domingo, 29 de enero de 2017

Glosa dominical


BIENAVENTURADOS LOS POBRES EN EL ESPÍRITU

Somos mendigos de alegría. Todos, creyentes y no creyentes, somos mendigos de alegría porque experimentamos el no tener suficientes razones para sentirnos realizados de verdad, totalmente satisfechos. Es cierto que vivimos momentos intensos, hermosos, memorables, sencillas y verdaderas alegrías que, gracias a Dios, hacen que el corazón y la vida se sientan henchidos. Pero no suficientemente como para llevar a plenitud todo el deseo de absoluto que llevamos pegado al corazón. Nuestro mundo, ingenuo y maligno a la vez, nos hace creer que para obtener la felicidad, con poco basta: basta poseer, demostrar, hacerse ver… Quien cree esta mentira se encuentra con un puñado de moscas en la mano, ebrio y fuera de sí mismo. 

¿Es posible vivir la totalidad del amor? ¿La plenitud de la felicidad? En el evangelio de San Mateo de este domingo, se inicia el largo Sermón de la Montaña, y como un nuevo Moisés, Jesús el Señor sube a la montaña, no al Sinaí sino a las colinas del lago de Tiberiades, para entregarnos la nueva Ley, no esculpida en tablas de piedra sino en el corazón de los discípulos. 

Jesucristo se dirige a aquellos que en la vida no se encuentran en el lado de los vencedores, sino en el lado de aquellos que cada día vuelven a casa con una carga de amargura y de desilusión porque un día más alguien se ha aprovechado de ellos. A estos, Él les anuncia que son dichosos en su condición de pobres, de afligidos, de hambrientos y sedientos de justicia. Parece como si Jesús quisiera ensalzar la condición del pobre y perseguido, del perdedor y del derrotado, porque en esta condición ve las premisas para una felicidad y una dicha imposible de encontrar en la riqueza y el poder de muchos que se mofan de los pequeños.
C:\Users\Cesc\Desktop\fac0d1a22bd4f5e4aabbd218f59bbab8.jpgJesús tiene una gran certeza y nos invita a hacer de ella el fundamento de toda nuestra vida: Dios privilegia un corazón pobre y un corazón quebrantado porque un corazón sacio de autocomplacencia no tiene necesidad de nada, y mucho menos de Dios. La pobreza y la aflicción no son valores en sí mismos y no hay que buscarlos jamás; pero son una condición indispensable para acoger la intervención de Dios que colma el corazón humilde. Quien es pobre, herido y perseguido, pero ha encontrado a Dios en su vida, es bienaventurado.
Es Dios que goza de la plenitud de la bienaventuranza. Él, que es el Amor y la Comunión, se complace en donar su dicha a aquellos que le entregan el deseo de ser felices, dichosos y bienaventurados porque renuncian a recorrer el camino a la conquista de la felicidad: ya que la felicidad conquistada no existe. Si quieres ser bienaventurado y dichoso, no puedes hacer otra cosa que abrir tus manos y esperar que Aquel que la posee, te haga el don de la bienaventuranza.
Quizás no os he convencido con estas palabras y os pido perdón. Si es así, volved a vuestros asuntos, hojead la lista de las tragedias que hoy explican los periódicos, el último escándalo del político de turno y divertíos con la última pasarela de moda que os indica qué se llevará esta temporada o el reality-show de más audiencia.  Ya sabéis que Jesús es un bromista, que muchos lo consideran un soñador empedernido. Pero ¿y si esta vez, aunque sea sólo una, Jesús tuviera razón?
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 30 de enero al 5 de febrero.


Dena
Intenciones de las Eucaristías. A las 20:00 horas por la semana.
Lunes: Por Vicente González Pazos. Al Sagrado Corazón de Jesús y Delvina Outón a intención de una devota.
Martes: A San Antonio a intención de un devoto; A Santa Lucía y a la virgen de los Dolores a intención de una devota.
Miércoles: Por Manuel Valladares Rial y esposa. Pilar Pérez Santiago.
Jueves: Fiesta de la presentación del señor, la Candelaria. Bendición de las Candelas. Por Dolores Viñas Arosa; Luis Gondar Cousido, padres y difuntos de la familia.
Viernes: Por Joaquina Blanco Radío y difuntos de la familia ; Valentina Meis Rial, madre y hermanos; José Touriño Méndez, padres, hermanos y nieto Simón.
Sábado: Por Aurora Insua Camaño, Lolita Camaño y difuntos de la familia; Balbina Chaves Prado; Moisés Muñiz, abuelos y tíos.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Elisa González Rial y esposo; María del Carmen Troncoso González y Mercedes Lamelas Asperez.

Villalonga
Intenciones de las Eucaristías. A las 19:00 horas durante la semana.
Martes día 31: Por Videlina García Buezas, da Salgueira.
Jueves día 2: Fiesta de la Presentación del Señor, Candelaria. Misa a las 13:00 de las Mujeres Rurales. Misa a las 19:00 por Carmen Torres Camiña, da Salgueira. Bendición de las Candelas en ambas Misas.
Sábado día 4: Por Manuel Fernández González, de Rouxique; Juan Pita y esposa; Carmen Oubiña Torres; Manuel Torres Torres, esposa Elisa Otero y sus hijos Consuelo, Carmen y Carlos, da Arnosa; Valentín Martínez Torres; Manuel Lores Torres, esposa e hijos, da Tomada; Nélida Outón Torres, esposo Francisco González y sus padres.

Domingo día 5: Primera a las 10:30 por Uco Méndez Carballa. Por Eulalia Muñiz Tacón, da Salgueira (2ª Aniversario) y obligaciones de su esposo; Julio, Manuela y difuntos de la familia. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 22 de enero de 2017

Glosa Dominical


CUATRO GATOS SIN NI SIQUIERA YA BARCA ALGUNA
Este es el tema: De cómo la aventura de cuatro gatos pudo desbaratar un mundo adormecido en sus quimeras. El agua del Bautista apenas había mojado su cabeza y el Caminante de Nazaret no perdió el tiempo: salió de la sombra del silencio de su casa -en la que vivió un largo letargo divino de más de cinco lustros- y ya se empleó en amaestrar a Satanás cara a cara. Y lo hizo de esta manera para dejárselo claro y hacerle saborear que no todos los hombres han nacido para ser rebabas de sus préstamos. Cuarenta días allí dentro pagando la cuota de la más humana de las leyes de la naturaleza -es decir, la tentación de parecerse a Dios- para después recorrer caminos para desbrozar la Ruta al Reino de Dios. Para encender un poco de luz dentro las estancias brumosas y oscurecidas del reino de los hombres: “El pueblo que habitaba en las tinieblas vio una gran luz, para aquellos que habitaban en regiones y sombras de muerte surgió una luz”. Y la aventura parece iniciarse justo en el lugar equivocado: en la tierra de Zabulón y Neftalí, Galilea de las naciones o sea tierra de frontera y de periferia, de olvido y desconsideración. De polvo, poca fama y tanta piedad. Como Nazaret. En el lugar y el momento equivocados, quizás el más descabellado: la cabeza del Bautista ha sido regalada a la hija de Herodías, la viciada bailarina que cautivó la mirada de Herodes hasta arrancarle lo que el corazón de su madre -mujer vengativa- pidió: la cabeza de aquel que se esforzaba en mostrarle el verdadero camino. Cayó la cabeza y los discípulos del profeta rupestre y silvestre tienen miedo: ¿después del capitán quizás decapitarán también al equipo? Todos escondidos como topos en su madriguera. A Él -por el que el Bautista juzgó incluso ridícula su propia vida hasta hacerse cortar el cuello- parece que no le importaba en absoluto. Entra y empieza allí donde su pariente había interrumpido su obra: “Convertíos porque está cerca el Reino de Dios”
En el fondo la tierra no importa -un lugar vale lo que otro- si siquiera el estado del tiempo (“no existen vientos contrarios, decía Séneca, sino hombres y mujeres que se rinden”) lo que sí importa es la elección de la compañía, eso sí que levanta sospechas: no ha escogido a mercaderes que saben regatear y negociar en las plazas y mercados, ni observantes que desmenuzan los renglones de la Ley, ni rabinos que citan de memoria los versículos de la Sagrada Escritura. Son pescadores: hombres de aguas y mares, de pescas y de veladas al claro de luna, de espera -¡tanta espera!- y de golpes de suerte: los del mar avaro, del mar generoso, del maldito mar. Hombres de las sorpresas, ninguna de las cuales superó a aquella audaz que les propuso el Caminante: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”. Y aquellos, hombres acostumbrados a los cálculos -tanto pescado a tanto el kilo nos da tanto por jornada- “en seguida dejaron la barca y lo siguieron”. ¿Así sin merecer ninguna explicación? María, la Escogida, por lo menos pidió luces al Arcángel: ¿cómo será eso si no conozco varón? Estos en cambio no: emigrarán a no se sabe dónde, desposarán otros mares, se confiarán a Otro Pescador. Lo que les espera aún no lo podrán saber: saben únicamente que seguirán siendo pescadores, no traicionarán su viejo oficio. El sabor y la sabiduría de una tradición familiar, no tendrán que maldecir su pasado. Cambiará sólo el pescado como objeto de las capturas: ya no más peces, sino hombres. Dejarán todo para seguir el sueño que transforma el dolor en gozo, escucharán el grito que da la vista a los ciegos, verán la mirada de los cautivos liberados, percibirán la esperanza de los desesperados. De aquel mar volverán distorsionados: gritarán al viento, caminarán sobre las aguas, expulsarán demonios, suturarán llagas, enjugarán lágrimas. Cuatro gatos sin ni siquiera ya barca alguna. Aunque su espíritu siempre volará por cotas demasiado bajas y no comprenderán sus verdades y sus parábolas, y al final lo abandonarán, todo será perdonado por la prontitud cándida y segura con la que siguieron la primera llamada.
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Sintiendo los ensayos del tiempo, inició la más audaz entre las aventuras en el lugar equivocado, entró en escena en el momento menos favorable y propicio y reunió el equipo mejor aprovechado que podía organizar. Le dieron pocas oportunidades: Él hizo oídos sordos y partió. Incluso el Titánic fue construido por profesionales y se hundió. El arca fue construida por Noé, probo agricultor, y resistió la furia de un diluvio hinchado de agua. En Cafarnaún los pescadores lo sabían bien: nunca dar un juicio sobre  una barca mientras está amarrada en el puerto. Un Grandísimo crea a los más grandes.
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 23 al 29 de enero.


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: Por Francisco Dovalo Pérez, padre y abuelos. A Santa Lucía a intención de un devoto.
Martes: No habrá Misa.
Miércoles: Por Delfina Dopazo Méndez. Herminio González Pazos e hija.
Jueves: Por Delvina Outón Tarela y difuntos de la familia. Alfredo y difuntos de la familia.
Viernes: Por Chicho do Forcado y su hijo José Manuel. A las 20:30 Reunión de Catequistas.
Sábado: Por José Otero Piñeiro; Luisa Padín Cacabelos y esposo, y Juan Vázquez Meis.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones  de la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Dolores Castro Domínguez; Juana Míguez y sus hijas Julia y Justa Padín.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 19:00 horas.

Jueves día 26: Por Manuel Agís Blanco; Manuel Estévez González y esposa Carmen, da Bruñeira.
Viernes día 27: A las 20:30 Reunión de Catequistas en Dena.
Sábado día 28: A las 10:30 primer Aniversario de Guillermo Afonso Salgueiro.Por José Vidal Prieto; Manuel Lamelas Torres y esposa; Horacio Varela Méndez, José Fernández Tacón, Albino Fernández Tacón y su hijo; Victoria Pérez Méndez.

Domingo día 29: Primera a las 10:30 por María del Carmen Torres Pérez. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 15 de enero de 2017

Glosa dominical

La tentación del Hombre-Bisagra

Constituyó la más grande tentación de las que se le pudieron presentar. Más allá del riesgo de lamentarse por haber llegado con retraso para convertirse en el más grande de los profetas o, ironía de la suerte, con antelación para intentar la carrera de discípulo. Al Bautista la tentación más grande le vino servida en bandeja de plata, quizás parecida a la bandeja sobre la que depondrá -por un capricho de la señorita Salomé- su cabeza pensante. Fue la simple tentación de sentirse Dios. No hubiera sido coquetería personal, ni mucho menos arribismo de hombre. Hubiera tenido sencillamente las trampas de un simple final de recorrido. Vio la luz en la cercanía de los días de Cristo, del cual era pariente cercano. Arengaba a la multitud con un poder de palabra que penetraba en lo más hondo del corazón de las masas. Sus palabras eran palabras inestables, de movimiento: señalar y suscitar, preparar y allanar, levantarse y caminar. Convertirse y creer. Su fe fue un movido viaje: del seno de Isabel -mujer que todos daban por finiquitada, por estéril- a los espacios devastadores del desierto, hasta la angustia de una celda de prisión. Sin olvidar la orilla de aquel río -el Jordán- en la cual vivió la vergüenza de las vergüenzas: él, el Precursor-Preparador, constreñido a bautizar a Dios. La criatura y el Creador, la humanidad y la divinidad, el estupor y el misterio. La promesa y la Presencia. El mundo se le quedó atrás, festivo y jubiloso: parecían los tiempos de la salvación anhelada y perseguida.
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La degollación de Juan (Caravaggio)
Algunos no creyeron en sus ojos, otros confirmaron los trazos, otros aún siguieron la recta vía que anunciaba. Fue hombre que conoció los días del gozo y la tristeza, de la consolación y la desolación, de los honores y la infamia. Después de María, fue el primero en interceptar el advenimiento de Cristo: respondió con un grito desde las entrañas que hizo temblar la ponderada maternidad de su anciana madre Isabel. Rápidamente después se enfrentó al desierto, tierra de silencio aunque no de mutismo. Allí afinó las armas, celebró las primeras profecías, empezó a allanar aquellos caminos y a nivelar aquellas colinas que nunca vio acomodadas. Advirtió el grito del Dios cercano, Lo vio entremezclarse con los pecadores, nunca perdió las huellas en los años de la vida escondida de Nazaret. La familiaridad no le ahorró las dudas humanas: desde el interior de la mazmorra mandó a preguntar si era verdaderamente el Mesías o debían esperar a otro. Aquel hombre era parecido a una bisagra: en medio de dos tiempos, el antes de Cristo y el después de Cristo. Entre dos estaciones, la de la Antigua Promesa y la de la inédita Presencia, entre dos papiros, el del Antiguo y el del Nuevo Testamento. Entre dos historias diferentes: aquella en la que Dios podía parecer lejano y aquella en la que el Dios lejano estaba aquí, cerca de él. El Evangelio que tiene aroma de pan, de caminos, de colada limpia y de sorpresas. 

Aquella tentación le llegó quizás muy de mañana, al alba: igual que para Cristo, también para Lucifer la alborada era la hora preferida. El hombre aún está desnudo, los ojos han de aprender a poseer el mundo, el corazón debe revestirse de su traje. Las grandes operaciones en la Escritura -desde la peregrinación de Adán a la mañana de la Resurrección- suceden con las primeras luces del alba. Cansancio o desolación, contratiempo o pequeño imprevisto, seguramente Lucifer intentó hacer descarrilar el corazón del Bautista: la gente le habría creído. Quizás también a él le propuso sustituir a Dios. Como a mí, siempre al alba, a menudo vestido de amigo: “Eres el mejor sacerdote que jamás haya conocido. ¿Qué sería del mundo sin ti?Traicionero y embustero Satanás: conmigo, aunque con el Bautista más que conmigo. Pasado mañana con Dios. Este pobre cura que soy yo, de vez en cuando cae: se siente demasiado revestido de Dios y poco después cae al suelo. Con el Bautista no lo consiguió. La muchedumbre lo aclamaba como Mesías, él señaló con el dedo: “He ahí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”. Siguieron a Cristo: fue el día del conseguido engarce, la fusión entre promesa, preparación y cumplimiento. Conseguido porque el Bautista nunca pensó que fuese Dios. Escogió quedarse como humilde anticipo. Para después quitarse de en medio y dejarle el camino libre. En el nombre de la fidelidad, que al fin al cabo es el nombre del Padre.
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 16 al 22 de enero.


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.

Lunes: No habrá Misa.
Martes: Por Lucindo Varela Castro.
Miércoles: Por Manuel Agís Blanco; Teresa Portela, esposo Elvira Mayán y su madre.
Jueves: Por Ignacio García, de Morouzos.
Viernes: Por Valentina Padín Parada y esposo Aurelio.
Sábado: Por Celia y Ovidio; Dolores Morgade Pérez y esposo; Carmen Radio Dadin y esposo Juan Poceiro; Paco Canario, hermana Clara, Manuel Dominguez, esposa e hijo Manolo; Lola Méndez Arosa; Felisa Padín Carballa, Dolores Carballa Padín y José Manuel Suárez Abuín.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Javier Afonso Camiña y sus abuelos; Amparo Ares Regueiro y difuntos de la famlia.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Por la semana a las 19:00 horas.

Martes día 17: Por Ramón Ramiro Castro Vidal y Amador Padín Castro, de Gondar; José Luis Vázquez Prieto, de Xestedelo; Baldomero García Fernández, de Rouxique.
Sábado día 21: Por Carmen Lores Padín; Concepción González Torres, da Bruñeira; Juan Camiña Lamelas y Carmen González, da Bruñeira; Pastora Pérez Méndez; Fernando Otero Lores y difuntos de la familia; Manuel Torres Souto y esposa Valentina Rodríguez, da Touticeira.

Domingo día 22: Primera a las 10:30 por José Rey Otero y su hijo Arturo Rey, y Carmen Troncoso Pérez. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 8 de enero de 2017

Glosa dominical


CONFUSIÓN AL PRINCIPIO
El desierto le había preparado para todo. Pero quizás no se esperaba que aquel gran Genio de su Amigo se presentase ante él bajo la mirada atónita de los mendigos de Galilea, ataviado extrañamente y entremezclado con ellos. “¡Bautízame, Juan, ahora es mi turno!” Juan: el hombre que domesticaba antílopes, que soportaba el peso del silencio, que allanaba la aridez del desierto, el hombre pronto a todo, enmudeció. A sus ojos no era comprensible: el Eterno, la Perfección, la Sublimidad pide limpieza. Que se humilla, que se esconde, que se anonada: “Ánimo, amigo: bautízame” ¿Dónde sacar fuerzas para eso? La cola de los pecadores se alargaba, murmuraciones siempre menos discretas por la interferencia en el sacramento, ira y nerviosismo, miedo e incomprensión. Hay un momento de desorientación: “No puedo, Jesús” ¿Como culpar a Juan? La historia del Mesías no podía empezar de este modo: su misión, audaz pero tantas veces anunciada, era poner orden, hacer despertar del letargo, proclamar la muerte del pecado. Juan le había hecho la campaña electoral lo mejor que había podido: esperas y esperanzas, propósitos y amenazas, cambios, desplazamientos y futuro que conquistar. Y la gente le había creído, había confiado, le había apoyado en la calle.
Pero ahora Juan querría que la tierra lo engullese: les había asegurado un Rey, llegaba un pecador. “Eres tú quien tiene que lavarme a mí”. Intenta salvarse a los ojos de la gente. Parece un tira y afloja extenuante: parecen dos caballeros que uno al otro se dicen delante de una puerta: “Por favor, sea tan amable”. “¡Figúrese, le ruego! “No, por Dios, tenga la amabilidad”. “No, usted primero”. “Pase, de veras”. “No, nunca me lo perdonaría”. Sólo parece. Porque en el diálogo de aquellos dos hombres, eslabón entre los dos testamentos -antiguo y nuevo- no se advierte formalidad. “Juan, haz lo que te digo”. Dios ha de comenzar estando cerca de los hombres. Cerca de ellos: no por encima de ellos.
¿Y la gente qué dice? Pues se diría que desde entonces no ha habido mucha mejora: la gente espera. En la orilla del Jordán, en los atrios de las iglesias, en las oficinas del poder: espera. Que el Papa hable. Que el cura exponga. Que la Iglesia dicte. La gente quiere saber qué decir, qué hacer, si es bueno o malo, justo o equivocado, honesto o deshonesto. Quiere saber: pero no quiere orientaciones. Por una parte la nostalgia de la Luz, por la otra la fascinación por las tinieblas. Quiere a Dios: lo quiere hermoso y rubio, encerrado dentro de la sacristía, perfumado e iluminado. Después descubre que Dios no es así y “adiós, muy buenas”. Juan resuelve el problema: “No soy yo: he aquí al Esperado”. Allí en el agua, en la cola, sin ropa, dispuesto a hacerse bautizar. Imposible un Dios así. Claro: lo que molesta lo apartamos. También ellos, primos y amigos, ven el mundo de manera diversa. El hijo de Isabel hablaba de catástrofes, de tonos oscuros, de castigo divino. El hijo de María, bajo un montón de inmundicias advierte un imperceptible grito del corazón, una secreta aspiración. Tan secreta que quizás ni siquiera el hombre la adivina. Juan imaginaba el fin, Jesús presenta el inicio. El Bautista razonaba sobre el invierno, sobre la dureza, sobre el desierto. Jesús habla de primaveras, de ternuras, de abrazos. Muros que se desploman y cimientos que tiemblan para el Bautista, pálpito de vida bajo las ruinas para Jesús. 

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Este Hombre es increíble: se hace esperar, llega, revuelve la historia a su capricho. Su poderío consiste en estar privado de poder: desnudo, pobre, indefenso. El único soberano que ha llamado a sus súbditos de uno en uno, como una madre llama a sus hijos. ¿Entiendes por qué el mundo no podía escucharle? ¿No podía escucharle? ¡No, no quería! El mundo escucha sólo el ruido, el poder, las voces que quiere. O se las inventa si no existen. 

No se convirtió en grande porque reuniese a millones de fans alrededor suyo, o porque lo cubriesen de oros, inciensos y mirra, o porque aún lo veneren, lo adoren o blasfemen contra Él. No por nada del pasado. Sino porque aún hoy con su palabra desarma. Debilita. Desmoviliza. Y la gente calla. No era el silencio del desierto: había luz en aquel silencio. Juan se humilla, recoge un puñado de agua, repliega sus aprensiones en la mente y obedece. La cola se mueve, se retoma la procesión, el Misterio se vuelve más denso. El amigo con el que jugaba en las calles de Nazaret, crecido silenciosamente para ayudar a madurar, supera la orilla, baja entre las corrientes rápidas del Jordán y enmarcado en  la historia, resurge renacido. El cielo irrumpe, se rompe y quiebra, declara abiertas las profecías: “Tú eres mi Hijo Predilecto, en el que me he complacido”. El Bautista es el único que comprende la orientación de aquella voz: se estremeció, se heló, se le puso la piel de gallina. Advirtió estar en una historia que ya no era historia. Junto a un Dios que ya no era únicamente Dios, sino un Dios hecho hombre. Que no permanece lejos de los pecadores rehuyéndoles sino caminando entre ellos. Un Dios muy molesto para bautizar.

Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 9 al 15 de enero.


Dena

Intenciones de las Eucaristías. Por la semana a las 20:00 horas.

Lunes: A las 18:00 primer Aniversario de Juan Manuel Pino Pérez, Nieto de Isabel a Cachirula.
Martes: No habrá Misa.
Miércoles: Por todos los difuntos de la parroquia fallecidos el año pasado, 2016.
Jueves: Por Herminia Arosa Fernández y esposo Manuel Lastres Seijas.
Viernes: No habrá Misa. A las 20:00 Reunión de Catequistas.
Sábado: Por Dolores Serén Cores y difuntos de la familia; Pilar Martínez García, hija y padre; Carmen Dopazo Padín; Antonio Romero y difuntos de la familia; Doña Lourdes Reboiras; Roberto López Lesta y sus suegros Ángel y Dolores.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Carmen Guerra y difuntos de la familia; Francisco Fernández Méndez, esposa Margarita e hijo Celso; Carlos Pérez Torres, esposa Felisa Outeda, hijo Manuel y nieta Maripaz; Carmen Casal Fernández sus padres y abuela Modesta.

Villalonga

Intenciones de las Eucaristías. Por la semana a las 19:00 horas.

Jueves día 12: Por todos los difuntos de la Parroquia fallecidos el año pasado, 2016.
Viernes día 13: A las 18:00 Quinto Aniversario por María Esther Lores Blanco y sus abuelos. Reunión de Catequistas a las 20:00 en Dena
Sábado día 14: A las 11:30 primer Aniversario de Carmen Aurora Moldes Rey, de Piñeiros. A las 19:00 Misa por Manuel Pardo Graña; Carmen Alfonso Sineiro, hija Isabel y suegra de Piñeiros; Carmen Souto Torres, de Piñeiros. Edelmiro Otero Méndez, esposa Carmen Salgueiro, da Arnosa.

Domingo día 15: Primera a las 10:30 por las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

domingo, 1 de enero de 2017

Glosa Dominical


ABRE LA VENTANA Y CONTEMPLA EL PANORAMA
En el nombre del Padre comienza el signo de la cruz. En el nombre de la Madre comienza el signo de la vida. En nombre de la Paz comienza el Año Nuevo. Y comienza con una mirada inédita, bajo el signo de los pastores que “fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho”
Ellos, recostados escrutando las constelaciones y las galaxias, se pusieron en pie y fueron corriendo. Todo el día buscando los pastos más propicios, conquistando etapas en el desierto, olfateando el olor de la lluvia y la reverberación de la tierra próxima al despertar. Sus oídos son como pozos en los que bajan y suben los cubos vacíos para llenar, preguntas y respuestas vacías y llenas.
Después -tras noches contando ovejas y chispas- la sorpresa. La gran sorpresa, aquella que vale una eternidad de espera: “encontraron a María y a José, y al Niño recostado en el pesebre”. Y allí está María, la mujer en cuyas pupilas se entretejen esperas seculares, fuegos latentes bajo las cenizas de antaño. Allí está José. Finalmente le ponemos rostro al hombre más silencioso de los Evangelios, el hombre de los sueños. De día la experiencia dura, áspera, interminable del taller, poblado de clientes y de problemas. De noche la irrupción concedida, serena, inexpresable de un trozo de cielo poblado de ángeles y presagios. Y finalmente míralo, el añorado de los siglos, el Niño más caprichoso y paradójico de la Historia en cuyos ojos se entrecruza la esperanza de una humanidad sedienta de una transparencia que sueña la salvación. Rostros e historias -María, José, el Emmanuel- y una herramienta: el pesebre. Pocas palabras para el primer pesebre, anterior al proyectado en la cuesta de la colina de Greccio por fray Francisco de Asís: lo ha descrito Lucas, un médico de Antioquia sin que su pluma temblase ante la tentación de decir algo más. Ni siquiera él lo ha visto, como no lo vio su maestro Pablo de Tarso: lo vieron únicamente aquellos pastores nocturnos pulverizados en la nada. Y dentro de la nada, el poder del Misterio. “no temáis, os anuncio una gran alegría que lo será de todo el pueblo: hoy en la ciudad de David ha nacido un Salvador, Cristo Señor”
Y a partir de ese momento, todos a la carrera, despeinados quizás por el viento que sopla de pleno en la noche de Palestina, bajando corriendo por la pendiente de la colina, saltando las orillas de guijarros de algún torrente, quizás un cuarto de hora de camino ganado…
En el nombre de los pastores comienza el año: pastores de paz en el seno de la historia. Porque Dios no es un parche, está dentro de la historia: dentro de tu alegría, de tu fatiga, de tu repulsión o dentro de tu simpatía, de tu convivencia o de tu connivencia. Es una presencia dramática, desfigurada de belleza y luminosa por el fulgor que hoy da inicio a algo nuevo: hoy a la una, a las seis, a las diez. O quizá mañana a las tres o a las cuatro. En cualquier momento comienza algo nuevo porque “el Niño ha nacido para vosotros” El ángel se le apareció a María en la hora que precede al día, cuando la casa estaba limpia como una patena. A los pastores vino a la hora de la llama, cuando un embrutecimiento cansado hace prisionero al hombre. El ángel baja como un halcón sobre aquellos hombres que sueñan, sobre los soñadores de la historia. Porque sólo sobre ellos reposará la bendición divina.
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Sobre los travesaños de la historia, el pueblo del Niño apoyará los párpados para asistir a la aurora de un nuevo inicio. Se burlarán, lo amenazarán, le dirán falsas verdades porque desde hace décadas y milenios la Belleza no encuentra nada mejor que el rincón frío de una gruta para nacer. Y el desafío será el mismo. Como el carpintero de Nazaret que cuando mira por la ventana está trabajando y soñando a la vez. Un poco como explicar al mundo que cuando miramos a aquel Niño estamos soñando. Con los pies en el suelo. De un misterio a otro misterio, tremendo misterio: el pesebre en que nace, un humilde comedero, es presagio de que este tierno Niño ha venido a cargar con nuestras culpas y a inmolarse como Cordero  para convertirse así en nuestro alimento. Un pesebre que convertirá en patena tras su muerte y resurrección. ¡Desde el primer respiro anunciando que ha venido a ofrecerse como alimento!
Mn. Francesc M. Espinar Comas

Semana del 2 al 8 de enero


Dena
Intenciones de las Eucaristías. Durante la semana a las 20:00 horas.
Lunes: Por Dolores Viñas Arosa; Josefina Fernández Dopazo y esposo.
Martes: Por Alejandro Camaño, esposa y nieta María del Carmen; Alfredo, Pepe y difuntos de la familia.
Miércoles: A la Virgen de los Dolores y a la Virgen de Fátima a intención de Manuel Cortegoso. Al Sagrado Corazón a intención de un devoto.
Jueves: Por Manuel Vázquez Carneiro, Mercedes Viñas Naveiro y Rodolfo Castro. Obligaciones del Celebrante.
Viernes: Solemnidad de la Epifanía del Señor. Primera a las 9:00 por Julio, Manuela y difuntos e la familia. Segunda a las 12:30 por Elisa González Rial y esposo. Aurora, Manuel, Juan Otero y esposa.
Sábado: A las 11:30 primer Aniversario de Alicia Gándara Radío. A las 20:00 Misa por Aurora Insua Camaño, Lolita Camaño y difuntos de la familia; Balbina Chaves Prado; Natalia Gómez, esposo Justo y difuntos de la familia.
Domingo: Primera a las 9:00 por las intenciones de la Parroquia. Segunda a las 12:30 por Teodoro Padín González. Divina Vidal Pérez, esposo y difuntos de la familia.

Villalonga
Intenciones de las Eucaristías. Por la semana a las 19:00 horas.
Jueves día 5: Por Manuel Fernández González o marqués de Rouxique; José Caneda Buezas, Elisa García Fernández y difuntos de la familia.
Viernes día 6: Solemnidad de la Epifanía del Señor. Misa a las 11:00 por Luis Ansorena; Dorinda Gondar Uzal, esposo Alfonso e hijo Celso.
Sábado día 7: A las 10:30 primer Aniversario de Cesareo Afonso Sineiro. A las 19:00 Misa por Carmen Torres Camiña, da Salgueira; Carmen Oubiña Torres; Carmen Vázquez Torres, padres y difuntos de la familia, de Piñeiros. Elisa Otero Torres, da Costiña; Carmen Martínez Hermida; Jesús Padín Blanco; Nélida Padín Blanco y sus padres; Eladio Padín Torres, da Arnosa; Juan Pita y esposa Alicia Piñeiro Rodiño; Marina Afonso Caneda y esposo Ramón Corbacho Pérez, de Piñeiros; Albino Crespo González y su padre Antonio, da Arnosa.
Domingo día 8: Primera a las 10:30, por Josefa Bouzada Poceiro, esposo Manuel Prieto Tacón, das Pedreiras; José Manuel Martínez Carballa, hijo José Martínez Troncoso, da Vichona; Manuel Domínguez Otero, da Bouza. Segunda a las 11:30 por las intenciones de la Parroquia.

A las 17:30 reunión con los padres de los niños de la Primera Comunión.