingo XX del Tiempo Ordinario (Año C)

Comentario de la liturgia dominical realizado por el Papa Benedicto XVI en el Angelus del domingo 18 de agosto de 2007, en Castellgandolfo, que coincidía con el Domingo XX del Tiempo Ordinario del Año C.
 
En el evangelio de este domingo hay una expresión de Jesús que siempre atrae nuestra atención y hace falta comprenderla bien. Mientras va de camino hacia Jerusalén, donde le espera la muerte en cruz, Cristo dice a sus discípulos: "¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división". Y añade: "En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra" (Lc 12, 51-53). Quien conozca, aunque sea mínimamente, el evangelio de Cristo, sabe que es un mensaje de paz por excelencia; Jesús mismo, como escribe san Pablo, "es nuestra paz" (Ef 2, 14), muerto y resucitado para derribar el muro de la enemistad e inaugurar el reino de Dios, que es amor, alegría y paz. ¿Cómo se explican, entonces, esas palabras suyas? ¿A qué se refiere el Señor cuando dice —según la redacción de san Lucas— que ha venido a traer la "división", o —según la redacción de san Mateo— la "espada"? (Mt 10, 34). 

Esta expresión de Cristo significa que la paz que vino a traer no es sinónimo de simple ausencia de conflictos. Al contrario, la paz de Jesús es fruto de una lucha constante contra el mal. El combate que Jesús está decidido a librar no es contra hombres o poderes humanos, sino contra el enemigo de Dios y del hombre, contra Satanás. Quien quiera resistir a este enemigo permaneciendo fiel a Dios y al bien, debe afrontar necesariamente incomprensiones y a veces auténticas persecuciones. 

Por eso, todos los que quieran seguir a Jesús y comprometerse sin componendas en favor de la verdad, deben saber que encontrarán oposiciones y se convertirán, sin buscarlo, en signo de división entre las personas, incluso en el seno de sus mismas familias. En efecto, el amor a los padres es un mandamiento sagrado, pero para vivirlo de modo auténtico no debe anteponerse jamás al amor a Dios y a Cristo. De este modo, siguiendo los pasos del Señor Jesús, los cristianos se convierten en "instrumentos de su paz", según la célebre expresión de san Francisco de Asís. No de una paz inconsistente y aparente, sino real, buscada con valentía y tenacidad en el esfuerzo diario por vencer el mal con el bien (cf. Rm 12, 21) y pagando personalmente el precio que esto implica. 

La Virgen María, Reina de la paz, compartió hasta el martirio del alma la lucha de su Hijo Jesús contra el Maligno, y sigue compartiéndola hasta el fin de los tiempos. Invoquemos su intercesión materna para que nos ayude a ser siempre testigos de la paz de Cristo, sin llegar jamás a componendas con el mal.

Semana del 15 al 21 de agosto



Dena

Intenciones de las Celebraciones Eucarísticas. De Martes a sábado a las 21:00 horas.

Lunes: Solemnidad de la Asunción de María al Cielo. Primera a las 9:00 por Antonio Insua Valladares, Julia Currás y esposo. Por María Otero Seoane, hijos y difuntos de la familia. Segunda a las 12:00 por Pilar Martínez García, hija y padre. Obligaciones del Celebrante.
Martes: Cantada a San Roque por las intenciones de la Parroquia.
Miércoles: Por Ignacio García, de Morouzos. Carmen Dopazo Padín, A. S. Virgen, C.
Jueves: Por Encarnación Rodríguez Fernández, hijo y difuntos de la familia. José Luis Dovalo Pérez, hijo Paco y difuntos de la familia.
Viernes: A la Virgen del Carmen a intención de una devota.
Sábado: A las 11:30 primer Aniversario de Digna Lobato Viñas. A las 21:00 Misa por Dolores Morgade Pérez y esposo. Por Luis Limeres y su abuela Esperanza. A la Virgen del Carmen a intención de una devota. José Otero Rodríguez y difuntos de la familia; Manuel Santamaría Castro y difuntos de la familia.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:00 por Carlos García San Miguel, sus padres Julián, Lucía y difuntos de la familia. María del Carmen Torres Pérez.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Por la semana a las 20:00 horas.

Lunes día 15: Solemnidad de la Asunción de María al Cielo. Misa a las 11:00 de la mañana por Eugenio Otero Leiro; Gloria Chan Padín y su nuera Dolores Otero Torres; Alfonso Rey Carballa, esposa Dorinda e hijo Celso.
Jueves día 18: Por José Luis Vázquez Prieto, de Xestedelo; Carmen Aurora Moldes Rey, de Piñeiros; Marina Alonso Caneda, de Piñeiros e hijo José Corbacho; Rosa Prieto Aguín; Antonio Crespo Soto y su hijo Albino Crespo.
Viernes día 19: A las 20:00 primer Aniversario por Luis de Caseiro, de Roxique.
Sábado día 20: Por José Buezas Pérez, de Lagarey; Guillermo Fernández Argibay; Pepe da Tomada, José Vidal Prieto, Manuel Lamelas Torres y esposa; Carmen Martínez Hermida; Divina Pastora Pérez Méndez; Nélida Outón y esposo y Tito Outón Torres.

Domingo día 21: Misa a las 11:00 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 7 de agosto de 2016

Glosa dominical

Domingo XIX del Tiempo Ordinario (año C)

Reproducimos el comentario a la liturgia dominical del Papa Benedicto XVI en el rezo del Angelus,  en Castellgandolfo, del Domingo 8 de Agosto de 2010, que coincidía con el Domingo XIX del Tiempo Ordinario del año C

En el pasaje evangélico de este domingo prosigue el discurso de Jesús a los discípulos sobre el valor de la persona a los ojos de Dios y sobre la inutilidad de las preocupaciones terrenas. No se trata de un elogio al desinterés. Es más, al escuchar la invitación tranquilizadora de Jesús: «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino» (Lc12, 32), nuestro corazón se abre a una esperanza que ilumina y anima la existencia concreta: tenemos la certeza de que «el Evangelio no es solamente una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida. La puerta oscura del tiempo, del futuro, ha sido abierta de par en par. Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una vida nueva» (Spe salvi, 2). Como leemos en el pasaje de la carta a los Hebreos en la liturgia de hoy, Abraham se adentra con corazón confiado en la esperanza que Dios le abre: la promesa de una tierra y de una «descendencia numerosa», y sale «sin saber a dónde iba», confiando sólo en Dios (cf. 11, 8-12).

Y Jesús en el Evangelio de hoy —mediante tres parábolas— ilustra cómo la espera del cumplimiento de la «bienaventurada esperanza», su venida, debe impulsar todavía más a una vida intensa, llena de obras buenas: «Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla» (Lc 12, 33). Se trata de una invitación a usar las cosas sin egoísmo, sin sed de posesión o de dominio, sino según la lógica de Dios, la lógica de la atención a los demás, la lógica del amor: como escribe sintéticamente Romano Guardini, «en la forma de una relación: a partir de Dios, con vistas a Dios» (Accettare se stessi, Brescia 1992, p. 44). 

Al respecto, deseo llamar la atención hacia algunos santos que celebraremos esta semana y que plantearon su vida precisamente a partir de Dios y con vistas a Dios. Hoy recordamos a santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden Dominicana en el siglo XIII, que lleva a cabo la misión de instruir a la sociedad sobre las verdades de fe, preparándose con el estudio y la oración. En la misma época, santa Clara de Asís —a quien recordaremos el miércoles próximo—, prosiguiendo la obra franciscana, fundó la Orden de las Clarisas. El 10 de agosto recordaremos al diácono san Lorenzo, mártir del siglo III, cuyas reliquias se veneran en Roma en la basílica de San Lorenzo extramuros. Por último, haremos memoria de otros dos mártires del siglo XX que compartieron el mismo destino en Auschwitz. El 9 de agosto recordaremos a la santa carmelita Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, y el 14 de agosto al sacerdote franciscano san Maximiliano María Kolbe, fundador de la Milicia de María Inmaculada. Ambos atravesaron el oscuro tiempo de la segunda guerra mundial, sin perder nunca de vista la esperanza, el Dios de la vida y del amor.

Confiemos en el apoyo materno de la Virgen María, Reina de los santos, que comparte amorosamente nuestra peregrinación. A ella dirijamos nuestra oración.

Semana del 8 al 14 de agosto.


Dena

Intenciones de las Celebraciones Eucarísticas de Lunes a Sábado a las 21:00 horas.

Lunes: Por Parisina Vidal Domínguez, esposo Juan; José García Fariña y esposa Maruja.
Martes: No habrá Misa.
Miércoles: No habrá Misa.
Jueves: Por las Vocaciones al Sacerdocio y a la Vida Religiosa. Luisa Blanco Velázquez y difuntos de la familia.
Viernes: No habrá Misa.
Sábado: A las 10:30 de la mañana primer Aniversario de María Penas Barral. A las 21:00 Misa por Javier Cacabelos Fernández; Elisa González Rial y esposo; José Carlos Feijóo Ruel; Divina Álvarez Domínguez, esposo Indalecio Miniño y difuntos familia Miniño; Moises Múñiz, abuelos y tía Rosa. Celia y Ovidio
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:00 por Carlos García San Miguel, sus padres Julián y Lucía; Manuel Fernández Castro y sus padres.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Por la semana a las 20:00 horas.

Martes día 9: A las 19:00 primer Aniversario de Dorinda Barreiro Galiñanes. A las 20:00 Misa por María Esther Lores Blanco, de Piñeiros, Eladio Padín Torres, da Arnosa; Rosa Oubiña Radío y difuntos de la familia.
Sábado día 13: Por Elisa Otero Torres, da Costiña; José Domínguez Fernández; Carmen Alfonso e hija Isabel, de Piñeiros; Juan Camiña Lamelas, da Bruñeira; Aurora Salgueiro Torres, de Roxique, esposo e hijo; Manuel Radío Méndez y sus padres; Faustino Vidal Vidal y sus padres, Concepción González Torres, da Bruñeira; Juan Velón de Francisco, padres y difuntos de la familia; Albino Fernández Tacón, madre e hijo.

Domingo día 14: Misa a las 11:00 por las intenciones de la Parroquia.

lunes, 1 de agosto de 2016

Glosa dominical

Domingo XVIII del Tiempo Ordinario (Año C)


Ofrecemos el comentario que el Papa Benedicto XVI realizó el Domingo 1 de agosto de 2010 en el rezo del Angelus, coincidiendo con la liturgia dominical del Domingo 18 del Tiempo Ordinario del Año C.

En el Evangelio de este domingo, la enseñanza de Jesús se refiere precisamente a la verdadera sabiduría y está introducida por la petición de uno entre la multitud: «Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la herencia» (Lc 12, 13). Jesús, respondiendo, pone en guardia a quienes le oyen sobre la avidez de los bienes terrenos con la parábola del rico necio, quien, habiendo acumulado para él una abundante cosecha, deja de trabajar, consume sus bienes divirtiéndose y se hace la ilusión hasta de poder alejar la muerte. «Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?”» (Lc 12, 20). El hombre necio, en la Biblia, es aquel que no quiere darse cuenta, desde la experiencia de las cosas visibles, de que nada dura para siempre, sino que todo pasa: la juventud y la fuerza física, las comodidades y los cargos de poder. Hacer que la propia vida dependa de realidades tan pasajeras es, por lo tanto, necedad. El hombre que confía en el Señor, en cambio, no teme las adversidades de la vida, ni siquiera la realidad ineludible de la muerte: es el hombre que ha adquirido «un corazón sabio», como los santos. 
Estos días se celebra la memoria litúrgica de algunos santos. Hoy recordamos a san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Vivió en el siglo XVI; se convirtió leyendo la vida de Jesús y de los santos durante una larga hospitalización causada por una herida de batalla. Se quedó tan impresionado con aquellas páginas que decidió seguir al Señor. Mañana recordamos a san Alfonso María de Ligorio, fundador de los Redentoristas; vivió en el siglo XVIII y fue proclamado patrono de los confesores por el venerable Pío XII. Tuvo la conciencia de que Dios quiere que todos sean santos, cada uno según su propio estado, naturalmente. Esta semana la liturgia nos propone además a san Eusebio, primer obispo del Piamonte, valiente defensor de la divinidad de Cristo; y, finalmente, la figura de san Juan María Vianney, el cura de Ars, a cuya intercesión confío de nuevo a todos los pastores de la Iglesia. Empeño común de estos santos fue salvar a las almas y servir a la Iglesia con sus respectivos carismas, contribuyendo a renovarla y a enriquecerla. Estos hombres adquirieron «un corazón sabio» (Sal 89, 12) acumulando lo que no se corrompe y desechando cuanto irremediablemente es voluble en el tiempo: el poder, la riqueza y los placeres efímeros. Al elegir a Dios, poseyeron todo lo necesario, pregustando desde la vida terrena la eternidad (cf. Qo 1, 1-5)
(En francés): La liturgia del día nos interroga sobre el sentido profundo de nuestra búsqueda de poseer, poder y saber. Tomada y considerada como un fin en sí mismo, la riqueza deja de ser el medio necesario para una existencia justa y digna. Que por intercesión de la Virgen María y de san Alfonso María de Ligorio hagamos uso de nuestros bienes participando positivamente en la obra de la creación divina y siendo plenamente solidarios con todos los seres humanos, sobre todo con quien se encuentra en necesidad. 

(En inglés) En el Evangelio de la misa del día nuestro Señor nos enseña a acumular riquezas no en la tierra, sino en el cielo. Así que, por la gracia de Dios, busquemos crecer en la fe y en las buenas obras. 

(En alemán) El tiempo de vacaciones nos ofrece la oportunidad de apartarnos de los caminos habituales y reencontrar paz y reposo en un lugar bello. Que nos apartemos también interiormente de nuestras malas costumbres, de la ira y de la maldad, de la maledicencia, del «hombre viejo con sus obras» —como hemos oído hoy en la lectura de la carta a los Colosenses—. Tomemos las vacaciones como un motivo para encontrar personalmente de nuevo la paz y corresponder mejor a la imagen del Creador que está en nosotros. Que el Espíritu de Dios os acompañe en todos los caminos.

(En español) La liturgia de hoy nos invita a moderar nuestro afán por los bienes materiales, que no son todo en la vida, sabiendo administrarlos bien y compartirlos, de manera que produzcan bienes más altos y duraderos. Pidamos a María que nos enseñe a seguir con gozo a Jesús con un corazón sencillo. 

(En polaco) La vida diaria nos enseña que todo pasa en este mundo. Lo recuerda la liturgia de la Palabra de la misa de este domingo. Nos muestra que la vida del hombre no depende de sus pertenencias y que los bienes terrenos no son un fin, sino un medio en el camino hacia la eternidad. Abramos entonces nuestros corazones a las necesidades de los hermanos, enriqueciéndonos ante los ojos de Dios. Os bendigo de corazón.

domingo, 31 de julio de 2016

Semana del 1 al 7 de agosto.




Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 21:00 horas.

Lunes: Por Andrés Cacabelos Padín, esposa Minia y difuntos de la familia. A las Ánimas a intención de un devoto.

Martes: Por Dolores Portela Lobato; Josefina Agraso Ramos y esposo.

Miércoles: Por Elvira Padín Arosa y esposo.

Jueves: Por las intenciones de la Parroquia.

Viernes: No habrá Misa.

Sábado: Por Aurora Insua Camaño; Lolita Camaño y difuntos de la familia; Balbina Chaves Prado; Josefina Domínguez Varela, José Da Silva Gaspar; Luis Gondar Cousido, padres y difuntos de la familia y María del Carmen Troncoso González.

Domingo: Primera a las 9:00 por María Soledad Camiña Dopazo, Santiago Martínez Castro, Eugenia Lamelas Limeres y Manuel Pérez Outeda. Segunda a las 12:00 por Carlos García San Miguel, Julián, Lucía y difuntos de la familia; Teodoro González Padín y su hija María del Carmen. José Manuel Moldes Lores.

 

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Por la semana a las 20:00 horas.

Jueves día 4: Por Manuel González Fernández, o Marqués de Roxique. A San Blas a intención de una devota.

Sábado día 6: A las 10:30 primer Aniversario de Lola Carballa Domínguez. A las 20:00 horas Misa por Carmen Torres Camiña, da Salgueira; Carmen Oubiña Torres; Carmen Méndez Méndez, de Lagarey; José Manuel Pérez Fernández, hijo Antonio y Abuelos. Gloria Pérez Camiña, do Cruceiro.

Domingo día 7: Misa a las 11:00 por Uco Méndez Carballa y Cándido Cacabelos Bouzada, das Pedreiras.

domingo, 24 de julio de 2016

Glosa Dominical

Domingo XVII del Tiempo Ordinario (Año C)

Comentario sobre la liturgia dominical realizado en el Rezo del Angelus por el Papa Benedicto XVI el 25 de julio de 2010 coincidiendo con el XVII Domingo del Tiempo Ordinario 

El Evangelio de este domingo nos presenta a Jesús recogido en oración, un poco apartado de sus discípulos. Cuando concluyó, uno de ellos le dijo: «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11, 1). Jesús no puso objeciones, ni habló de fórmulas extrañas o esotéricas, sino que, con mucha sencillez, dijo: «Cuando oréis, decid: “Padre...”», y enseñó el Padre Nuestro (cf. Lc 11, 2-4), sacándolo de su propia oración, con la que se dirigía a Dios, su Padre. San Lucas nos transmite el Padre Nuestro en una forma más breve respecto a la del Evangelio de san Mateo, que ha entrado en el uso común. Estamos ante las primeras palabras de la Sagrada Escritura que aprendemos desde niños. Se imprimen en la memoria, plasman nuestra vida, nos acompañan hasta el último aliento. Desvelan que «no somos plenamente hijos de Dios, sino que hemos de llegar a serlo más y más mediante nuestra comunión cada vez más profunda con Cristo. Ser hijos equivale a seguir a Jesús» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Madrid 2007, p. 172). 

Esta oración recoge y expresa también las necesidades humanas materiales y espirituales: «Danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados» (Lc 11, 3-4). Y precisamente a causa de las necesidades y de las dificultades de cada día, Jesús exhorta con fuerza: «Yo os digo: pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá» (Lc 11, 9-10). No se trata de pedir para satisfacer los propios deseos, sino más bien para mantener despierta la amistad con Dios, quien —sigue diciendo el Evangelio— «dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan» (Lc 11, 13). Lo experimentaron los antiguos «padres del desierto» y los contemplativos de todos los tiempos, que llegaron a ser, por razón de la oración, amigos de Dios, como Abraham, que imploró al Señor librar a los pocos justos del exterminio de la ciudad de Sodoma (cf. Gn 18, 23-32). Santa Teresa de Ávila invitaba a sus hermanas de comunidad diciendo: «Debemos suplicar a Dios que nos libre de estos peligros para siempre y nos preserve de todo mal. Y aunque no sea nuestro deseo con perfección, esforcémonos por pedir la petición. ¿Qué nos cuesta pedir mucho, pues pedimos al Todopoderoso?» (Camino de Perfección 42, 4: Obras completas, Madrid, 1984, p. 822). Cada vez que rezamos el Padre Nuestro, nuestra voz se entrelaza con la de la Iglesia, porque quien ora jamás está solo. «Todos los fieles deberán buscar y podrán encontrar el propio camino, el propio modo de hacer oración, en la variedad y riqueza de la oración cristiana, enseñada por la Iglesia... cada uno se dejará conducir... por el Espíritu Santo, que lo guía, a través de Cristo, al Padre» (Congregación para la doctrina de la fe, Carta sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, 15 de octubre de 1989, 29: L’Osservatore Romano, edición en lengua española, 24 de diciembre de 1989, p. 8).
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(En francés) Al enseñar a sus discípulos a orar, Jesús nos revela quién es su Padre y nuestro Padre, y abre nuestro corazón a nuestros hermanos y hermanas. Dejémonos alcanzar por el soplo del Espíritu Santo, quien hace de nosotros verdaderos orantes. Imitad, queridos jóvenes, el heroísmo de Santiago. Él llevó el Evangelio hasta los confines de la tierra de su tiempo. Dedicando también algunos momentos de vuestras vacaciones a actividades espirituales, descubriréis aún más el sentido profundo de la vida. 

(En inglés) En el Evangelio del día, Jesús nos enseña la oración del Señor. Siguiendo el propio ejemplo de Cristo, os animo a rogar por la gracia de ser siempre dignos hijos e hijas de nuestro Padre celestial, amándoos unos a otros. 

(En alemán) Como los discípulos en el Evangelio de este domingo, muchas personas también se preguntan: «Orar, ¿cómo se hace?». El propio Jesús fue un gran orante y, con el Padre Nuestro nos enseñó sobre todo que Dios es un Padre que nos ama, que escucha nuestras plegarias y que quiere lo mejor para nosotros. Si interiorizamos esto, nuestra oración se hace viva y vigorosa. 

(En español) El Evangelio de hoy nos invita a ser constantes en la plegaria, dirigiéndonos a Dios con la oración que Jesús nos enseñó y los Apóstoles nos transmitieron. 

(En polaco) En el Evangelio de este día, Jesús afirma: «Cuando oréis, decid: Padre, sea santificado tu nombre» ( Lc 11, 2). De esta forma, él nos enseña la oración, que es expresión de nuestra adoración y de nuestra gratitud, así como de la piedad y de nuestras súplicas dirigidas al Creador de todo bien. En ella se manifiesta nuestra fe y nuestra confianza en la Divina Providencia. Acordémonos de la oración, tanto en nuestro trabajo diario como en los momentos de descanso de nuestras vacaciones